Desafortunadamente, nadie está exento de sufrir un accidente de tráfico. De hecho, suceden cada segundo y de forma repentina, por lo que saber cómo actuar ante estas situaciones es fundamentalSin embargo, un gran número de conductores todavía tiene dudas de cómo rellenar la Declaración Amistosa de Accidente de Automóvil (DAA).

Los nervios, el posible cabreo con el otro conductor, el hecho de llegar tarde a nuestro destino o el miedo a haber sufrido lesiones nos pueden llevar a cometer errores a la hora de cumplir este formulario, errores que luego no podremos corregir.

La mayoría de siniestros, siempre que solo impliquen daños materiales, se resuelve a través de una declaración amistosa de accidente (DAA) que las dos partes involucradas firman. Por tanto, se materializa una misma versión de los hechos y no hay posibilidad de otras interpretaciones ni versiones contradictoras. No obstante, y aunque sea un acuerdo cerrado, deberemos evitar una serie de errores que podrían complicarnos la vida e incluso llevarnos a que la aseguradora no nos dé la razón, aunque la tengamos.

Imagen de archivo de dos personas firmando un parte.

Lo primero y más importante, una vez comprobado de que no hay daños físicos, consiste en hacer fotos o incluso un vídeo en que se muestren los daños, el lugar e incluso las señales de ceda el paso o stop, si las hubiera. Tomarlas lleva un momento, aunque conviene tener mucho cuidado para no entorpecer más el tráfico ni exponerte a un atropello. De esta manera, nos aseguraremos que el otro implicado no se dé a la fuga ya que tendremos las pruebas pertinentes. 

Una vez tengamos las pruebas lo primero será rellenar los datos generales del accidente. Es importante ser exactos en la fecha, la hora y el lugar (número de la calle, nombre del sitio o punto kilométrico) del siniestro.

En este sentido, resulta primordial comprobar los datos del otro implicado. Fiarse de que el otro conductor te dé nombre, apellidos, DNI y demás datos, o dejar que los rellene él, es un acto de excesiva confianza del que podemos acabar arrepintiéndonos. Debemos asegurarnos de que la información personal y del vehículo sea correcta. Para ello, podemos comenzar mostrando nuestra identificación (DNI o permiso de conducir) y así a continuación pedirle al otro que haga lo mismo, comparando los datos con el informe del accidente para garantizar su precisión.

Además, de ello resulta de vital importancia que ambos implicados firmen el parte amistoso. Nunca debemos ceder ante quienes digan que no pueden rellenarlo en ese momento porque tienen mucha prisa, o quieran quedar contigo más tarde para ello. La declaración amistosa se tiene que rellenar en el momento y el lugar de los hechos. Solo hay una excepción y es de puro sentido común: si hay víctimas. De lo contrario, si la otra parte se niega a rellenar o firmar el parte, debes llamar inmediatamente a la policía o la Guardia Civil para que se encarguen del atestado.

En este sentido, no podemos olvidar de indicar en el parte todo lo necesario; cuanto más mejor. Asimismo, es clave que si hay algún herido, por leve que sea, este conste en el parte amistoso.

Por último, pero no menos importante, es recomendable tomar los datos de los testigos en caso de que los hubiera. Para ello, deberás anotar sus datos de contacto en el reverso del documento ya que podría ser necesario contar con su declaración posteriormente.

Además recuerda que el documento es autocalcante por lo que una vez completado obtendremos dos copias, una para cada uno de los involucrados. Cada conductor debe quedarse una copia para entregar a su aseguradora.