El mercado automovilístico está viviendo, ya a nivel mundial, una profunda transformación. Los usuarios apuestan cada vez con más intensidad por vehículos lo más polivalentes posible, que sean capaces de cumplir con su cometido tanto en recorridos urbanos y habituales como en largos viajes y escapadas en todo tipo de escenarios.
La respuesta a todas estas exigencias se llama SUV, acrónimo de "Sports Utility Vehicle". Este tipo de vehículos "para todo" ha "conquistado" las gamas de prácticamente todos los fabricantes de automóviles, que cuentan en sus filas con, en algunas ocasiones, más de cinco modelos de este tipo. Sin embargo...¿es siempre la opción más recomendable?
Cada cliente es un mundo, eso es un hecho. Un caso concreto no tiene porqué coincidir con las necesidades del siguiente comprador, aunque acaben conduciendo el mismo vehículo. Los SUV ofrecen numerosas ventajas, pero también tienen algunos inconvenientes: mayor precio, mayor coste de utilización, peor dinámica de conducción...desventajas que no se dan en los turismos tradicionales.
Un caso concreto es el de aquel cliente que busca un vehículo práctico y compacto, para una utilización eminentemente ciudadana. Para este tipo de comprador, los vehículos urbanos de segmento A y B son, posiblemente, la mejor opción por su propia concepción: más simples y baratos, con un tamaño muy reducido y propulsores con poca potencia en los que prima la economía de uso. Sin embargo, estos usuarios suelen terminar, muchas veces por desconocimiento, conduciendo un SUV-B con un coste sensiblemente más alto.
No, no se trata de demonizar los SUV, vehículos con múltiples cualidades para múltiples necesidades, sino de hacer un uso racional de este tipo de vehículos. Un cliente que necesita espacio y comodidad para viajar con su familia no tiene porqué, automáticamente, adquirir un SUV, sino que puede escoger entre multitud de opciones como un familiar, que generalmente mantienen las cualidades de una berlina -dinámica de conducción, coste- añadiendo ademas una gran capacidad de carga.
Los monovolúmenes clásicos o, incluso, los turismos derivados de comerciales e industriales son también una gran alternativa para aquellos usurarios que necesiten sobre todo espacio y practicidad y no quieran, por ejemplo, pagar más por sistemas de tracción integral que, en la práctica, no van a utilizar en casi ningún momento.
No hay que eliminar los SUV de las listas de opciones a la hora de adquirir un nuevo vehículo, pero, teniendo en cuenta la magnitud del desembolso que supone la compra de un vehículo para inmensa mayoría de los mortales, conviene siempre estudiar con detenimiento todas las opciones. No, el SUV no es siempre la respuesta...pero casi.