El Volkswagen Golf ha recibido recientemente una actualización que ha traído consigo una serie de mejoras estéticas tanto interiores como exteriores, así como una carga tecnológica más amplia en el terreno del equipamiento. Además, la séptima generación del Golf ha recibido, con estas mejoras, unos propulsores más potentes y refinados.
El buque insignia de la gama Golf es la variante R, propulsada por un motor 2.0 TSI de 310 CV, que transmite la potencia al suelo a través de una transmisión manual de 6 velocidades o una automática de doble embrague DSG, que traslada la fuerza a las ruedas a través de un sistema de tracción integral conectable mediante embrague Haldex.
En el recién celebrado Salón de Ginebra Volkswagen “escondió” una sorpresa en su stand, una unidad de Golf R especialmente preparada para la ocasión, encargada de estrenar un nuevo paquete de mejoras que traen consigo una estética más agresiva y un rendimiento, a priori, aún mejor.
Este paquete se ha denominado Performance Package, e incluye un paragolpes delantero más agresivo, colores específicos para la carrocería y una parte trasera más deportiva en la que el principal protagonista es un sistema de escape específicamente creado para este modelo por los especialistas de Akrapovic, por lo que se espera que el sonido sea sensiblemente más notorio.
Se ha mejorado también el equipo de frenos, más potente, así como los ajustes de la amortiguación, más rígida y con mayor capacidad de absorción. Además de estas mejoras, Volkswagen ha tenido a bien aumentar la velocidad máxima del Golf, que pasa de 250 km/h a 266 km/h.
Se desconoce si Volkswagen mejorará también la cifra de potencia, algo que parecería factible teniendo en cuenta que el actual Golf R ya cuenta con 310 CV. Sería lógico pensar en una cifra que rondase los 330 CV, haciendo del Golf uno de los compactos más rápidos y radicales del mercado, con un precio, eso si, que rondaría fácilmente los 50.000€.