Probamos el Volkswagen Tiguan: un superventas que no dice adiós al diésel... ¿es recomendable esta versión?
Desde su lanzamiento en 2007, el SUV alemán ha conseguido vender 7,6 millones de unidades.
11 agosto, 2024 02:40En EL ESPAÑOL hemos probado la tercera generación del Volkswagen Tiguan, un SUV incombustible que sigue acaparando un buen volumen de ventas. Concretamente, el modelo alemán es el tercer coche más vendido de la marca en lo que llevamos de año, con más de 6.000 matriculaciones. Sin embargo, desde 2017 es el que más ventas acumula.
Desde su lanzamiento en 2007, se han comercializado 7,6 millones de unidades, así que es todo un caso de éxito. Este diario ha tenido la oportunidad de ponerse a los mandos de la versión diésel con 150 CV, una variante térmica sin ningún tipo de electrificación, pero perfecta para realizar trayectos de larga distancia gracias a su generosa autonomía.
El Volkswagen Tiguan es un SUV del segmento C –tamaño mediano- que ha crecido. Ahora es 30 centímetros más largo (4,53 metros), pero con 4 centímetros más (sin barra longitudinal del techo) apenas es más alto (1,63 metros) que su antecesor. La anchura (1,84 metros) y la batalla (2,68 metros) se mantienen iguales.
Con estas cotas, el SUV alemán compite contra otros todocaminos como el Ford Kuga, Hyundai Tucson, Kia Sportage, Renault Austral, Peugeot 3008 o Toyota RAV4, entre otros. Se trata de una categoría compleja para los fabricantes por su alta oferta de modelos.
Diseño… ¿de eléctrico?
La estética del nuevo Volkswagen Tiguan puede recordar a la línea de diseño de los eléctricos de la marca (gama ID), por los nuevos faros LED (con IQ. Light HD Matrix LED opcionales) o por la barra transversal cubierta de cristal con una moldura de LED.
En una vista lateral, destacan los hombros atléticos por encima de los pasos de rueda, así como las nuevas llantas de hasta 20 pulgadas. Por su parte, los pilares C están más inclinados hacia delante para otorgarle un aspecto más dinámico.
La parte trasera integra una nueva barra transversal LED que le confiere más presencia en carretera, de la misma forma que lo hace el difusor de generosas proporciones. Además, este nuevo diseño trae consigo un coeficiente aerodinámico mejorado de 0,28 cx, si bien en el anterior era de 0,33 cx.
Nuestra unidad de pruebas luce el acabado más deportivo, el R-Line, con una parrilla brillante de formas marcas, grandes entradas de aire o las citadas llantas de 20 pulgadas con un coste adicional de 555 euros. El color de la carrocería es el Blanco Perlado, que también tiene un coste extra de 1.130 euros.
Salto tecnológico
Una vez en el interior, nos genera la misma sensación respecto a su nueva imagen: parece un coche eléctrico. El salpicadero es de lo más minimalista, sin botones y todo gestionado a través de la pantalla central, la cual es de 12,9 pulgadas de serie y de 15 pulgadas con el acabado R-Line. El cuadro de mandos digital tiene un tamaño de 10,25 pulgadas.
Cabe destacar que muchos de los ajustes del sistema también se pueden efectuar a través del nuevo sistema de manejo por voz IDA, que accede a bases de datos online y, como novedad, a ChatGPT en un futuro próximo a través de una actualización.
En la consola central encontramos diferentes huecos portaobjetos, mientras que debajo de las salidas del aire nos llama la atención una bandeja pivotante. Al levantarla hay un espacio donde cargar el smartphone de manera inalámbrica. No obstante, también dispone de tomas USB-C para poder enchufar un cable.
Otro elemento totalmente nuevo es la palanca del cambio automático, ubicado junto al volante, como ocurre en los modelos ID o en el Volkswagen Passat. Además, para seleccionar los diferentes modos de conducción se debe recurrir al mando giratorio (con pantalla OLED) de la consola central. Este también sirve para regular el volumen o la luz ambiental.
