Ha llegado la Semana Santa y con ella, el descanso más que merecido de millones de españoles que buscan estos días la tranquilidad, el buen tiempo y nuevas experiencias para rellenar sus vacaciones. Uno de los principales quebraderos de cabeza para los viajeros en estos días es qué hacer con nuestras mascotas. Afortunadamente, la demanda de alojamientos en los que están permitidos ha aumentado con los años y los casos de abandono parecen cosa de una minoría cada vez más pequeña.
El RACE calcula que en estas fechas más de un 80% de las mascotas viaja en un turismo. La normativa en materia de transporte de animales de compañía es prácticamente inexistente, únicamente haciendo una leve referencia a ello en el Reglamento de Circulación al apuntar que el conductor está obligado a mantener en todo momento libertad de movimientos, el campo de visión despejado y atención permanente a la carrera, asegurándose de que objetos, animales y el resto de ocupantes viajan de manera segura o colocados adecuadamente. De no ser así, puede suponer una sanción de hasta 100 euros.
Los fríos números confirman que, en caso de accidente, un perro de unos 20 kilogramos puede golpear los asientos delanteros o a cualquiera de los ocupantes de las plazas con una fuerza cercana a los 600 kg según revelaba un estudio del Centro Zaragoza realizado a petición de la DGT. Al circular a una velocidad de 50 km/h, el peso de un animal se multiplica por 35, es por ello que el conductor debe asegurarse cuando viaja con mascotas, al igual que lo haría con otro tipo de mercancía, que además de no dificultar la visibilidad, tampoco suponga una distracción o un peligro de proyección ante una fuerte deceleración o accidente. En el caso de animales grandes y pesados, su movimiento en el interior del habitáculo también puede afectar a la estabilidad del vehículo.
Los principales sistemas de transporte:
Nos solemos encontrar cinco opciones entre las más conocidas y probadas para el transporte de nuestras mascotas. Las más comunes son el transportín, obviamente sólo dirigida para animales pequeños o medianos y a poder ser siempre en el suelo del coche y fijada convenientemente para que no se produzcan desplazamientos que además pueda marear al animal. Muchos transportines tienen opciones para ser anclados al cinturón de seguridad, o como alternativa se puede recurrir a las cinchas para asegurar su correcta disposición.
Otra posibilidad para animales pequeños y medianos suele ser el arnés y cinturón especial por el cual se puede amarrar al cinturón de seguridad de una de las plazas posteriores. ¿Por qué un arnés y no la correa tradicional? Por cuestión de seguridad del resto de ocupantes en caso de accidente y con el objetivo principal de reducir las posibles lesiones que sufra la mascota.
En el caso de las mascotas más grandes, se suele recurrir a llevarlas en el maletero, ya sea en jaulas especiales, las cuales hacen las mismas funciones que el transportín, pero que suelen ser fabricadas en materiales más resistentes, o directamente situadas en el mismo maletero, separadas por algún tipo de elemento de seguridad. Las formas más habituales de separar la zona de las plazas traseras del maletero suelen ser las redes o las barras, elementos que siempre permiten la interacción entre ocupantes y mascotas. Hay que prestar especial atención a que cubran perfectamente el hueco y que no permitan el paso del animal, tanto por su seguridad, como por la de los pasajeros y conductor.
Otros consejos útiles para el viaje:
No sólo se debe mirar en el aspecto de la seguridad, también hay que preocuparse por el bienestar de tu mascota. En este caso, los expertos suelen recomendar asignar su respectiva plaza al animal y no realizar cambios posteriores para que este sepa cuál es su sitio dentro del coche. También es recomendable llevar alguno de sus juguetes habituales, algo que le haga sentirse en un ambiente más familiar. No se debe permitir al animal llevar la cabeza asomada por la ventanilla, siendo más adecuado detenerse si observa en él síntomas de mareo o fatiga como el exceso de babeo.
Al igual que para los humanos, es recomendable realizar una parada para estirar las piernas cada dos o tres horas, evitando dejar a la mascota encerrada en el coche, especialmente en días calurosos. Se debe aprovechar estas detenciones no sólo para pasear, también para darle de beber. En cuanto a la música o el exceso de ruido, exponer a tu mascota durante un periodo prolongado al mismo tipo de sonido o altos niveles de voz puede provocarle irritación. Tampoco olvides proteger la tapicería del coche en la medida de los posible. Se suele recurrir a mantas o toallas, no sólo por las necesidades fisiológicas, sino también porque el estrés del viaje o el calor puede producir la caída de mucho pelo.
Pasaporte sanitario y microchip para el extranjero:
En el caso de que se decida viajar a otros países de la Unión Europea, se debe poseer un pasaporte sanitario europeo para animales de compañía. Este documento lo debe facilitar un veterinario autorizado y en él, además de los datos de la mascota, también deben aparecer si está vacunado contra la rabia. En muchos países se suele solicitar que el animal lleve un microchip e incluso contratar ciertas pólizas de viaje que cubran los principales daños que puedan sufrir o provocar el mismo. Lo más aconsejable es consultar la normativa de circulación de cada país de destino o de tránsito para asegurarse de cumplir con todos los requisitos.