Cuando llegan las altas temperaturas propias del mes de agosto, el aire acondicionado de nuestro coche se convierte en un gran aliado del verano. Tener uno de estos es casi una necesidad para muchos, haciendo uso intensivo del mismo en cualquier circunstancia de la conducción. Sin embargo, con los precios actuales de los combustibles, que pueden rondar los 2 euros por litro, es importante lograr una buena climatización, e intentar al mismo tiempo que no se disparen los consumos del coche.
Estos días en los que las temperaturas son tan sofocantes, este sistema nos permite conducir en las mejores condiciones, mejorando nuestro confort al mismo tiempo que nos proporciona una mayor seguridad, al evitar que ese calor nos pueda acabar afectando en nuestras habilidades de conducción. De hecho, la Dirección General de Tráfico recomienda poner el aire acondicionado cuando las temperaturas superan los 35ºC debido a que las altas temperaturas nos pueden hacer perder un 20 % de nuestros reflejos.
En esta situación, cualquier consejo es bienvenido para gastar menos en combustible y estirar al máximo los kilómetros. Y, sin duda, el mejor de ellos disminuir la temperatura interna del vehículo antes de su arranque.
La técnica para lograrlo consiste en bajar las ventanillas para facilitar la salida del aire caliente. Esto puede hacer descender la temperatura interior hasta en 8ºC. De esta forma, se acelera el proceso de enfriado sin repercutir en un mayor gasto de energía, ahorrando hasta un 20 % en el consumo del vehículo.
Una de las razones por las que el vehículo alcanza temperaturas tan altas en verano es por el mayor impacto de los rayos solares. Es por ello que son imprescindibles accesorios como el parasol, que ayuda a que la parte delantera del coche no se sobrecaliente.
En este sentido, es conveniente tintar los cristales del vehículo, ya que se reduce la entrada de luz solar al habitáculo y, por tanto, el efecto del sol es menor. Además, en caso de no comprar el automóvil directamente con los cristales tintados, también existe la opción de comprar láminas adhesivas (homologadas) que cumplan la misma función.
Otro punto clave es alcanzar y mantener una temperatura interior entre los 21 y 23 grados. Mantenerse en ese rango es lo ideal para balancear confort y economía, ya que temperaturas más bajas pueden resultar en un consumo innecesario de combustible.
Además, es importante asegurarnos de que están limpios los filtros del aire, e insistir en las revisiones. Si están sucios o en mal estado el sistema no será capaz de refrescar correctamente el ambiente interior, lo que se traducirá en un mayor esfuerzo en conseguir la temperatura programada y por tanto en un incremento del consumo de carburante.
Lo último que señalan los expertos, y esto está más enfocado al momento aparcar, consiste en dejar el coche estacionado a la sombra. Si se conoce el lugar al que se va a acudir, es mejor fijarse en aquellos lugares en los que no da mucho el sol para dejarlo aparcado. De esta manera, resultará más sencillo alcanzar una temperatura óptima al arrancar de nuevo.