En cuanto al espacio interior, el Volkswagen Tiguan ofrece una habitabilidad muy buena, propia de un coche su segmento. Las plazas traseras se pueden desplazar longitudinalmente hasta 16 centímetros, por lo que el maletero tiene una capacidad de entre 490 y 652 litros.
Variedad de motores
La gama mecánica del Volkswagen Tiguan se compone por dos motores microhíbridos de 48 V y 1,5 litros, pudiendo elegir entre 130 o 150 CV. Ambos tienen la etiqueta eco de la DGT. En un nivel superior, se ofertan las opciones híbridas enchufables (PHEV) de 1,5 litros, con 204 o 272 CV (potencia combinada). Estas tienen una autonomía homologada de hasta 125 kilómetros en función de la versión, con posibilidad de carga rápida a un máximo de 50 kW y, como es natural, etiqueta cero de la DGT.
Las únicas variantes que no están electrificadas son las diésel, como la unidad de pruebas que hemos tenido. Se trata de un motor de 2,0 litros y 150 CV o 193 CV, este último con tracción total 4Motion. Más adelante se incorporará un motor 2.0 TSI de 150 kW 204 CV también con sistema de tracción total 4Motion. Asimismo, todas las versiones vienen de serie con una transmisión automática de doble embrague DSG (con seis o siete velocidades).
Precios
Los precios del Volkswagen Tiguan arrancan en 37.210 euros con la versión microhíbrida de 130 CV. No obstante, la variante diésel de 150 CV tiene un coste de entrada de 40.430 euros, si bien la de 193 CV asciende hasta los 54.225 euros, tal y como se muestra a continuación:
Volkswagen Tiguan | PVP |
2.0 TDI 150 CV DSG | 40.430 € |
Life 2.0 TDI 150 CV DSG | 43.405 € |
Más 2.0 TDI 150 CV DSG | 44.460 € |
R-Line 2.0 TDI 150 CV DSG | 49.730 € |
R-Line 2.0 TDI 4Motion 193 CV DSG | 54.225 € |
En el caso de las opciones híbridas enchufables, estas tienen un precio de acceso de 48.970 euros, sin contar las posibles ayudas del Plan Moves 3 también aplicables a la compra de este tipo de vehículos.
Al volante del Tiguan
No nos cansaremos de repetirlo, los coches diésel son una maravilla por su elevada autonomía. En el caso del Volkswagen Tiguan, con el depósito lleno puede ofrecer más de 800 kilómetros, una cifra estupenda para poder viajar. Esta es una de las mayores ventajas frente a un modelo de gasolina, donde la capacidad de recorrido es inferior.
En carretera, el C-SUV tiene muy buena respuesta ante cualquier situación. Es ágil, estable y con cierto toque deportivo, a diferencia de otros modelos como pueden ser el Citroën C5 Aircross, el cual se caracteriza por tener unas suspensiones muy blandas. En este sentido, el Volkswagen Tiguan puede configurarse con el paquete "Hola deportividad plus", que incluye una suspensión variable con 15 ajustes.
Por otro lado, es fácil notar que se trata de un coche diésel por la rumorosidad del motor, pero no es en absoluto molesto. Nada tienen que ver los coches propulsados por gasóleo de hace años con los actuales, eso está claro. Además, el aislamiento acústico está muy conseguido, ofreciendo mucho bienestar a bordo.
Los consumos que hemos obtenido durante nuestra experiencia han oscilado entorno a los 8 l/100 km, una marca razonable para un coche de 4,53 metros de largo y un peso de más de 1.600 kg. Hay que valorar que no hemos tenido en cuenta realizar una conducción económica, por lo que el gasto mencionado se podría reducir con total seguridad.
En definitiva, aunque esta versión no tiene etiqueta ni eco ni cero (le corresponde la C), es una opción de lo más interesante para aquellas personas que realizan muchos kilómetros y no necesitan circular habitualmente por los núcleos urbanos. Además, su consumo siempre será menor respecto a su homólogo de gasolina.