Si bien estábamos acostumbrados a considerar al Mazda CX-5 como el modelo más grande la gama, ahora toca conocer al SUV que ocupa esta nueva posición: el Mazda CX-60. Este coche supone para la marca importantes novedades para conquistar nuevos territorios.

Decimos esto porque se trata de un modelo que pertenece al segmento de los SUV grandes (con 4,74 metros de largo), es el primer híbrido enchufable de la marca nipona y llega para buscar su hueco entre los coches de firmas premium.

Es el modelo más grande de la gama, por ahora.

El Mazda CX-60 híbrido enchufable ya está a la venta con un precio desde 50.268 euros para las primeras unidades en septiembre. Sin embargo, a partir de octubre, estará disponible a partir de 52.115 euros. En el caso de la versión diésel microhíbrida tendrá un coste desde 48.719 euros.

A continuación vamos a repasar los precios de la gama en función de las distintas versiones y acabados disponibles, siendo de menor a mayor equipamiento el Prime Line, Exclusive Line, Homura y Takumi.

En el caso de las versiones híbridas enchufables (PHEV):

e-Skyactiv PHEV PVP Oferta
Prime Line 52.115 €
Exclusive Line 53.665 € 46.083 €
Homura 57.665 €
Takumi 59.215 € 49.797 €

Las versiones diésel microhíbridas:

e-Skyactiv D PVP
Prime Line 48.719 €
Exclusive Line 50.269 €
Homura 54.269 €
Takumi 55.819 €

Diseño inconfundible Mazda

Uno de los grandes pilares de Mazda es la dedicación y el esfuerzo que ponen a la hora de diseñar sus coches. Por ello, el Mazda CX-60 tiene un gran proceso de diseño detrás, gracias a los takumis o artesanos japoneses, quienes realizan esta labor creativa de manera artesanal.

Como curiosidad, para ese proceso se utiliza un molde de arcilla hasta dar con el diseño final de la carrocería, sin herramientas digitales, únicamente con las manos de los takumis y el diálogo entre ellos. Es un coche hecho a mano en Japón, con una alta calidad en sus acabados como explicaremos más adelante.

La versión híbrida enchufable tiene un motor de 327 CV.

Para el diseño exterior se han decantado por una estética bastante continuista, una imagen que recuerda a su hermano pequeño, el Mazda CX-5, pero con más cuerpo y una parrilla más grande. Además, el frontal cuenta con unos grupos ópticos de nuevo diseño, ya que tienen forma de “L” y son más verticales.

Si se observa de perfil, el Mazda CX-60 tiene una sección frontal alargada y una trasera corta, para conseguir más dinamismo. Hablamos de un coche que mide 4,74 metros de largo, 1,89 metros de ancho y 1,68 metros de alto, por lo que dentro del segmento de los SUV-D es de los modelos más grandes de la categoría.

Por poner algún ejemplo, supera en tamaño al Toyota RAV4 (4,60 metros)Audi Q5 (4,68 metros)BMW X3 (4,71 metros). Sin embargo, estaría por debajo de un Hyundai Santa Fe (4,78 metros) o un Kia Sorento (4,81 metros).

Como novedad, se añade a la paleta de colores el blanco “Rhodium White”, con el que buscan que sea una tonalidad representativa de la marca como el rojo “Soul Red Crystal”. En cuanto a las llantas disponibles, pueden ser de 18 o 20 pulgadas, en función del acabado escogido.

Interior de altas calidades

El interior del Mazda CX-60 es un claro reflejo de la filosofía de la marca, por sus diseños limpios, cuidados y minimalistas, donde menos es más. El salpicadero sigue el concepto Kaichô, que combina distintos materiales y texturas; una mezcla muy acertada que transmite armonía.

Se emplea un tipo de tela que imita a la de los kimonos japoneses, y en los laterales y en la consola central se utiliza madera de arce, así como elementos cromados. Para la conjunción de todos los materiales utilizan el Musubu o el arte de anudar y conectar.

Diseños limpios y puristas.

En el plano tecnológico, Mazda sigue apostando por pantallas contenidas que no cobren todo el protagonismo del interior. Por ello, en la parte superior del salpicadero se sitúa una pantalla de 12,3 pulgadas, con una forma muy horizontal que encaja muy bien con ese espacio. Cuenta con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos.

