Se esperan meses de cambios para Opel después de la confirmación de su cambio de manos. La firma germana, ahora propiedad del Grupo PSA, ha presentado su nueva ofensiva dentro del segmento de los SUV, en este caso en la subcategoría de los compactos, buscando rivalizar con el SEAT Ateca, Nissan Qashqai o el Volkswagen Tiguan. El Grandland X se suma al Mokka X y al Crossland X, apostando por un todocamino con mayores dimensiones y capacidades para abandonar las carreteras y explotar nuevas rutas y pistas de tierra.
Con su llegada durante este 2017 y sobre la base del Peugeot 3008 -fue desarrollado como fruto de la colaboración del Grupo francés-, el Grandland X apuesta sobre seguro, dirigido a los que buscan un SUV de mayor tamaño que el de sus hermanos menos. Con 4.477 milímetros de longitud, el Grandland X es 26 centímetros más grande que el Crossland X y 20 más que el Mokka X. Por tanto, está llamado a liderar este asalto entre los SUV que ha emprendido el fabricante teutón, en este caso con una estética robusta y musculosa en su frontal. Especialmente marcado su capo, pero sin descuidar la estética, con opciones tan llamativas como la posibilidad de adquirir una pintura en dos tonos.
En cuanto al resto, se nota la marca Opel en su diseño. Desde las ópticas, para las que se ha utilizado la ya habitual tecnología LED adaptativa que lucen los modelos del fabricante, hasta la parrilla, la cual comparte con el resto de productos de la actual gama. El concepto de SUV compacto no se traduce en menor espacio. Las cinco plazas para las que está configurado el habitáculo del Opel Grandland X dejan suficiente espacio para un maletero de gran capacidad, concretamente de 514 litros de carga y hasta 1.652 en el caso de abatir los asientos.
En lo que respecta a las mecánicas, Opel todavía no ha proporcionado datos concretos al respecto, pero se espera que siga el mismo camino mostrado por su homólogo en Peugeot, el 3008. Aunque no ha sido confirmado, se espera que también recurra al mismo tipo de transmisión, sin embargo, no es descartar que disponga del Grip Control que ya utilizan ciertos modelos del Grupo PSA para sus 4x2.
El equipamiento tecnológico contará con sistemas como el control de crucero, la frenada de emergencia automática, alerta de somnolencia, asistente de aparcamiento, cámaras de visión de 360º, apertura de portón trasero con el pie y otros elementos que son seña de identidad de la marca, entre ellos el Opel OnStar que permite solicitar asistencia en carrera con apenas pulsar un botón situado en el retrovisor interior. Por el momento no se ha hecho oficial la fecha de su lanzamiento definitivo, aunque todo apunta a que se deberá esperar a 2018 para verlo en nuestras calles.