El tráfico aumenta en periodo de vacaciones. Cada año, se producen millones de desplazamientos por carretera en estas fechas, especialmente en las denominadas 'Operaciones Salida'. En este sentido, el coche es el medio de transporte más elegido para viajar en verano. Sin embargo, el conductor debe hacer frente a condiciones adversas, como el calor y el deslumbramiento del sol.

Para hacer frente a la luz solar, existe un elemento indispensable: las gafas de sol. Este tipo de lentes no solo protegen al conductor del resplandor, sino que también evitan que los reflejos brillantes le distraigan e interfieran con su visión. Además, son importantes para minimizar la fatiga visual. De esta forma, pueden prevenir posibles accidentes de tráfico.

Sin embargo, y aunque esté recomendado su uso, no todas las gafas de sol son útiles en la conducción. Y es que existen ciertos tipos de lentes que perjudican la visión y, por ello, pueden provocar accidentes. La Dirección General de Tráfico (DGT), aunque no prohíbe, recomienda no utilizar algunas de ellas para salvaguardar la seguridad del conductor y sus acompañantes.

Los tipos de gafas de sol que no se pueden usar

Cabe destacar que es importante que las gafas de sol se adquieran en establecimientos autorizados y que estén homologadas, es decir, que incluyan el marcado CE, indicativo de que cumplen con las normas de seguridad y requisitos legales para su comercialización en la Unión Europea (UE).

Existen cinco tipos diferentes de filtros solares clasificados según la norma ISO 8980-3, en función de la menor o mayor capacidad de absorción lumínica que posean. Estos son:

  • Categoría 0 (luminosidad muy baja): Bloquean menos de un 20% de la luz solar. 

  • Categoría 1 (luminosidad baja): Absorben de un 20 a un 57% de la luz solar. 

  • Categoría 2 (luminosidad media): Absorben de un 57% a un 82% de la luz solar.
  • Categoría 3 (luminosidad fuerte): Absorben de un 82% a un 92% de la luz solar.

  • Categoría 4 (luminosidad muy fuerte): Absorben hasta el 98% de la luz solar. 

En este sentido, la DGT informa que "nunca" deben utilizarse al conducir las gafas de sol de filtro de categoría 4. Con este tipo de lentes, asegura, "al entrar en un túnel, la visión queda gravemente comprometida, ya que reducen el paso de la luz, que es como conducir a ciegas". 

La protección UV400 o gafas de categoría 4 no son recomendables para viajar en coche. Por ello, para distinguirlas, muestran un símbolo con un coche tachado. Sin embargo, estas gafas de sol son muy válidas para alta montaña, glaciares y, en general, para deportes de invierno.

Conductor con gafas de sol. Pixabay

Además, tampoco es recomendable usar gafas de sol fotocromáticas. Estas son un tipo de lentes que cambian de color y de transmitancia cuando se exponen a la luz. Se activan (oscurecen) con rapidez ante la radiación ultravioleta (UV).

El inconveniente de estas gafas de sol es el largo tiempo de desactivación, de 3 a 5 minutos, especialmente con altas temperaturas, lo que produce que se reduzca dramática y peligrosamente la visión y las hace desaconsejables para conducir.

Pese a la inconveniencia de llevar estos dos tipos de gafas de sol, la DGT no multa por hacer uso de ellas mientras se conduce. Se trata de una mera recomendación para determinar qué modelos son más o menos adecuados para la conducción por sus características de protección frente a la luz solar.

Eso sí, cabe tener en cuenta que estas gafas de sol deben estar graduadas en caso de que el usuario tenga algún tipo de deficiencia visual. De no ser así, Tráfico podría multar al conductor con una sanción de 200 euros.