Martin Winterkorn, expresidente de la compañía automovilística Volkswagen, será juzgado por fraude después de que un tribunal alemán aceptase los cargos que se le imputan por su papel en el caso del software que alteraba las emisiones de algunos vehículos diésel de la firma cuando estaban siendo objeto de pruebas de laboratorio.
Así lo ha anunciado hoy la Audiencia de Braunschweig (Alemania), un comunicado que llega cinco años después de que el caso del diésel saliese a la luz, en septiembre de 2015. Es ahora, por tanto, cuando el que fue alto directivo en la compañía se enfrentará a los tribunales.
La Audiencia de Braunschweig, en el estado alemán de Baja Sajonia, indicó en un comunicado que ve suficientes indicios como para procesar a Winterkorn, que dimitió a causa de este escándalo pocos días después. El proceso, que sería abierto, no tiene aún fecha concreta de inicio.
Considera el tribunal que los compradores de ciertos vehículos del grupo Volkswagen fueron engañados y sufrieron en consecuencia un daño material.
Considera el tribunal que los compradores de ciertos vehículos del grupo Volkswagen fueron engañados y sufrieron en consecuencia un daño material.
Winterkorn presentó su dimisión y abandonó su cargo de presidente de Volkswagen días después de que saliese a la luz el caso del diésel, tras aceptar la "responsabilidad" de lo ocurrido, a pesar de ser consciente de "no haber hecho nada equivocado".
"Como presidente acepto la responsabilidad por las irregularidades halladas en los motores diésel y por ello he pedido al consejo de supervisión que apruebe mi cese en las funciones como presidente del grupo Volkswagen", aseguró el exdirectivo.
Asimismo, señaló en su día que daba ese paso "por el interés de la compañía", aunque aseguraba ser consciente "de que no había hecho nada malo".
El expresidente y otros cuatro directivos del consorcio fueron acusados el año pasado por el caso del diésel y un tribunal de Braunschweig (Alemania) permitió este miércoles que el caso procediese, pero modificó algunos de los cargos, señalando que los sospechosos también podrían ser juzgados por actuar como una banda criminal.
Sin embargo, el tribunal retiró las acusaciones de abuso de confianza y otros cargos menores contra Winterkorn, según recoge Bloomberg.
El juez asegura que los cargos de fraude que se le imputan a Winterkorn se refieren a unos 9 millones de vehículos vendidos en Europa y Estados Unidos equipados con este software, que habrían hecho perder a los clientes de la compañía unos 100 millones de euros.
11 millones de coches afectados
Todo ello después de que el grupo automovilístico germano admitiese en septiembre de 2015 haber manipulado más de 11 millones de automóviles diésel en todo el mundo mediante la colocación de un dispositivo que alteraba las emisiones reales de óxidos de nitrógeno (NOx).
Fueron las autoridades medioambientales de Estados Unidos acusaron al grupo Volkswagen de manipular las emisiones de distintos motores diésel para hacer ver que cumplían los límites de contaminación, en concreto, los niveles de óxidos de nitrógeno (NOx).
En los siguientes meses se destapó que 11 millones de vehículos del grupo contaban con un "software" ilegal que hacía que sus motores emitiesen por debajo de los límites pero sólo cuando se encontraban en un banco de pruebas. En carretera la contaminación era mucho mayor.
Un software no permitido desconectaba los filtros del tubo de escape en muchas más ocasiones de lo legalmente permitido, logrando una mayor potencia en los vehículos pero con un mayor coste medioambiental.
El escándalo derivó en múltiples causas judiciales para el fabricante de vehículos europeo. Diversas estimaciones apuntan a que el escándalo le ha costado ya a Volkswagen más de 30.000 millones de euros en multas e indemnizaciones.
Los clientes afectados, por un lado, exigieron compensaciones tanto a título individual como en grandes causas colectivas. Los accionistas, por su parte, denunciaron a la dirección por ocultarles información crítica para poder evaluar el precio de las acciones.
En Alemania, la compañía aceptó en 2018 pagar una multa de 1.000 millones de euros porque las investigaciones de la Fiscalía determinaron que se produjeron "incumplimientos del deber de vigilancia".
Además, este mismo año Volkswagen acordó en Alemania indemnizar con hasta 6.250 euros a 200.000 propietarios de vehículos diésel, así que la empresa pagaría en total alrededor de 620 millones de euros. Sin embargo, muchos consumidores todavía planean demandar al fabricante de automóviles de forma individual.