La contaminación atmosférica en los grandes núcleos urbanos se ha convertido en uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las autoridades. Y es que la masificación de las ciudades unida a una presencia desmedida de vehículos hace que los episodios de alta contaminación comiencen a dejar de ser noticia para convertirse en parte de nuestra actividad cotidiana. 

El transporte personal es uno de los pilares de nuestro día a día, pero sin duda es uno de los factores que aportan su "granito de arena" a la creciente contaminación que asola nuestras poblaciones más grandes. Por eso, las autoridades, en parte también por la "facilidad" de su control, han visto en el transporte rodado un elemento a restringir. 

En nuestro país las restricciones de tráfico a causa de la contaminación no eran comunes, pero con el paso del tiempo, sobre todo en grandes ciudades (con Madrid a la cabeza) han comenzado a aplicarlas con relativa frecuencia. Con una ciudadanía inicialmente reticente, los hábitos parece que están empezando a cambiar, o así se desprende del último estudio en movilidad personal presentado por Direct Seguros. 

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Así, del total de encuestados, un 59% muestra una actitud favorable a las restricciones de tráfico en las grandes ciudades, mientras que un 41% se muestra contrario. Eso sí, un 38% de los encuestados expresa que las restricciones han de llegar acompañadas de un refuerzo en los servicios públicos de transporte y en los aparcamientos. 

Sorprendente el dato de las grandes ciudades, con Madrid y Barcelona como dos de las ciudades en las que la población es más favorable a las restricciones, con una proporción de respuesta positiva del 63 y del 70% respectivamente, seguidas de Bilbao, también con un 63%, de Valencia con un 54% y de Sevilla, donde las opiniones están mucho más equilibradas con un 51% de respuestas favorables y un 49% de la ciudadanía en contra de los cortes de tráfico. 

El vehículo particular como medida de transporte personal y cotidiano se está viendo desplazado a marchas forzadas en favor de otras alternativas entre las que podemos encontrar la bicicleta, alternativa para el 6% de los encuestados, o las soluciones de coche compartido (13%), aunque la alternativa preferida sigue siendo el transporte público para el 38% de los encuestados.