Es habitual encontrar entre los fabricantes premium la posibilidad de encontrar complementos inimaginables en un coche, incluso las marcas más lujosas pueden hacerte un producto a tu medida. Todo lo que el dinero pueda pagar. En este tipo de trabajos, las firmas británicas han demostrado estar un paso por delante junto a principales productores de superdeportivos como Bugatti o Lamborghini. Rolls-Royce, Land Rover, Jaguar o Bentley son capaces de satisfacer los caprichosos gustos de sus acaudalados clientes y eso es algo que podemos apreciar con los dos últimos lanzamientos ‘especiales’ realizados por el fabricante de Crewe.
En la primera mitad del año, Bentley presentó una versión especial de su Bentayga que además de un buen número de lujos entre el que se podría encontrar la realización de un dibujo en madera de un halcón (constaba de 430 piezas de distintas maderas y que suponía más de una semana de trabajo), también contaba con un equipamiento exclusivo dirigido específicamente para los amantes de la cetrería.
El Bentley Bentayga Falconry by Mulliner era la primera demostración de lo que podía hacer el departamento de preparaciones especiales de la marca con el nuevo todocamino. Un producto especialmente diseñado para su principal mercado, los Emiratos Árabes, en los que el arte de amaestrar un ave es considerado como un deporte de reyes. En este caso se sustituía el tradicional espacio de carga del maletero por una verdadera estación de vuelo para los animales, un estuche reparador, así como numerosos compartimentos para guardar el gps rastreador, prismáticos, guantes y capuchones. También había sitio para el disfrute de bebidas espirituosas, incluyendo tres petacas y vasos.
Unos meses después, Bentley ha vuelto a repetir experiencia, en esta ocasión destinada para clientes a los que les gusta la caza. Con el lanzamiento del Bentayga Field Sports by Mulliner, la firma quiere ofrecer a sus incondicionales un vehículo con capacidades off-road, para moverse libremente por la campiña británica, equipado con un compartimento de caza que ha sido redistribuido para portar todos los elementos necesarios para asistir a una de las tradicionales cacerías de las islas, en muchas ocasiones considerada como un evento social entre las clases más pudientes.
En esta ocasión, además de compartimentos para cartuchos, fundas, cortapuros y botellas del mejor whiskey escocés, también se podrá adquirir dos escopetas del artesano James Purdey & Sons, las cuales llegan a emplear hasta dos años en ser construidas y alcanzan precios que superan en la mayoría de los casos los 120.000 euros.