Pebble Beach sorprende año tras año con uno de los espectáculos más exclusivos dentro de la industria del automóvil. El concurso de la elegancia que allí se celebra por estas fechas da lugar no sólo a la concentración de algunos de los automóviles más bellos y caros del planeta, sino que también es el escenario de algunas de las subastas más prohibitivas, así como la presentación de los prototipos más atrevidos y espectaculares por parte de los fabricantes allí presentes.
Con las miradas de algunos de los bolsillos más pudientes puestas en dicho espectáculo, BMW, Mercedes-Benz o Infiniti presentarán en la edición de este año de Pebble Beach sus últimos vehículos conceptuales. Es esta última la que sin duda se llevará el premio al Concept Car más atrevido, denominado como Prototype 9, con lo que es un modelo retro inspirados en los coches de carreras de la década de los 40, la misma que vio el nacimiento de las famosas flechas de plata de Daimler y en la que Infiniti, actualmente reconocida como la marca de lujo de Nissan, ni tan siquiera existía, al ser fundada en 1989.
El propio Alfonso Albaisa, Vicepresidente Senior de Diseño, aseguraba la razón que había detrás de este diseño clásico en el caso de una marca tan ‘joven’ como es el caso de Infiniti: “Comenzó como un simple pensamiento: ¿Y si encontramos un coche, en la zona sur de Japón, enterrado en un establo y oculto a los ojos de todos durante 70 años? ¿Y si en este coche encontramos la semilla de la pasión plantada durante nuestro primer Gran Premio de Japón y el poder y el arte actual de INFINITI? ¿Cómo sería este descubrimiento?”.
Tras esta imagen retro del Prototype 9, inspirada en el Prince R380, hay una mecánica innovadora que aleja lo que en su imagen parece ser un coche de Gran Premio de la primera mitad del Siglo XX. Concretamente, monta un motor eléctrico de 150 CV de potencia y una batería de 30 kWh procedentes del departamento de Nissan Motor Corporation centrado en los trenes de potencia. Construido bajo secreto de sumario en el Nissan Research Centre en Oppama, Japón, este Open Wheel de paneles de acero consigue completar el 0 a 100 km/h en apenas 5,5 segundos, con una velocidad punta de 170 km/h y una autonomía a ‘ritmo de competición’ de 20 minutos.