En concreto, el Duque de Edimburgo, que murió con 99 años de edad la semana pasadsa comenzó a desarrollar este vehículo fúnebre tomando como base un Land Rover Defender TD5 130. Y para que pudiera utilizarse dentro del cortejo lo que pidió que realizaran en el coche fue que la sección trasera estuviera abierta, y así poder trasladar el ataúd.
Este amor por los coches ha quedado una vez más patente en su funeral, celebrado este sábado. En concreto, en el coche fúnebre, puesto que el ataúd fue transportado en un vehículo que él mismo estuvo ayudando a construir desde el año 2003, hace ya 16 años, tal y como reconoce la BBC, de fuentes del Palacio de Buckingham.