La celebración del Salón Internacional del automóvil de Shanghai ha servido a Mercedes-Benz para presentar la renovación de su buque insignia, la Clase S, que recibe una actualización a mitad de ciclo comercial con el fin de revitalizar su imagen y mejorar su carga tecnológica, ya de por sí muy extensa.
La actual generación de la Clase S llegó al mercado en el año 2013, por lo que ya cuenta con algunos años a sus espaldas. El ciclo de vida de este modelo es algo extenso, por lo que gracias a esta actualización aguantará al menos otros tres años antes de que sea renovado en su totalidad.
En términos estéticos los cambios son relativamente escuetos, ya sea refiriéndonos al exterior o al habitáculo. En la carrocería, las modificaciones más evidentes las encontramos en la parte delantera, con unos faros renovados que pueden contar con un sistema de iluminación más avanzado. El paragolpes es también nuevo, con un diseño más atractivo.
En la parte trasera se han modificado de nuevo los pilotos traseros, aunque en esta ocasión sólo su organización interna. Ahora la Clase S disfruta de una firma lumínica más elegante en la zaga gracias a la tecnología "diamantada" de los pilotos. Otras modificaciones hacen referencia a las llantas de aleación o a los colores disponibles para la carrocería.
En el interior, los cambios se han centrado en mejorar la experiencia a bordo, algo patente en el nuevo diseño del volante, con mandos más avanzados, similares a los que podemos encontrar en un smartphone. Además, la instrumentación se ha modificado, de forma que ahora el sistema de información y el multimedia se integran en una sola unidad, mejor rematada y con mayor número de opciones.
Tecnológicamente el modelo que se vendía hasta la fecha ya se podía considerar como uno de los vehículos más avanzados del mundo, capaz de equipar sistemas que apenas se pueden encontrar en otro puñado de coches. Ahora, la Clase S pretende ampliar la distancia que le separan de sus rivales con un nuevo impulso.
Mecánicamente se actualizan la mayoría de los propulsores, estrenando nuevas configuraciones. Destaca la llegada de un motor completamente nuevo, de seis cilindros en línea, que dependiendo de la variante utilizará un compresor eléctrico alimentado por un sistema eléctrico de 48 V, similar al sistema que utiliza Audi en su motor 4.0 V8 TDI.
Destaca también la llegada de la nueva denominación comercial S560, que sustituye al S500 y que ofrecerá 462 CV. Por su parte, las versiones AMG S63 sustituyen el motor que empleaban hasta ahora, un 5.5 V8, por un 4.0 V8 biturbo con potencias que pueden alcanzar los 612 CV.
La renovada Clase S estrena también un nuevo sistema de iluminación inteligente MULTIBEAM LED, capaz de ofrecer un alcance superior a los 600 metros, así como una versión mejorada de los sistemas de conducción autónoma, que ahora funcionan de forma más suave e inteligente.