¿Qué pasa con la batería del coche eléctrico al final de su vida? Los expertos responden

Las matriculaciones de coches eléctricos no van tan rápido como se esperaba: un 5% de cuota de mercado en España y un 14% en todos los países europeos, según Anfac y ACEA, las patronales española y europea del automóvil.

Una baja penetración que tiene una serie de efectos en la cadena. Uno de ellos es que no hay suficiente materia prima para que la industria del reciclado de baterías, la parte más importante y delicada del vehículo, arranque.

El boom que se espera en los próximos años provocará un cuello de botella y la carencia de material para reciclar ha llevado a la industria a buscar alternativas. Muchas starts-up se centran en dar segundas vidas a las baterías y saltar a la siguiente fase de la economía circular antes de llegar a lo que se puede entender por reciclado total.

En este sentido, David Santiago, empresario del sector en la comunidad valenciana, lo tiene claro: "Necesitamos mucha mayor venta de coches eléctricos para que las inversiones que estamos haciendo I+D de la gestión de residuos sean óptimas". Lo que no lo hace rentable hoy es la falta de material que reciclar.

David Santiago, empresario y responsable de la compañía Tera.

Santiago dirige la planta piloto de Tera de reparación de baterías en Alicante pensando en un mercado electrificado. Se espera que en los próximos años se necesiten reparar una gran cantidad de baterías y su público objetivo son las aseguradoras y toda una red de talleres independientes que no tienen la tecnología para tratarlas. Por ejemplo, hoy, es casi tan caro cambiar el móvil entero que sólo la batería, Santiago espera que eso no tenga que pasar con el coche.

"Puedes cerrar el círculo de la economía circular y poner una batería de segunda vida", comenta Santiago, "aunque sea de batería reciclada, los módulos están examinados y la batería obviamente funciona al 100%". Santiago piensa en arreglar las baterías del coche eléctrico cuando se masifique y haya mercado de compraventa y arreglos.

Santiago lleva 11 años en el sector automovilístico y montó su propia empresa de distribución de recambios: "queríamos diversificar y esto era algo a lo que llevábamos unos años atentos". A nivel empresarial explica: "Esto es una actividad a medio plazo, para lo que se necesita un posicionamiento a corto plazo". Cuanto mejor se esté situado, y más empresas haya en el sector, mejor se podrá gestionar ese cuello de botella. 

Imagen de una campa donde se almacenan coches que acaban de ser fabricados.

Todavía no hay suficientes baterías

Pero todavía no hay suficiente material para que el sector del reciclado de baterías arranque. Según los cálculos de la organización no gubernamental europea Transport & Environment en 2035 habrá hasta 12.000 toneladas de litio, que es el material más valioso. Carlos Rico, responsable de políticas, dice: "Las baterías que lleguen a las empresas de reciclaje van a mantenerse limitadas en esta década".

Él explica que en 2030 solo el 16% de las baterías de los coches que se matricularon entre 2018 y 2022 a estarán disponibles para las empresas de reciclaje europeas, lo que equivale a sólo un 4% de la demanda de baterías en Europa para este año.

Batería de coche eléctrico.

Pero las baterías no son sólo litio. Un reciclado químico total, en pocas palabras, es desmantelar una batería vieja y separar los materiales. Primero los que son fácilmente reutilizables como el plástico, el hierro y el cobre. Y luego tratar con la ‘black mass’; los componentes críticos y minerales raros como el manganeso, cobalto, níquel o el litio.

Esta masa es muy contaminante y necesita un procesado especial. Según Rico, en 2035 el reciclaje podría cubrir al menos el 22% del litio y níquel y el 65% del cobalto necesario para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos (VE) en Europa.

El reglamento europeo recientemente ha aprobado una normativa que obliga a los fabricantes a incorporar un porcentaje de material reciclado en sus nuevas baterías. También le obligan a la encargarse de su gestión después de su vida útil como parte de la responsabilidad ampliada.

Esto también favorecerá la independencia energética que se está discutiendo en Bruselas. Actualmente, Europa compra fuera -especialmente a China- la mayoría de los minerales y materiales que necesita para la electrónica, baterías incluidas. El objetivo es buscar el equilibrio entre los materiales conseguidos a través de la extracción, el reciclado y el comercio.

Representantes de Endesa durante la presentación de Novoltio.

