Ha sido una semana muy ajetreada dentro del mundo de la competición. Mercedes-AMG anunciaba en las últimas horas del lunes que a finales de la temporada 2018 abandonaría el Campeonato Alemán de Turismos, mientras que Porsche Motorsport, aprovechaba la madrugada del viernes en Europa para anunciar que harían lo propio con el Mundial de Resistencia, apartándose del programa con los LMP1 privados cuando la campaña 2017 llegue a su fin.
A pesar de tratarse sobre el papel de un movimiento únicamente relacionado con la competición y los presupuestos disponibles, Porsche ya ha advertido que será un banco de pruebas para su llamada Mission E, la cual planea desarrollar los primeros deportivos y GT eléctricos de la historia del fabricante de Stuttgart y centrar gran parte de su estrategia comercial hacía este tipo de vehículos con el objetivo de que signifiquen para la marca al menos el 50% de las ventas. Con BMW, Audi, DS y Renault ya involucradas en el campeonato de eléctricos y la llegada de McLaren como suministrador de baterías, ha sido el Grupo FIAT el siguiente en mostrarse claramente interesado por integrarse en el mismo.
Las palabas de Sergio Marchionne, presidente de la Scuderia Ferrari y cabeza visible del Grupo FIAT, apuntaban durante el Gran Premio de Hungría que la opción estaba siendo valorada y no concretamente para el equipo del Cavallino Rampante, sino que en este caso los nombres relacionados son los de Alfa Romeo y Maserati, dos fabricantes que llevan años alejados de la competición de primer nivel después de ponerse fin a sus respectivos programas en el Campeonato de Europa de Turismos y la segunda con su participación en el GT1.
Las palabras del propio Marchione a la cadena de televisión Sky Sports F1 eran muy distintas a las concedidas a mediados de 2016, cuando el propio ‘commendatore’ aseguraría que el reglamento de la Fórmula E todavía era demasiado cerrado como para que Ferrari considerase entrar. Poco o nada ha cambiado en esa normativa técnica para haber provocado un cambio de opinión entre los italianos, algo que deja patente el interés en la tecnología eléctrica que también empezará a verse gradualmente en el fabricante de deportivos transalpino.
Con el ciclo del Maserati Gran Turismo llegan a su final todo haría presagiar que en estos momentos el Grupo FIAT se encuentra desarrollando un GT eléctrico para devolver a una de sus marcas más destacadas el brillo de otras épocas adelantándose a Porsche o Mercedes-AMG. En el caso de Alfa Romeo, al contrario que lo ocurrido con Lancia, el Grupo FCA ha inyectado una importante inversión económica para reflotar a la firma turinesa. 8C, 4C, Giulia o Giulietta, han sido la demostración perfecta de que el diseño italiano sigue siendo atractivo. No se puede descartar que sea precisamente Alfa la que pueda empezar a mostrar una faceta híbrida o 100% eléctrica.
El interés de FIAT por una competición de monoplazas eléctricos que por el momento no goza de la popularidad entre el público, obviamente está relacionada con una intención por su parte de unirse al cada vez menos exclusivo de los vehículos que no sólo ofrecen motores de combustión interna en sus concesionarios. En el caso de Ferrari, su nombre, después del fallido regreso a las 24 Horas de Le Mans, parece que será ligado única y exclusivamente al Mundial de Fórmula 1, aunque sus deportivos comiencen a utilizar sistemas híbridos para no perder la particular batalla que mantiene con McLaren y Porsche.