El Circuito del Jarama está de celebración. El icónico trazado madrileño ha superado ya los 50 años, durante los cuales ha visto circular por su pista a todo tipo de "artefactos" tanto de dos como de cuatro ruedas, coronándose como uno de los circuitos de referencia en nuestro país.
La historia del Jarama arranca en los años 60, cuando se planeó la construcción de un circuito de velocidad permanente, por aquella época único en nuestro país, que sirviera de soporte para situar a España dentro del universo internacional de la competición de motor. De esta manera arrancó la construcción del Circuito del Jarama en unos terrenos propiedad del RACE situados en San Sebastian de los Reyes.
Apenas 28 km separan a la capital española del Jarama, compuesto por un trazado de 3850 metros diseñado por John Hugenholtz, encargado también de dibujar algunos de los trazados más conocidos del mundo como el de Zolder en Bélgica o el de Suzuka en Japón.
La construcción de la pista corrió a cargo de Sandro Rocci, un ingeniero de caminos que participó también en la construcción de la autopista Madrid-Villalba. El resultado final se dio a conocer de forma pública por primera vez el 1 de julio de 1967, día de la inauguración oficial de la mano de F. Franco, acompañado de por aquel entonces el príncipe Juan Carlos de Borbón.
El Jarama se convirtió rápidamente en uno de los trazados de referencia, siendo testigo de numerosas carreras de Fórmula 1 y motociclismo, aunque el trazado madrileño fue perdiendo peso poco a poco hasta que a finales de los años 90 se despidió de la alta competición debido a unas infraestructuras que ya no cumplían con las normas necesarias.
En la actualidad el Jarama vive un segundo periodo de juventud gracias a un ambicioso plan de remodelación denominado Plan 2021, que comprende una profunda actualización tanto de la torre de control, ya terminada, como de la zona de boxes, que adolecen de unas instalaciones muy desfasadas. El último punto clave será la construcción de un museo del automóvil fabricado en España.
Los campeonatos de resistencia siguen siendo, a día de hoy, uno de los grandes baluartes del Jarama, que acoge diferentes pruebas incluso a nivel europeo, aunque su trazado se utiliza también para otro tipo de eventos como concentraciones de aficionados o presentaciones de producto, haciendo que el Jarama vuelva a brillar como hacía mucho que no lo hacía.