El buque insignia de la firma japonesa, el Mazda CX-60, llega con el motor diésel más eficiente y limpio que nunca: el e-Skyactiv D de 3.3 litros. Una mecánica muy sensata para el SUV más grande de la gama nipona (hasta que llegue el CX-80), el cual se convierte en el compañero perfecto de viajes de larga distancia.
Esta versión completa la amplia variedad de motorizaciones del Mazda CX-60 para ofrecer una alternativa con gran autonomía y consumos infalibles, ya que, además, esta opción va ligada a una hibridación ligera de 48 V con la que consigue la etiqueta Eco de la DGT.
Cabe recordar que este distintivo medioambiental concede una serie de beneficios muy positivos para desplazarse por los núcleos urbanos o Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), como la ausencia de restricciones por el centro de las ciudades y la reducción del pago en el estacionamiento regulado de algunas ciudades.
En una apuesta hacia la sostenibilidad, este nuevo motor diésel se convierte en una elección inteligente gracias al gran trabajo de los ingenieros japoneses. Estos han sabido demostrar de una manera brillante que la evolución hacia la máxima eficiencia de los motores diésel es posible.
Sin embargo, el Mazda CX-60 e-Skyactiv Diésel no solo destaca en términos de sostenibilidad, sino que da un paso más allá. Debido a su motor altamente innovador consigue reducir las vibraciones al máximo, así como otorgar una conducción con un sonido limpio y apacible.
En consecuencia, se ha conseguido llegar a una experiencia de conducción hasta ahora desconocida en este tipo de combustibles, afinando mucho más el concepto Jinba Ittai propio de Mazda. Con ello, ahora la unión entre el vehículo y el conductor tiene una conexión más fuerte a causa de una mayor armonía durante la conducción.
Un motor microhíbrido muy eficiente
Este motor diésel electrificado ahora crece hasta los 3,3 litros, cuando antes eran 2,2 litros, ligado a un sistema de seis cilindros en línea para conseguir el máximo rendimiento y una calidad de rodadura de nota. Además, su estructura se ha simplificado para reducir su peso, acercándose a los valores de un diésel de cuatro cilindros convencional.
En cuanto a las potencias de dicha mecánica, hay dos niveles: 200 y 254 CV, las cuales se combinan con una novedosa caja de cambios de ocho velocidades. Esta transmisión brinda suavidad, precisión y rapidez, con un claro equilibrio entre dinamismo y prioridad por los consumos.
El bloque de 200 CV proporciona tracción trasera, mientras que la variante más capaz de 254 CV integra el sistema de tracción total a las cuatro ruedas i-Activ AWD de Mazda. Además, como punto extra, incorpora el selector Mazda Intelligent Drive (Mi-Drive) para elevar el placer de conducir a niveles superiores, puesto que se pueden elegir hasta tres modos de conducción (normal, sport y towing).
Uno de los puntos más destacables del Mazda CX-60 e-Skyactiv Diésel es la inserción de su sistema microhíbrido de 48 V, cuya tecnología es conocida como M Hybrid Boost de Mazda. Esta característica le aporta un punto de distinción atractivo y único, ya que, para empezar, la oferta de este tipo de motores en el mercado es muy reducida y Mazda sigue apostando por ofrecer a sus clientes cualquier tipo de propulsión con tal de suplir sus necesidades.
Asimismo, dicho sistema eléctrico apoya al motor de combustión para que su trabajo se reduzca. Se trata, por tanto, de un mecanismo que aprovecha las inercias o desaceleraciones del propio coche para recuperar energía y brindar apoyo a la parte térmica cuando más lo necesita.
De hecho, cuando el Mazda CX-60 circula en modo "vela" el motor diésel se apaga para conseguir la máxima eficiencia y regeneración de la batería. Esto se traduce en un menor uso de combustible y, por lo tanto, unos niveles mucho más bajos de consumos y emisiones nocivas.
Por consiguiente, el conjunto híbrido ofrece unas prestaciones muy capaces y de corte premium, ya que se combina lo mejor de un motor enérgico con el lado más respetuoso con medio ambiente. De hecho, la variante de 200 CV realiza el 0 a 100 km/h en 8,4 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 212 km/h, con unos consumos sorprendentes de 5,0 l/100 km.
La versión más vigorosa de 254 CV supera la marca del 0 a 100 km/h con 7,4 segundos, con una velocidad máxima de 219 km/h. En cuanto a sus consumos homologados, oscilan entre 5,2 y 5,3 l/100 km. Teniendo en cuenta que es un SUV de grandes dimensiones (4,74 metros de largo) con un peso de dos toneladas, esas cifras demuestran que la tecnología empleada es un acierto seguro.
Y como punto extra que demuestra su perfil polivalente, el Mazda CX-.60 es capaz de llevar un remolque de 2.500 kg en pendientes de 8% y de 12%. Para ello, se han perfeccionado ciertos aspectos técnicos como la refrigeración del motor, de tal manera que la superficie del radiador se ha aumentado e incluso se ha añadido un segundo radiador en el lateral.