Que en España hay cada vez menos conductores es toda una realidad. En base a los últimos datos ofrecidos desde la compañía Uber, nuestro país perdió más de dos millones de conductores en solo cinco años. Algunos de los motivos que han provocado que, cada vez, sean menos los jóvenes que se plantean sacarse el carnet de conducir, son, por ejemplo, la facilidad a la hora de moverse en transporte público, las restricciones de movilidad en las grandes ciudades o el precio de los coches.
Aunque el número de conductores en nuestro país haya descendido en los últimos años, los desplazamientos por carretera siguen estando a la orden del día en nuestro país. Prueba de ello fue la Semana Santa, periodo en el que se produjeron más de 15 millones de desplazamientos en nuestro país. Y es, precisamente, durante estos periodos vacacionales cuando la Dirección General de Tráfico (DGT) intensifica los controles por carretera para tratar de reducir al máximo el número de accidentes.
A pesar de estos intentos constantes de las instituciones y organismos españoles por tratar de controlar el tráfico y evitar así los siniestros en las carreteras, la realidad es que los accidentes no son ninguna novedad. Desde hace años, y por medio de diferentes herramientas, estos organismos, como la DGT, tratan de controlar los desplazamientos que se realizan por las principales vías de nuestro país. Los radares son unos de sus recursos 'estrella'. Pero no son los únicos dispositivos que se han instalado en las vías de nuestro país durante los últimos años.
Desde hace unos meses, diversas localidades y grandes ciudades españolas están siendo testigo de cómo aparecen en sus carreteras una serie de cables negros que cruzan las vías. En muchas ocasiones, se instalan en las calles y vías de pequeños municipios, aunque también se han podido ver en carreteras con mayor densidad de tráfico.
Algunos conductores habrán tenido la oportunidad de dar con ellas cuando conducían su vehículo. Sin embargo, muchos se habrán preguntado cuál es la verdadera función de estos dipositivos. Estos cables negros que cruzan algunas carreteras de nuestro país se tratan, nada más y nada menos, que de los famosos "tubos neumáticos".
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Como su propio nombre indica, se tratan de unos tubos elaborados con goma que se despliegan por algunas carreteras españolas durante horas o días y, posteriormente, desaparecen.
Pero, ¿cuál es la verdadera función de estos dispositivos? ¿Pueden medir la velocidad? ¿Pueden multar? Pues bien, la realidad es que los "tubos neumáticos" tienen una funcionalidad muy clara y es contabilizar el número de vehículos que transitan por las carreteras españolas y poder así detectar cuáles son las horas donde más tráfico hay.
Estos cables, que se instalan cruzando las calzadas, son tubos que están vacíos en su interior. Por ello, cuando un vehículo pasa por encima de ellos, la ráfaga de aire que se genera activa una membrana y produce una señal eléctrica que, a su vez, se transmite a un contador y permite contabilizar los coches que han pasado por la vía.
En este sentido, cabe destacar que estos "tubos neumáticos" son muy fiables y, además, se instalan con facilidad. Por ello, en los últimos meses se han convertido en uno de los dispositivos favoritos a la hora de contabilizar los coches que pasan por una carretera y poder medir así el nivel de tráfico de las vías españolas.
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Pero el número de vehículos que pasan por la carretera donde se instalan no es la única información que aportan estos dispositivos. Estos son capaces de saber, además, el tipo de vehículo que pasa por la vía. Por ello, estos "tubos neumáticos" también se utilizan antes del inicio de unas obras o para valorar si es necesario cambiar la señalización de la vía en función de los vehículos que la transitan o la forma de conducir de los conductores.
Si bien es cierto que estos dispositivos son capaces de medir la velocidad a la que pasa un vehículo por la vía, la realidad es que estos no sirven para multar o sancionar a los conductores. Para que esto ocurriera, sería necesario que llevaran instalada una cámara que fuera capaz de capturar las matrículas de los vehículos. Además, cabe destacar que la instalación de estos no depende directamente de la DGT, sino de los ayuntamientos o el Ministerio de Fomento.