La enésima creación de Porsche no apunta directamente a los circuitos, ni pretende convertirse en el vehículo más rápido del circuito de turno, ni ofrecer la última innovación en el terreno del rendimiento. Su propósito es ofrecer el mejor equilibrio posible entre prestaciones y elegancia.
Las prestaciones y la deportividad en la gama 911 están encarnadas a la perfección en las versiones GT. Las variantes GT3 y GT3 RS, propulsadas por motores atmosféricos, son las remanescencias más claras de lo que un día, hace más de 50 años, supuso el 911. La versión GT2, por su parte, apunta directamente al componente más prestacional posible.
El último lanzamiento de la firma de Stuttgart se denomina GT3 Touring Package, y ofrecerá máxima deportividad con un componente discreto y elegante, propio de versiones más "civilizadas". Y es que el nuevo GT3 Touring Package hace de su carrocería su mejor aliado.
La imagen externa del GT3 Touring Package apenas da pistas del potencial que se esconde bajo la carrocería. Apenas la parte delantera, con el mismo paragolpes que el GT3, y las llantas, idénticas a las del GT3 "tradicional", nos ponen sobre aviso. Y es que el Touring Package modifica toda la parte trasera, eliminando el enorme alerón fijo y sustituyéndolo por una cola móvil al estilo de los 911 "normales".
En el interior la atmósfera es más refinada si cabe, con cuero y materiales nobles por todas partes. Son de serie todo tipo de elementos de confort como el climatizador o el sistema multimedia de navegación, manteniendo parte de la esencia deportiva con los asientos deportivos y una instrumentación el tacómetro tarado hasta las 10.000 vueltas.
Mecánicamente se mantiene intacto el propulsor 4.0 bóxer de aspiración atmosférica y 500 CV, asociado, de serie, a un cambio manual de 6 relaciones. Esta nueva versión se convierte, automáticamente, en una de las más especiales de la gama 911, enfocada a un tipo de público muy concreto que desea mantener la deportividad de un GT3 sin renunciar a una estética más comedida.