Que Bugatti lance un coche nuevo al mercado no ocurre todos los días (ni mucho menos todos los años). De hecho, si miramos atrás, fue en 2004 y 2016 cuando llegaron el Bugatti Veyron y el Bugatti Chiron, respectivamente. Después de 20 años de que la firma italiana inventara el concepto de hiperdeportivo, ha llegado el espectacular Bugatti Tourbillon.
Su nombre viene del mundo de la relojería. Se trata de un mecanismo específico que fue patentado por un genio nacido en Suiza y que vivió en Francia en 1801. El nuevo Bugatti Tourbillon puede presumir de incorporar técnicas de diseño e ingeniería que nunca envejecerán, como el reconocido tourbillon en los relojes.
Por tanto, hablamos de un producto único y exclusivo, tanto que solo se producirán 250 unidades. Además, la marca ha anunciado el descomunal precio de 3,8 millones de euros, cuyas primeros coches llegarán a sus clientes en 2026. La fabricación manual se llevará a cabo en el Bugatti Atelier en Molsheim (Francia).
Diseño de la casa
Como se puede apreciar en las imágenes, el Bugatti Tourbillon presenta una estética bastante continuista. Según la propia marca "está moldeado por la velocidad" y es capaz de alcanzar 400 km/h. Asimismo, el superdeportivo sigue cuatro pilares de diseño inspirados en la historia de la casa italiana: una parrilla en forma de herradura, la Línea Bugatti, la cresta central y la división de dos colores.
Las líneas bajas de su carrocería beben del Bugatti Type 57SC Atlantic. Según ha recalcado el fabricante "Si el coche es más bajo, parece más ancho y se enfatiza el tamaño de las ruedas; parece que hay tensión en los músculos".
La icónica herradura marca el punto de nacimiento de las líneas del cuerpo, mientras que, de los lados, salen los guardabarros voladores que permiten que el aire fluya por debajo de los faros. A su vez, alberga un sistema de refrigeración que dirige el aire a través y fuera del capó.
Por otro lado, un signo de identidad de la marca es la pintura bicolor del exterior. Esta división se inserta en el cuarto elemento de diseño: la línea Bugatti, vista en el Veyron y el Chiron. En el nuevo modelo la curva es más pronunciada, lo que aporta más dinamismo al perfil.
Interior atemporal
Para el interior se ha elegido un estilo atemporal, inspirado en la relojería. La idea es que, como un reloj de pulsera que no pasa de moda, el Bugatti Tourbillon nunca se quede obsoleto. Para ello, se ha empleado un cuadro de instrumentos basado en la experiencia de los relojeros suizos, compuesto por más de 600 piezas de titanio y piedras preciosas.
Conocido como volante de cubo fijo, a través de este concepto los conductores del Tourbillon tienen una visión sin obstáculos de la instrumentación. La consola central, donde se encuentra la palanca de arranque del motor (entre otros), mezcla cristal y aluminio.
Y aunque a simple vista parece que el Bugatti Tourbillon carece de pantalla digital, un mecanismo es capaz de desplegarla desde la parte superior de la consola central. En el interior no hay detalle que falte, con asientos fijados al suelo y pedales regulables eléctricamente.
Motor V16
El Bugatti Tourbillon está propulsado por un motor V16 de 8.3 litros (diseñado con la ayuda de Cosworth), si bien en el eje delantero integra dos motores eléctricos y otro en el eje trasero. Estamos, por tanto, ante el primer Bugatti híbrido de la historia.
Gracias a la combinación de todos ellos rinde 1.800 CV, de los cuales 1.000 provienen del propio motor de combustión y 800 CV de los motores eléctricos. El bloque eléctrico funciona con una batería de 25 kWh, integrada en el chasis y ubicada justo por detrás de los asientos, la cual brinda una autonomía cero emisiones de 60 kilómetros.
Con esta poderosa mecánica, el Bugatti Tourbillon puede realizar el 0 a 100 km/h en tan solo 2 segundos. Y aunque su velocidad máxima sea de 380 km/h, con la llave Speed Key el superdeportivo puede llegar a la friolera de 444 km/h.