En estos días se está produciendo un rifirafe entre los fabricantes de coches y los gobernantes europeos. ¿La razón? Los objetivos de descarbonización del parque de automóviles, que son muy ambiciosos por parte de los políticos y más realistas cuando hablan los fabricantes.
En este sentido, y comenzando por los políticos, desde la Comisión Europea se está pidiendo que el Viejo Continente cuente con cerca de 30 millones de vehículos de cero emisiones en el año 2030.
Una cifra elevada, sobre todo si tenemos en cuenta el parque actual, que es de unos 240 millones de vehículos. Esto significa, por tanto, que en la próxima década estaríamos hablando de que el 12% de los coches que rueden por las carreteras en Europa sería 100% eléctrico.
Estos objetivos de la Unión Europea son un brindis al sol puesto que también piden que las ciudades consigan ser climáticamente neutras, que el tráfico ferroviario de alta velocidad se haya duplicado, que los viajes colectivos para trayectos de menos de 500 kilómetros sean también neutros, que exista un despliegue "a gran escala" de la movilizad automatizada y que haya buques 'cero emisiones' listos para su compraventa.
Hasta aquí la carta a los Reyes Magos que piden los políticos. Y ahora, vamos al día a día, con lo que comentan los fabricantes. Y en este sentido, desde ACEA, la asociación de constructores, señalan que estos objetivos están "muy lejos de la realidad actual".
Según datos de ACEA, de los 243 millones de turismos que había en Europa el año pasado, menos de 615.000 unidades eran eléctricos o de pila de combustible de hidrógeno, aproximadamente el 0,25% de toda la flota.
"Para cumplir con el objetivo de la Comisión, necesitaríamos ver un aumento de casi 50 veces en los modelos 'cero emisiones' en circulación en nuestras carreteras en solo diez años", ha indicado el director general de ACEA, Eric-Mark Huitema.
Para el directivo, a pesar de las inversiones de la industria para el desarrollo de estos vehículos, todavía no se dan las condiciones adecuadas para dar un salto "tan grande".
"La Comisión debería igualar su nivel de ambición de desplegar infraestructura en la Unión Europea con su ambición de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos. Es bastante simple: cuanto más altos sean los objetivos climáticos, más altos deberían ser los objetivos para los puntos de recarga. Desafortunadamente, todavía vemos un desajuste entre estos dos elementos", ha lamentado Huitema.
Escasa infraestructura
En lo que respecta a la infraestructura, la Comisión estima que se necesitarán tres millones de puntos de recarga públicos para 2030. Dado que el año pasado había menos de 200.000 puntos en toda Europa, esto requeriría el despliegue de 15 veces más infraestructura en los próximos 11 años.
Desde ACEA también han defendido otro tipo de incentivos para el despliegue del coche eléctrico, como ayudas para la renovación y apoyo al sector para que los trabajadores puedan formarse para facilitar la transformación hacia la movilidad eléctrica.
El 12% será eléctrico en 2025
Más datos con relación al coche eléctrico. En este caso los hemos conocido de la consultora Bain&Company, que señala que el 12% de los coches nuevos que se vendan en todo el mundo en 2025 montará un propulsor 100% eléctrico, una cifra que se disparará al 50% en el año 2040.
Tal como recoge el documento, los vehículos eléctricos y autónomos están preparados para convertirse en una opción cada vez más común, lo que representa un claro desafío para los fabricantes de vehículos.
En este sentido, Bain&Company espera que el mercado de vehículos eléctricos comience a escalar rápidamente alrededor de 2024 y que el mercado de automóviles autónomos alcance un punto de inflexión en 2028.
"El mundo de la automoción avanza a toda velocidad, especialmente en lo que respecta a la innovación y a la tecnología detrás de los vehículos eléctricos y autónomos. Las decisiones que tomen los equipos de liderazgo en los próximos meses serán fundamentales para determinar su competitividad futura", ha indicado el codirector de Automóvil global de Bain&Company, Klaus Stricker.
Una encuesta entre consumidores de Estados Unidos, Alemania y China señala que el 50% de los conductores está considerando comprar un modelo eléctrico o híbrido enchufable como su próximo automóvil. "Pero aún pasarán varios años hasta que los fabricantes de automóviles puedan, de media, lograr márgenes con vehículos eléctricos comparables al margen del 5% de los vehículos convencionales", recoge el informe.
"Aun así, persiste el impulso global de los vehículos eléctricos, ayudado por incentivos y políticas gubernamentales. En 2025, alrededor del 12% de los automóviles nuevos vendidos en todo el mundo será completamente eléctrico. En 2040, esa cifra será superior al 50%. Las primeras empresas en lograr el objetivo final, un vehículo eléctrico accesible sin subvenciones, obtendrán una valiosa ventaja competitiva", aseguran desde Bain&Company.
Por ello, ponen el foco en la batería, que representa el 30% de los costes de fabricación, aunque se espera que su precio baje de los 124 dólares hasta los 100 dólares (de 102 euros a 82 euros) por kilovatio hora (kWh) para 2025.
Conducción autónoma
En cuanto a los vehículos autónomos, el documento recoge que en los próximos ocho años surgirán dos usos principales para este tipo de automóviles: la conducción autónoma en carretera para modelos privados y las flotas de robo-taxi para áreas urbanas.
De esta manera, los servicios de transporte con vehículos autónomos podrían ser una solución rentable para la movilidad urbana hacia 2030. Aún así, para que el mercado alcance su punto de inflexión, los vehículos deberán exhibir un nivel de automatización 4 o conducción autónoma sin interacción humana bajo ciertas condiciones.
"Como en muchas aplicaciones avanzadas de inteligencia artificial, para los vehículos autónomos, más allá del reto técnico en dónde se ha visto mucho avance, es importante que se vayan abriendo a ello tanto los reguladores como el público en general", ha destacado el socio asociado de Bain&Company en Madrid Alberto Requena.