Primera planta de reciclado integral

La primera planta de reciclado integral se espera en León a mediados de 2025. Endesa y Urbaser abrirán Novoltio que llegará a reciclar hasta 25.000 toneladas de baterías al año, aunque la planta necesitará primero un rodaje hasta que esté a pleno rendimiento.

Antonio Massot, jefe de explotación de la planta, resalta que este es un mercado en expansión y menciona los coches eléctricos, las bicis, los patinetes, las herramientas domésticas o las baterías de almacenamiento en las instalaciones fotovoltaicas. Además, él afirma que "aún estamos muy por debajo de la media europea en VE, pero se espera recibir el gran impacto de las Zonas de Baja Emisión urbanas que fuerce a la sustitución de vehículos de combustión por otros menos contaminantes".

España espera tener 5 millones de coches eléctricos en las carreteras para 2030, según el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima). Massot es pragmático en lo internacional en un contexto de conflictos: "Nos encontramos además con metales como el cobalto y el níquel que Europa es claramente deficitaria. Por ello, se trata de materiales estratégicos y hay que trabajar para conseguir una soberanía sobre los mismos en la medida que podamos".

La planta estará en Cubillos de Sil, en la comarca del Bierzo (León) y generará 50 puestos de trabajo a máxima capacidad.  El proyecto tendrá una inversión de 17 millones de euros y necesitará personal para "las labores de clasificación, descarga y desmontaje previo al proceso y tratamiento; más la parte proporcional de administrativos", según Massot. Más adelante se ajustará la plantilla al volumen de baterías.

Un coche eléctrico en un punto de carga de Iberdrola. José Luis Cano

Otras vidas de las baterías

Las grandes eléctricas también están invirtiendo millones en la reutilización de materiales, antes de llegar al reciclado total; y hay varios ejemplos. Las empresas empujan la rueda de la economía circular y transformar lo que fue originalmente una batería de coche eléctrico, en una de moto, o de una bici, o una batería doméstica para dar apoyo a una insolación solar particular. Y al final habrá que gestionar su desecho y sacarlo del ciclo; pero hasta entonces habrá tenido diferentes usos. La división de Smart Mobility de Iberdrola está trabajando en el almacenamiento de energía. 

Una de las líneas más avanzadas está en la reutilización de baterías en los puntos de cargas de coches eléctricos. En este sentido, Iberdrola inauguró en 2021 la primera estación de recarga en España que utiliza baterías usadas de vehículos eléctricos. Está en el kilómetro 175 de la A3, en Cuenca, que tiene una potencia de 100 kW y puede dar servicio a cuatro vehículos a la vez. Además, a principios de 2024 instalarán otra en Pamplona y dos más a lo largo del año.

Punto de carga rápida de Iberdrola.

Jesús López, responsable de movilidad urbana en Smart Mobility, explica que lo más razonable es "seguir utilizando esa batería allí donde se pueda, hasta que llegue a un nivel de degradación tan alto que haga imposible su uso". La batería es la parte más costosa y tienen sentido sacarle el máximo provecho.

Por otro lado, Naturgy impulsa otro proyecto para reconvertir baterías de vehículos en sistemas de almacenamiento aplicadas a dar soporte a la red eléctrica. En colaboración con la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), adscrita al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, están apostando por baterías de apoyo lo que será crucial en los momentos críticos de más demanda de energía.

Scooter eléctrica.

Esto aborda el acuciante problema del almacenamiento de energía y su transporte, el punto débil en la transición energética. España tiene una potencia instalada en energía renovable suficiente para cubrir toda la demanda del país en un día soleado y ventoso, pero que no alcanzaría cuando se hiciera de noche y el viento dejase de soplar. Por eso es tan importante su almacenamiento, y las baterías reusadas son un empujón más hacia la descarbonización de la economía. 

El viaje hacia la descarbonización y la plena integración de tecnologías sostenibles no solo redefine la movilidad, sino que también establece cimientos sólidos para un futuro energético más resiliente. Todas estas iniciativas destacan el compromiso con el transporte sostenible, que actualmente es el responsable del 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa. Los coches eléctricos son parte de la solución, pero hay que planificar la gestión de los productos en toda su vida útil; desde la extracción hasta el desecho. España anda marcando el paso en el sector de la producción de energía renovable, ahora tiene que meter marcha y acelerar en el de la automoción.

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