Bilbao

En el barrio bilbaíno de Larraskitu, a solo unos pocos kilómetros del museo Guggenheim, se encuentra el ‘Smart Mobility Lab’ que, para que todos nos entendamos, es como el ‘Silicon Valley’ español de la recarga del coche eléctrico. Este laboratorio es el centro neurálgico que tiene la compañía Iberdrola, líder en movilidad eléctrica, para comprobar que los puntos de recarga públicos, privados y la aplicación de recarga funcionan de forma correcta con los diferentes coches eléctricos antes de que sean usados por el gran público.

Es un laboratorio necesario para que funcione la tecnología de la recarga de los coches eléctricos. En nuestro día a día, estamos acostumbrados a enchufar diferentes objetos a la corriente y que todo funcione con rapidez. Sin embargo, en un coche eléctrico, principalmente en carga ultrarrápida, todo es más complejo. Junto a la electricidad tanto el punto de carga como el vehículo se cambian numerosa información que les permite reconocerse entre ellos y entregar la potencia necesaria.

Y todo ello, además, debe estar disponible desde una aplicación, que nos diga si el punto de carga está libre u ocupando y que permita ser reservado y que también nos informe de la potencia a la que está cargando y el precio que implica. De ahí que conocer este laboratorio haya sido una experiencia inmersiva para entender un poco más el coche eléctrico.

Puntos de carga en el kilómetro 235 de la A1 en el Hotel Abadesa.

EL ESPAÑOL ha tenido la oportunidad de conocer de cerca este centro que se ha convertido en un actor clave para que Iberdrola se sitúe en cabeza de la recarga del coche eléctrico con cerca de 5.600 puntos de recarga públicos y más de 30.000 puntos privados.

Son, por tanto, miles de cargadores y millones de interacciones con la aplicación que no puede fallar para que la movilidad eléctrica sea un éxito. Y, de ahí que previamente tengan que ser probados y validados antes de que lleguen a los usuarios.

Punto de carga de 350 kW de Iberdrola.

Viajamos en eléctrico a Bilbao

Así que, para conocer el ‘Smart Mobility Lab’ nos disponemos a realizar un viaje en coche eléctrico desde Madrid a Bilbao ida y vuelta en un día y medio. La cita es a las 9 de la mañana de la sede madrileña de Iberdrola en la calle de Tomás Redondo, en Madrid. Y desde allí iniciamos la ruta. Los vehículos disponibles son varios. Está un Mercedes EQS, un Volvo XC40, un Volvo C40 y un Cupra Born. Así que optamos por elegir el XC40 eléctrico en este primer tramo de la ruta.

Llegada el centro de Iberdrola en Larraskitu, Bilbao.

Poco más de dos horas después llegamos al kilómetro 235 de la carretera A1, al área de servicio del Hotel Abadesa. Allí, Iberdrola cuenta con una excelente estación de carga con alrededor de ocho puntos de carga, con potencias de entre 180 y 350 kW. Puntos todos ellos que nos permiten realizar paradas de unos 15 minutos para continuar la marcha.

Imagen del centro de laboratorio de Iberdrola.

Así que tras una parada en la que al final el café se ha alargado hablando principalmente de movilidad eléctrica continuamos el viaje hasta Bilbao, donde llegaremos sobre las 14 horas. En total, han sido menos de cinco horas, unos 15 o 20 minutos más (a nuestro juicio) que si hubiéramos ido con un coche de combustión.

Cargadores de laboratorio.

Llegamos al laboratorio de Iberdrola

Allí, en el recinto de esta sede nos espera Iván Pagazaurtundua, que es el responsable de tecnología de Smart Mobility en Iberdrola. Iván en su recibimiento nos señala que el objetivo de esta instalación pionera no es solo comprobar la viabilidad de la integración de los nuevos modelos de cargadores eléctricos en el sistema de movilidad inteligente, sino que también busca conseguir actualizar los equipos que ya existen en el mercado con pruebas constantes de carga y de comunicación.

