Hoy vamos a probar un coche eléctrico en su hábitat natural, la ciudad. Cuando hablamos de los vehículos de cero emisiones, solemos siempre decir que su autonomía en conducción urbana suele ser mejor que en un viaje por autopista, por ejemplo.
La razón es sencilla. Un coche eléctrico en ciudad, al tener que realizar paradas y, por tanto, utilizar más el freno, regenera mejor que en una autopista donde solo se demanda energía y apenas recupera. Por ello, lo que queremos demostrar con la siguiente prueba es que el vehículo gasta menos en ciudad y, por lo tanto, su autonomía es mayor que la homologada en una conducción donde se combina la ciudad y la carretera.
Y para comprobar esta afirmación hemos tomado como referencia el Peugeot e-208. Este modelo es un coche de enfoque urbano así que a nuestro juicio es perfecto para realizar esta demostración. Del Peugeot e-208 la firma francesa ha matriculado hasta ahora cerca de 3.000 unidades, desde que se pusiera a la venta en 2020, lo que le ha permitido situarse en las primeras posiciones de su categoría.
Peugeot e-208: autonomía de este coche eléctrico
Antes de comenzar la prueba, lo primero que haremos será conocer su autonomía oficial. Y en este sentido, recurrimos a Peugeot para conocer que el e-208 presenta una autonomía de 362 kilómetros según la normativa WLTP. Esta cifra, por tanto, supone un consumo medio de 17,3 kWh/100 km según homologa la marca.
Esta cifra, además, supone una mejora de 22 kilómetros respecto a la primera homologación obtenida por la marca. Un aumento de autonomía gracias a las nuevas relaciones de la caja de cambios y a la bomba de calor junto a un sensor de humedad montado en la parte superior del parabrisas optimiza la eficiencia energética de la calefacción y el aire acondicionado.
Ya tenemos, por tanto, dos datos clave: la autonomía y el consumo. Ahora toca el momento, por tanto, de pasar a la práctica. Así que recogemos el Peugeot e-208 de la fábrica del Grupo Stellantis en Villaverde y nos dirigimos al centro de Madrid.
Comenzamos a recorrer los primeros 20 kilómetros y fijamos como primera parada para una sesión de fotos la plaza de toros de Las Ventas. Un primer recorrido que nos permite disfrutar del confort de marcha, principalmente por el silencio de rodadura... Al ser un coche eléctrico, no emite ruido alguno su motor eléctrico y solo se puede apreciar el sonido de los neumáticos sobre el asfalto y el viento.
Independientemente, por tanto, del resultado de la prueba, ya tenemos una primera ventaja del coche eléctrico frente al de combustión. Y esta no es otra que es un coche más agradable de conducir. Tras la parada en Las Ventas continuamos nuestro recorrido por Madrid.
Es un día festivo por la mañana, es pronto y, por lo tanto, apenas hay tráfico en la capital. Una situación idónea para circular por el centro de Madrid. Así que aprovechamos para recorrer un buen número de kilómetros por las principales calles de la ciudad: Dr. Esquerdo, Francisco Silvela, Puerta de Alcalá…
Sin restricciones en la ciudad
Continuamos con la prueba y ahora queremos demostrar otra de las ventajas del coche eléctrico. Se trata de circular por los lugares más céntricos de la capital. Algo que, por otra parte, es más que complicado con un coche de combustión. De ahí que decidamos ir al Mercado de San Miguel, uno de los sitios más turísticos y céntricos de Madrid. A nuestro paso, por estas calles vemos continuamente que los coches tienen restricciones al ser el distrito centro y una zona de bajas emisiones. Sin embargo, al llevar un coche 100% eléctrico nada nos impide continuar nuestro paso.
Seguimos nuestra andadura por la calle Bailén, parea pasar por delante de la catedral de Madrid y continuar con el Palacio Real. Sorprende que podamos circular junto a estos monumentos en coche, pero una vez más tenemos que recordar que con un coche eléctrico no tenemos restricciones en Madrid.
Aprovechamos, además, para aparcar en la calle. Al ser un coche también de cero emisiones, podemos utilizar la zona SER (estacionamiento regulado) sin tener que pagar nada por ello. Recordamos en este sentido que los coches eléctricos, como este Peugeot e-208, pueden aparcar gratis en la calle.
12 kWh de consumo en ciudad
Llega el momento de recopilar los datos. Comprobamos el ordenador de viaje y vemos que en nuestro trayecto urbano el coche ha gastado 12,2 kWh cada 100 kilómetros. Estamos, por tanto, ante un consumo de aproximadamente 5 kWh menos que el consumo eléctrico combinado y homologado según el ciclo WLTP.
¿Y la autonomía? Pues también, vemos que las cifras mejoran. Con este consumo de 12,2 kWh, la autonomía de este coche en ciudad rondará los 400 kilómetros. Se trata, por tanto, de unos 40 kilómetros más de autonomía que el consumo combinado. Además, si tenemos en cuenta que de media los españoles menos de 50 kilómetros al día en coche, podemos decir que con una carga semanal sería más que suficiente.
Recarga rápida
Es hora de realizar una recarga rápida con el Peugeot e-208. También sabemos que lo idóneo de un coche eléctrico es la recarga lenta y principalmente nocturna. Es cuando hay menos demanda de energía y, por lo tanto, es más accesible. Pero también hay que reconocer que en determinados momentos es necesario hacer una recarga rápida, utilizando de la infraestructura pública. Así que para ello haremos una comprobación de cuál sería el coste cada 100 kilómetros dependiendo de diferentes compañías.
Y empezamos con la estación de Ionity de Campo de las Naciones, en Madrid. Sabemos que es una de las más caras (con el precio del kWh a 0,79 euros). Pero también es interesante porque al tener esos precios suele haber cargadores disponibles y su potencia de carga es elevada (la potencia máxima de Ionity es de 350 kW y la del Peugeot e-208 es de 100 kW). Así que nos desplazamos hasta este lugar y conectamos el Peugeot e-208.
Y rápidamente vemos cómo el coche comienza a cargar, al principio a una potencia alta. Como en realidad queremos conocer cuál es el gasto de recorrer 100 kilómetros, la operación dura muy pocos minutos. Prácticamente en 10 minutos ya tenemos los 12,2 kWh de capacidad de la batería cargados. Por tanto, multiplicando el kWh a 0,79 vemos que la recarga pública nos ha costado 9,63 euros (como queremos tener un poco más de autonomía finalmente detenemos la carga a los 15 minutos con 16 kWh cargados).
En el caso de que hubiéramos utilizado una recarga pública más económica, como por ejemplo la red de recarga de Iberdrola de 50 kW, el precio del kWh es de 0,45 euros. Por lo tanto, estaríamos hablando de 5,49 euros, prácticamente la mitad.
Y si pudiéramos realizar una recarga lenta en casa con un precio del kWh de alrededor de unos 20 céntimos de euro, entonces estaríamos hablando de un coste de 2,44 euros cada 100 kilómetros.
Más barato que uno de combustión
No obstante, en todos estos casos la recarga del coche eléctrico sigue mereciendo la pena frente a uno de combustión. Un Peugeot 208 con una potencia similar y una caja automática tiene un consumo medio combinado de 5,3 euros, cifra que con el precio de combustible actual (2,01 euros) ofrece un gasto cada 100 kilómetros de 10,6 euros.
Con esta prueba, en definitiva, hemos obtenido dos conclusiones. La primera es que el coche eléctrico, una vez más, demuestra que la ciudad es su mejor escenario. Y la segunda es que el coste cada 100 kilómetros es más económico que el de un coche de combustión.
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