Primeros movimientos de los fabricantes chinos ante los aranceles que quiere establecer la Unión Europea a los eléctricos procedentes de este país que se venden en nuestro continente.

En concreto, han sido los fabricantes de automóviles chinos los que han pedido al Gobierno de Xi Jinping que imponga aranceles a las importaciones de vehículos de gasolina y que procedan de la Unión Europea. Una primera respuesta, por tanto, de China a la acción del Ejecutivo comunitario de querer imponer aranceles de entre el 17,5% y el 38%.

Esta petición se produjo en una reunión a puerta cerrada celebrada en las últimas horas entre los fabricantes chinos y el Gobierno de su país a la que también asistieron firmas de automóviles europeas. Un encuentro en el que varios líderes empresariales asiáticos pidieron aumentar la presión comercial sobre los coches más contaminantes, según publican medios estatales y recoge Europa Press.

El actual arancel de importación de automóviles de China es del 15% aunque las pretensiones de las marcas pasan por una subida hasta el 25% del arancel a las importaciones de vehículos de gasolina. Medidas que, en todo caso, podrían costarle hasta 4.000 millones de euros en intercambios comerciales a la industria, según el Instituto Económico Kiel.

Este movimiento llega después de que las empresas del sector cárnico hayan conseguido que China anunciara este pasado lunes la apertura de una investigación 'antidumping' respecto de las importaciones de carne de cerdo y subproductos porcinos relevantes con origen en la Unión Europea.

Qué marcas están más afectadas

De llevarse a cabo esta medida, afectaría principalmente a algunos fabricantes de automóviles europeos, principalmente las marcas premium.

Entre otras, Mercedes-Benz es una de las automovilísticas con un mayor porcentaje de negocio en China. El gigante asiático y la región representan un tercio de las ventas de vehículos para el fabricante germano del segmento premium, éstos son, uno de cada cinco coches vendidos por la marca en China se importan de Alemania, según sus últimos resultados anuales.

Por otro lado, el grupo BMW genera casi un tercio de las ventas de unidades en China, aunque acorde a sus últimos resultados, solo el 13% de las matriculaciones procedente de automóviles importados, principalmente, los más caros.

Peor es el caso de Porsche ya que el fabricante de automóviles de lujo registra casi el 25% de sus ventas en China, al menos, así fue durante el primer trimestre de 2024 y todas ellas con vehículos importados fabricados en Europa.

Con respecto de Stellantis, el grupo cuenta con una exposición regional más reducida aunque ya se está planteando traer a Europa la fabricación de algunos de los modelos de Leapmotor que quieren empezar a comercializar en 2026.

Otra de las marcas del grupo europeo, la italiana de lujo Ferrari vende un 9% de sus vehículos en China, todos importados.

China apuesta por Marruecos para sus baterías

Mientras tanto, China está construyendo una cadena de suministro de baterías para vehículos eléctricos (BEV) de Europa en Marruecos, en un momento en que el continente busca desarrollar su propia industria, según señaló el jefe de operaciones de PowerCo, Sebastian Wolf, y recoge la agencia Europa Press.

"No tenemos ninguna cadena de suministro. Esto tiene que configurarse", afirmó el martes pasado el director de operaciones de la unidad de baterías de Volkswagen, en declaraciones un evento en Stuttgart recogidas por Bloomberg.

"En este momento, tenemos que ser honestos en cuanto a que el establecimiento de la cadena de suministro de LFP (Batería de litio-ferrofosfato) se está llevando a cabo en Marruecos y no en Europa", añadió.

China tiene un control estricto sobre la fabricación mundial de baterías, así como sobre las materias primas como el litio, el níquel y el cobalto necesarios para fabricarlas.

Europa está intentando construir su propia cadena de suministro, pero lleva años de retraso en términos de tecnología. Al mismo tiempo, la región está perdiendo inversiones frente a Estados Unidos y Canadá, donde los incentivos financieros gubernamentales han sido más agresivos.

Las baterías de fosfato de hierro y litio están ganando adopción rápidamente como una tecnología menos costosa que se ha vuelto más eficiente en los últimos años. China puede producir baterías LFP a casi la mitad del coste del promedio mundial, según BloombergNEF.

Marruecos, señala la agencia, es rico en recursos de fosfato, clave para fabricar células LFP. El país también está situado a las puertas de Europa y se beneficia del libre comercio con Estados Unidos.

El año pasado, CNGR Advanced Materia, un fabricante chino de componentes para baterías, anunció que uniría fuerzas con el fondo de inversión privado africano Al Mada para construir una base industrial en Marruecos.

Con una inversión total de más de 2.000 millones de dólares (1.861 millones de euros), dijeron que pretendían comenzar la producción de materiales para baterías en un nuevo sitio en Jorf Lasfar, en la costa atlántica de Marruecos, en 2025.