Cuando un lanzamiento de un nuevo vehículo consigue atraer la atención ya, de primeras, con la denominación del mismo, parece que el destino de ese coche es, quiera o no, pasar a la historia al menos de la marca que se ha encargado de lanzarlo. Es el caso de la última creación de McLaren, bautizada como Senna.
Haciendo honor al más grande de todos los pilotos de la historia de la Fórmula 1, el McLaren Senna ha sido presentado como la última creación de la división Operaciones Especiales del fabricante británico. El Senna ya es leyenda antes ni siquiera de pisar la carretera, gracias a una producción limitada -y ya vendida- de sólo 500 unidades.
Estéticamente, el McLaren Senna, un superdeportivo de la talla del ya extinto McLaren P1, se presenta con una planta muy controvertida, que levanta pasiones y odios a partes iguales. La profusión de aditamentos aerodinámicos, de paneles traslúcidos y la evidente presencia de un gigantesco alerón trasero dan a este británico con alma de coche de carreras una presencia que difícilmente resultará inadvertida.
El interior apuesta por la decoración minimalista, en línea con un planteamiento ligero y deportivo. Destaca la gran pantalla central, desde donde se pueden controlar numerosas funciones del vehículo, la instrumentación variable y los backets de competición. Sorprende también la presencia de unos paneles transparentes en la parte inferior de las puertas, que dejan ver el exterior cuando se pilota.
Mecánicamente el McLaren Senna es un auténtico portento. A su motor 4.0 V8 biturbo de 800 CV se le añade un trabajo tanto en términos aerodinámicos como en el plano técnico absolutamente inconmensurable, con detalles como la entrada de aire sobre el techo -al estilo F1- o el sistema de suspensión activa con amortiguadores interconectados entre sí.
No faltan todo tipo de sistemas electrónicos de cara a mejorar el rendimiento en pista de un modelo para el que sus futuros y afortunados dueños tendrán que desembolsar una cifra que difícilmente será inferior al millón de euros, convirtiéndolo en uno de los McLaren de calle más exclusivos de la historia.