En una sociedad en la que el tiempo se ha convertido en uno de nuestros bienes más preciados, las esperas comienzan a demonizarse y la inmediatez de un bien o servicio comienza a valorarse de forma importante durante la experiencia de compra del mismo, la adquisición de un vehículo nuevo puede convertirse en una desesperante espera.
SEAT ha presentado un nuevo concepto de proceso de compra de un vehículo nuevo bautizado como Fast Lane, que tiene como objetivo reducir al máximo los plazos de espera cuando se adquiere un vehículo nuevo a fábrica. En la actualidad, los plazos medios de espera cuando un cliente pide un vehículo directamente a fábrica rondan los 90 días.
Con esta nueva solución, SEAT se convierte en el primer fabricante capaz de garantizar la consecución del proceso de entrega en un plazo máximo de 21 días, reduciendo sensiblemente los tiempos de espera. Este drástico recorte en los tiempos se puede llevar a cabo gracias a diversos estudios logísticos, que han dado como resultado este pionero programa.
El punto clave de esta iniciativa es posibilidad, por parte del cliente, de escoger entre má de 100 configuraciones diferentes de, en España, el León, uno de sus modelos más vendidos. El comprador puede configurar a su gusto el vehículo, aunque las gestiones finales corren a cargo del concesionario más cercano, que cerrará el pedido y recibirá el vehículo, entregándoselo al cliente.
La experiencia Fast Lane de SEAT inició su andadura hace unos meses como prueba piloto en Austria, donde se han comercializado más de 300 unidades mediante esta iniciativa. Tras demostrar su éxito, Fast Lane se extiende a Alemania y España, donde los usuarios ya pueden utilizarla.
Mediante este programa, la firma española propiedad del Grupo Volkswagen pretende ajustar al máximo sus recursos logísticos, con una producción más eficiente y ajustada a las necesidades reales de una clientela cuyos hábitos de consumo no paran de evolucionar.