El Salón del Automóvil de Nueva York ha atraído la atención de los principales fabricantes durante los últimos días, y estos han respondido presentando algunas novedades en forma de Concept Cars que en su mayoría llevan entre su ADN escritas las líneas del diseño que portarán los futuros vehículos de producción que salgan de cada una de las líneas. En el caso de Toyota, está presente en la cita norteamericana con lo que ha dominado como FT-4X Concept, un todoterreno retro que se ha construido sobre la base del Toyota C-HR.
Concretamente, utiliza la misma plataforma modular TNGA (Toyota New Global Architecture) que ya utilizan actualmente tanto el Prius como el propio C-HR y que en teoría también utilizarán ciertos modelos que la marca lanzará en el futuro. En cuanto a mecánica, montará un propulsor de cuatro cilindros acoplado a una caja de cambios con variador continuo. Obviamente no podía faltar la tracción total y la caja transfer con reductora, seña de identidad en los todoterrenos de la marca nipona.
El acrónimo FT-4X no significa otra cosa que las siglas de Future Toyota Four Wheel Drive Crossover, una buena declaración de intenciones de dónde quiere el fabricante asiático situar este modelo de llevarse finalmente a producción. Una visión distinta de los actuales SUV, con grandes capacidades todoterreno y cinco modos de control dinámico distintos para adaptarse a cada una de las situaciones de conducción, entre ellas a superficies como la nieve o la arena, e incluso de un modo ecológico o de bajo consumo.
La carrocería, que mide 4,25 metros de largo, cuenta con numerosos guiños al pasado, tanto en el interior como en exterior. Concretamente, la parrilla blanca delantera es una reminiscencia clara al Land Cruiser J40 que vio la luz en la década de los sesenta, con su particular farera incrustada en la máscara frontal. Nacido en el centro de diseño que la marca tiene en California, nos encontramos con que este FT-4X, se nota esa inspiración surfera mezclada con toques retro y un interior completamente futurista, que incluso llega a recordar a la distribución interior de los vehículos espaciales, en parte estéril, robusto y funcional.
Es precisamente eso, un automóvil repleto de secretos, entre ellos, la cámara integrada que realiza las funciones de retrovisor, un sistema de audio extraíble, guantera con función de nevera e incluso un as cantimploras integradas en las puertas. Uno de los elementos más destacables es el portón posterior, el cual tiene dos modos de apertura: de forma vertical y tradicional o de forma doble, como en los vehículos de transporte industrial.