Afrontamos las últimas dos semanas de 2017 con las festividades navideñas ya a la vuelta de la esquina. En estas fechas, además de copiosas comidas, regalos y reuniones familiares, es una etapa de muchos desplazamientos, especialmente interurbanos. Las condiciones invernales pueden suponer un peligroso compañero de viaje en el caso de no tomar las medidas y precauciones necesarias, por lo que es un buen momento para revisar algunos consejos para disfrutar lo máximo posible de dichas celebraciones.
Obviamente es imprescindible tener en buenas condiciones los neumáticos, las ruedas son el punto de contacto del vehículo con el firme, por lo que presenta una parte fundamental en el mantenimiento del coche, especialmente en invierno. En España no es obligatorio el uso de un neumático específico para dicha estación del año, pero sí es necesario el contar con un mínimo de profundidad de 3 milímetros para la banda de rodadura con el fin de evacuar el agua en el caso de lluvia y de poder contar con un mínimo de tracción en caso de nieve o hielo.
En el caso de no disponer de neumáticos de invierno, es imprescindible el uso de cadenas o de otros productos homologados y certificados para ese mismo uso. Aunque sí se suele bajar la presión de los neumáticos en terrenos como las dunas del desierto, no se recomienda hacer lo propio en condiciones de nieve. Perderemos estabilidad y se puede dañar la estructura del neumático.
Parabrisas, luces y batería, también a tener en cuenta:
No es la única precaución en cuanto al mantenimiento del vehículo a tener en cuenta. Durante la campaña de navidad de 2016, la DGT lanzó una serie de recomendaciones especiales para el cuidado del parabrisas debido a las bajas temperaturas a las que nos enfrentamos en esta parte final del año. No se trata sólo de una pieza muy importante en materia de visibilidad, sino que también es uno de los elementos estructurales y de seguridad del vehículo, ya que es en él dónde se apoya el airbag una vez desplegado.
En el caso de tener un impacto o una pequeña brecha, descongelar el parabrisas con cambios demasiado bruscos de temperatura (agua caliente o con la calefacción a temperatura muy elevada) puede terminar de provocar la rotura del mismo. Las recomendaciones por parte de los expertos es la de quitar el hielo con una rasqueta de plástico o rociar el cristal con alcohol.
Los limpiaparabrisas deben estar controlados con el objetivo de que ayude a evacuar el agua en caso de lluvia o nieve. Se aconseja renovar los elementos de caucho cada 6-12 meses, mientras que se recomienda rellenar el depósito de líquido limpiaparabrisas no sólo con agua sino con productos específicamente para este tipo de condiciones. También hay que prestar especial atención a las luces, siendo una de las recomendaciones por parte de la Dirección General de Tráfico la de utilizarlas también de día, no sólo para ver, sino también para ser vistos. Siempre debemos llevar elementos de repuestos en el vehículo en el caso de poder sustituir elementos como las bombillas o los fusibles. La batería del vehículo puede perder más del 50% de su carga cuando las temperaturas caen bajo cero, por lo que también es importante revisarla con antelación.
Por último, pero no menos importante, es vital organizar el viaje, especialmente en el caso de los más largos. Aunque las previsiones no auguran unas navidades blancas, siempre es recomendable informarse sobre el estado de circulación de las carreteras, así como las condiciones meteorológicas que nos vamos a encontrar en nuestro itinerario. Obviamente, en caso de nieve, es muy recomendable circular por zonas transitadas en las que nos aseguramos que el dispositivo de limpieza y mantenimiento de carreteras es constante, evitando así en la medida de lo posible otras vías secundarias o más inaccesibles. En caso de salir del país, se debe consultar la lista de países europeos en los que sí es obligatorio el uso de neumáticos de invierno, así como la legislación para cada uno de los estados que vamos a atravesar hasta llegar a nuestro destino.
Siempre muy suave con las manos y los pies:
En materia de conducción, especialmente en condiciones de baja adherencia ya sea por lluvia, hielo o nieve, es recomendable ser muy suave con la dirección, los pedales y la caja de cambios. En la medida de lo posible hay que evitar los volantazos, aceleraciones bruscas o frenadas repentinas. Se debe circular a baja velocidad en el caso de la aparición del blanco elemento, optando también por marchas largas con el objetivo de entregar la potencia al suelo de forma paulatina y por tanto evitar así que pueda haber una pérdida de tracción en las ruedas motoras en el momento de aplicar el gas.
En caso de una nevada copiosa, con nieve virgen recién caída, es importante comprobar la profundidad de la misma con el objetivo de evitar quedarnos atascados. Un truco para salir de este tipo de atasques es el de utilizar las alfombrillas del coche delante del eje tractor con el objetivo de conseguir una base algo más estable sobre la que traccionar. Si te ves obligado a conducir con niebla, puedes aplicar la famosa “regla de las tres V"; Visibilidad (50 metros), Velocidad (50 km/hora) y Vehículo delantero (50 metros).
A la hora de utilizar el pie derecho sobre el pedal del freno, es necesario hacerlo de forma suave y apoyándonos principalmente en el freno motor para reducir la velocidad, especialmente en bajadas pronunciadas. Hay que anticipar mucho nuestras acciones, especialmente ya que las ruedas pueden bloquearse y perder el control del coche o alargarse la frenada mucho más si lo comparamos con las condiciones normales. Obviamente la distancia de seguridad también debe ser acorde a la situación de la carretera por la que circulamos.
En la maniobra de aproximación a una curva, se recomienda dividir en etapas la misma, primero frenando en línea recta para evitar perder el control del coche. Una vez adecuada la velocidad al giro y a las condiciones de la carretera, se procede a girar el volante con suavidad y una vez ya superado el giro y con la dirección enderezada, acelerar de forma gradual. En estos casos es mejor no utilizar el control de crucero para mantener siempre el control sobre el acelerador y la entrega de potencia del motor en cada momento.