Además, frente al puesto de conducción destaca el cuadro de mandos de 12,3 pulgadas y el Head-Up Display, una pantalla transparente donde se proyectan datos de interés sobre la conducción y el entorno. Ahora es más grande respecto a otros modelos de la gama.

Otro de los puntos clave del interior del Mazda CX-60 es el espacio que ofrece, ya que con una distancia entre ejes de 2,87 metros, la habitabilidad es extraordinaria. Mientras que los asientos delanteros gozan de mucha amplitud, los traseros no se quedan ni mucho menos cortos en este sentido. Hay espacio de sobra para poder estirar las piernas y viajar cómodamente, incluso para las personas de mayor estatura.

El espacio interior es muy amplio y cómodo.

El maletero tiene una capacidad de 570 litros, y si se abaten los asientos alcanza 1.148 litros, con un umbral de carga muy amplio. Como elemento muy práctico, se incluye una toma de corriente de 150 W en el interior del mismo, así como otra en la segunda fila de asientos para los pasajeros.

Motores

Las motorizaciones disponibles son muy variadas, desde la gasolina y el diésel con hibridación ligera hasta la versión híbrida enchufable.

Esta última es la gran novedad del Mazda CX-60 y cuenta con un motor de gasolina 2.5 de 190 CV y otro eléctrico de 175 CV, por lo que juntos suman 327 CV. La autonomía en eléctrico asciende a unos 65 km y los consumos rondan 1,5 l/100 km. Gracias a esta tecnología puede llevar la etiqueta Cero de la DGT, lo que le exime de tener que pagar por estacionar en la calle.

Los acabados Takumi y Homura son los más equipados.

Los motores de combustión son un diésel denominado e-Skyactiv D de 3.3 litros y otro gasolina de 3.0 litros, ambos se complementan con un sistema de hibridación ligera de 48 V y un cambio automático de ocho velocidades.

A los mandos del Mazda CX-60 

Nos hemos puesto a los mandos del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV (o híbrido enchufable), un coche con 327 CV y cambio automático de ocho velocidades. En cuanto nos sentamos en el asiento del conductor la calidad de los materiales es increíble, acompañada de tonalidades claras como el cuero blanco o la madera de arce.

En carretera el Mazda CX-60 tiene un comportamiento exquisito, el cambio automático es progresivo y suave, jugando con las marchas para una conducción más ágil. En curvas o cambios de carril más bruscos no balancea lo más mínimo, se muestra estable y con gran aplomo.

Desde dentro la sensación de que sea un coche de tamaño grande disminuye, es fácil de manejar y agradable al tacto por los materiales utilizados. El cuadro de mandos marca un depósito con tres cuartos de gasolina, por lo que la autonomía indica que hay 380 kilómetros de combustible y 51 kilómetros por parte del motor eléctrico (sin estar la batería totalmente recargada).

La versión híbrida enchufable tiene una autonomía de 65 km en eléctrico.

Se pueden seleccionar varios modos de conducción como Normal, Sport, Off-road, Towing o EV. Este último es exclusivo de la versión híbrida enchufable y sirve para circular únicamente en eléctrico, algo muy útil en entornos urbanos o de bajas emisiones.

El Mazda CX-60 en función de la velocidad, la autonomía eléctrica y otros factores, va alternando el uso del motor de combustión o el motor eléctrico, para una mayor eficiencia. Y lo consigue, ya que cuando hay suficiente batería para sacarle juego a la parte eléctrica hemos realizado 1,7 l/100 km, unas cifras de ensueño. Mientras que cuando el coche ya circula con la parte mecánica de gasolina marca 5,3 l/100 km.

Según unos cálculos aproximados, pudimos circular unos 60 kilómetros en eléctrico, una cifra bastante razonable para el día a día.

En definitiva, el Mazda CX-60 es un coche interesante por la calidad de su rodadura y acabados, los bajos consumos de la versión híbrida enchufable y el espacio interior. Además, es un modelo que tiene un precio más competitivo respecto a otros de marcas premium.

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