El Mazda CX-5 llegó en 2012 al mercado, por tanto es uno de los SUV más veteranos.
Probamos el Mazda CX-5: calidad y precio asequible respecto a otros SUV premium
- Probamos el SUV mediano de la firma japonesa, el Mazda CX-5, un coche que destaca por el cuidado de sus acabados y una conducción suave, pero que no cuenta con ningún tipo de electrificación.
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Con 10 años en el mercado, el Mazda CX-5 es un veterano SUV de la marca nipona que recibió en 2020 una pequeña actualización. Se trata de un coche elegante, con excelentes acabados y una motorización razonable.
Nuestra posibilidad de conocer más de cerca al Mazda CX-5 ha sido, en concreto, con una unidad equipada con el acabado Homura y el motor de gasolina de 165 CV, una opción bastante interesante que tiene sus motivos justificados. Te explicamos los aspectos más importantes a continuación.
En este último restyling apenas hay nuevos elementos de diseño.
Diseño limpio y elegante
El diseño del Mazda CX-5 a nuestro parecer transmite paz, serenidad, una imagen que denota que saben hacer las cosas bien. Es el perfecto ejemplo de una estética cuidada, sin grandes formas angulosas, simplemente fluye.
El acabado Homura ofrece un aspecto deportivo, con ciertos elementos oscurecidos como los retrovisores, el faldón de la parrilla o las llantas negras de 19 pulgadas. Además, añade los cristales traseros tintados y el spoiler en el techo, lo que enfatiza más su imagen dinámica.
Es uno de los SUV más grandes de su categoría con 4,57 metros de largo.
En el frontal podemos reconocer unos faros Full LED adaptativos, igual que los que se disponen en la trasera, con una estructura oscurecida. Junto a estos un poco más abajo, se sitúan los dos tubos de escape, que aportan al conjunto una sensación de equilibrio y esa deportividad que busca este acabado.
El Mazda CX-5 es un SUV mediano, es decir, del segmento C, pues comprende unas medidas que abarcan los 4, 57 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,68 metros de alto. Por tanto, estas cifras indican que es uno de los modelos más grandes de su categoría, con un maletero de 522 litros.
Interior impecable
En el interior del Mazda CX-5 encontramos un esquema conservador, sin grandes pantallas ni elementos con el último componente tecnológico. Pero esto no tiene ninguna connotación negativa, de hecho, este tipo de configuración tiene su público.
Hablamos de una pantalla multimedia de 10,25 pulgadas, situada en la parte superior del salpicadero para una mejor visión de la misma. Para acceder a sus distintas funciones se gestiona mediante una rueda giratoria de la consola central, que en nuestra opinión es bastante cómodo y preciso.
El interior está diseñado con especial cuidado y atendiendo a cada detalle.
La pantalla muestra un esquema sencillo, con iconos intuitivos de cada aplicación. Cuenta con Apple CarPlay y Android Auto, aunque no de manera inalámbrica sino por cable. Desde el puesto del conductor vemos el cuadro de mandos digital con tres esferas, así como el Head Up-Display en el parabrisas donde se proyectan datos de interés sobre la conducción y el entorno.
Algo que está claro es que en el interior se respira calidad, todas las superficies están forradas con materiales blandos (de piel) y/o suaves, con algunos detalles que aumentan el refinamiento del interior como las costuras en rojo del volante o ciertos elementos cromados.
La habitabilidad del interior es buena y confortable.
El espacio que ofrece el Mazda CX-5 es generoso, y os lo decimos con sinceridad ya que una persona de 1,90 metros de altura va cómodo en el asiento del conductor. Las butacas acogen muy bien el cuerpo y son bastante mullidas, por lo que son adecuadas para recorrer largos trayectos.
Precios en función del acabado
Como íbamos diciendo, la versión de pruebas es acabado Homura, un nivel de equipamiento que llegó como novedad con el último restyling, sin bien antes ya estaban como opción el Origin, Evolution y Zenith. Ahora se pueden escoger, además, el Newground, Homura y Signature.
El precio de partida del CX-5 es de 32.473 euros con el acabado Origin, pero a continuación desglosamos los distintos importes en función de la opción deseada:
| Mazda CX-5 | Precio PVP | Oferta |
| Origin | ||
| Evolution | 33.873 € | |
| Newground | 34.973 € | 30.257 € |
| Zenith | 35.873 € | 31.096 € |
| Homura | 37.673 € | |
| Signature | 45.473 € | 40.045 € |
Motor de 165 CV, así es en carretera
El motor que integra el Mazda CX-5 es el 2.0 litros SkyActiv-G de gasolina y 165 CV, con tracción delantera y una transmisión manual de seis velocidades. Como veréis es una configuración comedida, ya que además es un motor atmosférico, sin turbo.
Por tanto, podemos decir que este motor cumple, pero no con grandes sensaciones al volante. Para que te entregue potencia y notes que va con soltura es necesario subirlo de revoluciones, estirar la marcha.
El motor que incorpora esta versión es el ya conocido Skyactiv.
Con esto no quita que tenga una transmisión suave y precisa debido al corto recorrido de las marchas, algo muy característico de Mazda. Por tanto, podemos decir que a este propulsor le falta algo de empuje y rapidez, pero no se desliga de un gran tacto refinado.
Es un coche cómodo, con aplomo y con buena insonorización del habitáculo interior, junto a una dirección precisa. Los movimientos son acompañados por la carrocería, y los pasos por curva están conseguidos gracias a las suspensiones y una mayor rigidez del chasis.
En cuanto a los consumos, el CX-5 está homologado en 6,8 l/100 km (combinado), una cifra muy buen para el tamaño y peso del coche, y, en general, por debajo de la media respecto a competidores con motores similares. Esta versión (y todas) al no tener ningún tipo de electrificación cuenta con la etiqueta C de la DGT.
Con el acabado Homura incorpora las llantas negras de 19 pulgadas.
En definitiva, el Mazda CX-5 es una opción muy interesante por el nivel de sus acabados y prestaciones, aunque nos decantaríamos más por la siguiente potencia de 194 CV. Desde luego este modelo no tiene nada que envidiarle a otros de marcas premium, no tanto en el componente tecnológico, sino en la delicadeza y atención en los detalles, así como la calidad de su rodadura.
Respecto a sus competidores, podríamos mencionar algunos como al Ford Kuga, Hyundai Tucson, Kia Sportage, Peugeot 3008 o Nissan Qashqai, mientras que en la categoría de marcas premium serían el BMW X1, Mercedes GLA o Audi Q3.
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