Llegó el gran día. Hasta el momento, Mercedes-AMG había desgranado prácticamente todos los secretos del que iba a ser su nuevo hiperdeportivo. La firma de la estrella entra en un club selecto en el que Ferrari, Porsche, McLaren o Aston Martin han ido buscando su sitio para dar muestra de su poderío tecnológico. Los germanos tampoco podían estar mucho más tiempo al margen y decidieron aprovechar todo lo aprendido durante esta nueva era híbrida del Mundial de Fórmula 1 para plasmarlo en su nueva ‘joya de la corona’, el Mercedes-AMG Project One.
No ha habido ni tan siquiera que espera al inicio del Salón del automóvil de Frankfurt 2017. En un evento previo, dirigido a la prensa internacional, Mercedes presentaba un espectacular ultradeportivo a caballo de un prototipo de Le Mans y un monoplaza del ‘Gran Circo’ de la Fórmula 1, el cual hace tiempo anunció que superaría los 1.000 CV de potencia. A pesar de que, durante los últimos meses, los teutones ya habían dejado algunas pistas, en forma de maquetas con un extraño protagonismo y teasers que ocultaban sus líneas, no ha sido hasta el mes de septiembre que Mercedes-AMG ha terminado por mostrar su nuevo hiperdeportivo, nacido de la colaboración entre AMG en Affalterbach y el Mercedes-AMG High Performance Engines en Brixworth.
Llamado a ser el rey durante los próximos años, un vehículo que formará parte de los libros de historia en el futuro, nos encontramos reminiscencias a la competición por sus cuatros costados, especialmente con la utilización de un agresivo kit aerodinámico activo, en el que nos encontramos la aleta de tiburón que actualmente utilizan en la Fórmula 1 y los LMP1 del WEC, un splitter delantero móvil, así como un alerón trasero abatible que a la vez cumple con las funciones de aerofreno.
La toma del techo ayudará a mantener refrigerada la mecánica derivada del Mercedes AMG W08 con el que actualmente compiten Lewis Hamilton y Valtteri Bottas en el Mundial de Fórmula 1. Un V6 turbo de 1.6 litros que se convierte en obra de arte, algo por lo que Mercedes AMG ha decidido mantener trasparente la cubierta motor, mientras que el sonido -y el calor generado- brotará al exterior a través de los agujeros que se han realizado en la misma.
Por debajo de su espectacular carrocería, nos encontramos un difusor de fibra de carbono que es alimentado por el flujo proveniente de los canales tipo venturi que inician en las tomas del capó delantero y que recorren longitudinalmente la parte baja del Mercedes-AMG Project One. En el centro de la zaga, una pequeña salida de escape que permite que los ojos se centren en el resto del diseño posterior. El habitáculo, propio de un coche de carreras. La apertura de las puertas se realiza verticalmente, dejando a la vista un cockpit con todos los detalles de competición. Baquets de fibra de carbono integrados en el monocasco, volante forrado en Alcántara e instrumentación digital, todo ello te hace sentir como si estuvieras al volante de un LMP1.
El interior, un cockpit propio de las 24 Horas de Le Mans:
Los detalles en cuanto a prestaciones ya los conocíamos, pero aun así no nos cansamos de repetirlos. El Mercedes-AMG Project One cuenta con un espectacular tren de propulsión compuesto por cinco motores. El primero de ellos, el V6 sobrealimentado por un turbo eléctrico que antes mencionábamos, el cual será capaz de girar a unas vertiginosas 11.000 rpm y que aportará al conjunto 680 CV de potencia. El resto vendrá a cargo de cuatro motores eléctricos distribuidos entre ambos ejes, dos de ellos de 160 CV cada uno, que irán asociados al delantero.
Los otros dos motores eléctricos funcionarán a su vez como generadores, realizando la función de recuperadores de energía junto a una batería de ion-litio, en un sistema similar al que nos encontramos en el monoplaza de Fórmula 1. El primero de ellos, bautizado como MGU-H en la jerga de competición, recuperará el calor que se desprende del motor, generando electricidad y haciendo girar el turbo eléctrico para neutralizar el lag o retardo en la respuesta. El MGU-K por su parte, es un recuperador de energía cinética, del cual se dice que será capaz de recuperar el 80% de energía generada en las frenadas y que puede aportar hasta 160 CV. Todo ello irá asociado a una caja de cambios manual robotizada de ocho relaciones, la cual ha sido bautizada como AMG SPEEDSHIFT 8, la cual se ha anclado al chasis como elemento estructural, solución que por ejemplo utiliza el Peugeot 3008 DKR de Carlos Sainz.
De 0 a 200 km/h en seis segundos, ¡de vértigo!:
Las cifras revelan la dimensión del deportivo frente al que estamos. No sólo es una demostración eficiencia, la cual en conjunto roza el 43%, sino que también es sinónimo de eficacia: capaz de hacer el 0 a 200 km/h en menos de seis segundos y con una velocidad punta que se supone estará por encima de los 350 km/h. La autonomía en modo eléctrico será de entre 25 y 30 kilómetros, unos valores que poco deben importar para un vehículo con tracción integral variable AMG Performance 4MATIC+ que parece prácticamente ‘arrancado’ del circuito más cercano.
Frenos carbo-cerámicos imbuidos en llantas de aleación ultraligera con semi-cubiertas de fibra de carbono, aderezados por neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2, que han sido especialmente desarrollados para el Project One, y cuyas medidas son inigualables: 335/30 ZR20 en el eje trasero y 285/35 ZR19 en el eje delantero. La suspensión, de tipo push-rod, apuesta claramente por unas sensaciones de competición.
Sólo una pega. Sus creadores le han puesto fecha de caducidad dado a la exigencia a la que son sometidos todos sus elementos: apenas 50.000 kilómetros, después de los cuales deberá ser reconstruido por el grupo de expertos de Mercedes-AMG antes de volver a la condición del primer día. Eso y el precio, 2,6 millones de euros para una producción limitada a sólo 300 unidades. Sus afortunados propietarios podrán presumir de un coche que será único en la historia.