Por el momento, todavía no ha ningún anuncio oficial. Pero ya se ha dejado caer que podría ser una realidad. Lo que sí es un hecho es que el Gobierno lo está recomendando. Hablamos de una posible reducción de la velocidad en las carreteras como una medida para bajar el consumo de combustible.

Ha sido la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, Teresa Ribera, la que ha señalado este lunes que el Gobierno está trabajando en un plan de ahorro y eficiencia energética en el ámbito de la Administración General del Estado (AGE). Junto a este plan también vendrían una serie de "recomendaciones" a la ciudadanía para reducir el consumo de energía y las importaciones de combustibles fósiles.

"Estamos trabajando en términos de recomendaciones para que los ciudadanos puedan contribuir a reducir el consumo, no estamos trabajando en legislación dura", ha señalado Ribera en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press.

Por ello, la ministra ha insistido en que hay recomendaciones básicas "muy importantes", señalando entre ellas el fomento del transporte público frente al vehículo privado, el teletrabajo, la regulación del termostato, el coche compartido si no se puede usar transporte público o racionalizar horarios de oficina para apagar antes la calefacción en invierno.

No obstante, la que más nos ha llamado la atención es una posible recomendación que también se está barajando y que "ya se hizo en el pasado". Hablamos de la reducción de la velocidad en las carreteras. "Es una de las recomendaciones que introduce de nuevo la Agencia Internacional de la Energía en sus propuestas", afirma. "Pensemos que en la década de los 70 en muchos países europeos se impulsaron a gran escala medidas muchas más amplias de reducción del uso del vehículo privado", ha señalado.

Precios y ofertas de coches eléctricos

La velocidad se redujo con Rodríguez Zapatero

Esta medida de la reducción de la velocidad en autovías y autopistas, en realidad, no sería completamente nueva, sino que ya se llevó a cabo en 2011 durante un total de cuatro meses. Se trató de una imposición por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que fue anunciada por el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

En su momento, Rubalcaba justificó la medida "transitoria" ya que España se encontraba en una situación "excepcional" al estar "el litro de gasolina más caro de la historia", lo que implicaba más inconvenientes para la recuperación económica del país.

En el momento de la aprobación de la medida, el crudo rondaba los 115 dólares por barril, y se preveía que siguiera subiendo.

El objetivo de la medida era reducir el consumo de carburante debido a la crisis en los países productores del norte de África, si bien esta disminución de la velocidad el Gobierno también estimó que podría tener "efectos colaterales" beneficios para la seguridad vial y la contaminación ambiental.

Esta medida, no obstante, solo duró cuatro meses y en junio de 2011 ya se volvía a la situación anterior, previa al 25 de febrero.

Fue en el Consejo de Ministros celebrado el pasado 24 de junio de 2011 cuando el Gobierno decidió no prorrogar los 110 porque el petróleo está más barato que entonces, y la previsión es iba a seguir bajando. Finalmente, a partir del 1 de julio se podía volver a circular a 120 km/h en España en autopistas y autovías.

En relación con el ahorro, al final, fue de 450 millones de euros, con una reducción del carburante del 5,7% en los meses principales de la medida (marzo, abril y mayo de 2011). Por tanto, este es el dato oficial de ahorro que supuso la medida, algo lejano del estimado que era de entre el 11 y el 15%.

Y si extrapolamos este descenso 'oficial' del 5,7% a un consumo actual de entre 5 y 6 litros de un coche actual estaríamos hablando de una reducción del gasto de entre 30 cl. y 40 cl. cada 100 kilómetros, lo que en euros actuales se traduciría en 50 céntimos de euro cada 100 kilómetros, según nuestros cálculos.

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