Cargadores para plazas particulares en vivienda.

"Iberdrola desde el principio apostó por ofrecer soluciones tecnológicas de movilidad eléctrica a particulares, empresas. De ahí que se desarrollara la plataforma de software que gestiona la recarga pública. Además, también se han creado herramientas para flotas eléctricas. Y de todos ello nos tenemos que asegurar que funcione y que además cumpla con la ciberseguridad", señala este experto.

Punto de recarga pública con baterías de almacenamiento de la energía.

Hasta 400 kW de potencia

Según nos van contando el día a día Iván vemos a nuestro alrededor un buen número de cargadores. En total son cerca de 30 los puntos de recarga de distintas potencias, tanto de recarga pública como privada (domésticas y empresas) que sumadas sus potencias ofrecen en este laboratorio una potencia total de 400 kW.

Recorremos el laboratorio y vemos cargadores de Wallbox, Ingeteam, Circutor-Circontrol, ABB y Powerelectronics, entre otros. Además, este laboratorio no solo probará los cargadores del mañana, sino que también uno de sus objetivos es prevenir averías.

Centralitas de redes inteligentes en el laboratorio de Iberdrola.

"Trabajamos de la mano con estos fabricantes", nos dice Iván. "De esta manera si comprobamos que existe algún problema con la carga, lo que hacemos es colaborar de forma estrecha con los fabricantes de los puntos de recarga, se reporta, se corrige y una vez solucionado se lanza a la calle", afirma.

Al tener estos cargadores instalados en este laboratorio como si estuviéramos en la calle o en un domicilio particular se pueden reproducir problemas y anticiparse a los mismos, señala. Unos cargadores, además que se prueban con diferentes automóviles en colaboración con los fabricantes.

"También es importante este laboratorio porque se apoya dentro de otros muchos departamentos de la compañía como es el caso de telecomunicaciones, facturación, cobros, ciberseguridad… entre todos construimos las soluciones", afirma este experto.

Un laboratorio que, entre personal de Iberdrola y de otras compañías externas que trabajan para Iberdrola, se sitúa en alrededor de 100 personas con dedicación exclusiva hacia la recarga de la movilidad eléctrica. Pero también hay otros departamentos con otras tantas personas que no tienen dedicación exclusiva pero sí trabajan también como apoyo.

Una prueba de un coche en el laboratorio de Iberdrola.

La importancia de las redes inteligentes

Durante esta visita también hemos conocido que otra de las claves en las que está trabajando Iberdrola es en las redes inteligentes conocidas como ‘smarts grids’. Y decimos que son inteligentes porque pueden integrar de forma inteligente y dinámica las acciones que realizan todos los usuarios que están conectados.

Y cuando hablamos de acciones no solo nos referimos a quienes consumen sino también a quienes generan energía, o incluso a ambos. De esta manera, una red inteligente lo que hace es añadir al diseño de una red eléctrica tradicional la tecnología digital. De esta manera, permite intercambiar de forma bidireccional no solo energía sino también información.

Una información que viaja gracias a internet y tecnologías de la información y comunicación, así como sistemas de control y aplicaciones informáticas y domóticas. Estas redes, por tanto, son muy importantes porque determinan toda la infraestructura tecnológica que se va a necesitar en todo momento, tanto desde la generación de la energía, su transporte, hasta el almacenamiento y el consumo.

De ahí que estas redes inteligentes sean clave en la movilidad del futuro, ya que pueden conocer al instante cómo está el sistema, qué necesidades tiene, prevenir posibles mejoras y además, gracias a su condición bidireccional, el usuario puede ser consumidor y productor.

Llega el momento de regresar de nuevo a Madrid. Tras esta visita hemos añadido un capítulo nuevo al complejo mundo de la movilidad eléctrica. Y no es otro que todo aquello que está detrás y no es tan visible y que compañías como Iberdrola tienen que desarrollar para que la movilidad eléctrica sea una realidad. Desde hoy valoramos todavía un poco más la importancia y la transformación que supone la llegada del coche eléctrico.

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