Importante noticia para la industria del automóvil que puede cambiar el panorama actual. Estados Unidos tiene previsto anunciar este martes la imposición de nuevos aranceles sobre importaciones chinas por valor de 18.000 millones de dólares. Los elevará hasta el 100% para todos los coches importados procedentes de China, tal y como han publicado diferentes medios estadounidenses.
Se trata de una nueva medida del presidente de Gobierno, Joe Biden, con la intención de proteger la industria del automóvil en Estados Unidos, ante la proliferación de coches chinos, más baratos y principalmente eléctricos. Esta medida, además, se sucede solo unos antes de la llegada de las elecciones generales en aquel país.
Los nuevos aranceles afectan a sectores descritos por la Casa Blanca como "vitales para el futuro económico y la seguridad nacional de Estados Unidos" y entre los que figuran el acero, el aluminio, los semiconductores, los vehículos eléctricos, las baterías, los paneles solares, las grúas de descarga de buques y los productos médicos, según ha recogido EFE.
Estos se sumarían a los ya existentes para los coches chinos. Actualmente, los vehículos procedentes de China cuentan con unos aranceles del 25%. Y también se aplica un arancel adicional del 2,5% para todos aquellos vehículos que se importan desde Estados Unidos. Por tanto, estaríamos hablando de pasar de unos aranceles aproximadamente del 27,5% hasta el mencionado 100%, casi cuatro veces más.
Estos nuevos aranceles, por tanto, supondrían una escalada en la guerra comercial que mantiene Estados Unidos con China y que ya en su día el anterior presidente Donald Trump impuso en 2018 con el mencionado 25%.
No obstante, y aunque pueda parecer una medida excesiva, los coches chinos ya de por sí lo tienen muy complicado en Estados Unidos puesto estos vehículos no cuentan con las exenciones fiscales por la ley de reducción de la inflación para los consumidores.
Por lo tanto, ahora el siguiente punto a tratar es ver cómo reaccionan las empresas chinas y Estados Unidos, ya que las primeras podrían intentar llevar la producción de coches chinos este continente por medio de la instalación de nuevas fábricas en México. De llevar a cabo esta medida faltaría por saber si el hecho de fabricar en México para después comercializar en Estados Unidos, permitiría de esta manera evitar los aranceles.
Asimismo, también se espera que la administración anuncie otros aranceles a las importaciones de energía limpia ante la preocupación de que China esté avanzando injustamente en los sectores cruciales para la transición verde.
Por otra parte, también, esta medida coincide en el tiempo prácticamente con el estudio que está realizando la Unión Europea respecto a los coches chinos. Un estudio que está recabando todas las pruebas actualmente y que podría suponer, tal y como han señalado fuentes de la Comisión a Europea, con nuevos aranceles de un 10% adicional que se sumarían al 10% actual.
Estos nuevos aranceles podrían ser de hasta 10.000 euros por vehículo para los coches más caros. Y en este sentido, también habrá que ver cómo responden los fabricantes chinos, ya que algunos de ellos podrían decidir ensamblar finalmente sus coches en algunos de los países europeos, como, por ejemplo, ha realizado Omoda, con Chery.
Todo ello, además, con el desafío de la presente desaceleración de la demanda de vehículos eléctricos en algunos de los países en los que las ayudas o subsidios no son inmediatos o se han retirado. Un buen ejemplo de ello son países como Alemania que ha pasado del 20% de cuota al 12% o bien otros mercados como España o Italia, donde el coche eléctrico no termina de funcionar.