Para todos los que nos movemos en coche, la app de Repsol, Waylet, es toda una referencia. Con cerca de ocho millones de usuarios, Waylet permite pagar en las estaciones de servicio de Repsol y generar saldo. Además, con ella también se puede pagar por lavar el coche; realizar transacciones en comercios e incluso aparcar en las zonas de estacionamiento regulado de algunas ciudades.
Sin embargo, lo que nos ha llamado la atención de Waylet es cómo está evolucionando en la movilidad eléctrica para ser también una referencia. Hablamos, en este sentido, de la posibilidad que ofrece Waylet de realizar las recargas eléctricas en los puntos de recarga de Repsol, que ya suman 1.700 puntos en total, más otros 600 que todavía están en espera.
Unas recargas, además, que permiten generar hasta el 3% del dinero en saldo. De esta manera, por ejemplo, en una recarga eléctrica de 50 kWh que nos supone un total de 22,5 euros a 0,45 euros el kWh nos permite generar un saldo de 0,67 euros, el mencionado 3%. Un saldo que puede ser empleado en más recargas o en otro tipo de compras.
Hasta aquí, más o menos, es algo que ya conocíamos. Sin embargo, ahora vamos a hablar de lo que para nosotros es una novedad en Waylet. Se trata de la interoperabilidad de los puntos de recarga. Un aspecto clave y por el que está apostando Repsol en su principal aplicación.
Recordamos en este sentido que los puntos de recarga nada tienen que ver con los surtidores de una estación de servicio tradicional. Los puntos de recarga están digitalizados y generan mucha información en tiempo real. De ahí que lo importante es que todos los operadores de carga permitan el acceso a esa información y dejen que otras compañías también operen con sus cargadores. Actualmente, esta interoperabilidad es obligatoria, si bien no está estandarizada.
De ahí que haya que fomentar iniciativas como la de Repsol que ya ha conseguido numerosos acuerdos de interoperabilidad en la infraestructura de recarga de compañías como Porsche, Atlante, Ionity, Powerdot o EDP. En total, con estos acuerdos, Repsol añade 2.400 puntos adicionalesque se suman a los 1.700 de su propiedad, según señala a EL ESPAÑOL, Oliver Fernández, director Movilidad Eléctrica en Repsol.
De esta manera, al final quien gana es el usuario puesto que podrá recargar y pagar en cualquier punto de recarga con su aplicación favorita e independientemente del operador que sea.
Esto a su vez redunda en los proveedores de servicios (MSP -Mobility Service Providers-) puesto que permiten ofrecer a los usuarios más opciones de recarga. Y también a los operadores de puntos de recarga (CPO -Charge Port Operators-), ya que permiten atraer a más usuarios a sus estaciones.
Probamos Ionity con Waylet
Por ello, para probar el funcionamiento de Waylet con la interoperabilidad de primera mano, lo que hacemos es comprobarlo con la red de Ionity. Recordamos en este sentido que Ionity es uno de los proveedores con potencias más elevadas ya que los puntos de recarga pueden llegar hasta los 350 kW. Y todo ello lo haremos con el coche eléctrico con el que nos hemos desplazado este verano: se trata del Voyah Free, un SUV de orientación premium con una batería de 100 kWh que permite superar los 400 kilómetros de autonomía.
Nuestra primera parada es en Murcia, cerca de Puerto Lumbreras, donde Ionity tiene una estación con seis puntos de recarga de 350 kW. Así que una vez allí, abrimos la aplicación de Waylet y basta con seleccionar en cuál de los puntos de recarga estamos para iniciar el proceso a los pocos segundos.
En total, en este punto nos hemos detenido con el Voyah Free un total de 32 minutos y hemos recargado 45,31 kWh con un precio de 29,61 euros, lo que nos da un precio de 0,65 euros el kWh.
Segunda prueba que hacemos con Ionity. En esta ocasión es en Campo de las Naciones (Madrid) también en la estación de recarga de Ionity. Aquí volvemos a repetir el proceso y estamos con el Voyah Free un total de 30 minutos. Comprobamos la recarga y vemos que hemos cargado 41,32 kWh con un precio de 27 euros, lo que deja de nuevo los 0,65 euros el kWh.
Damos, por tanto, el experimento como concluido. La experiencia de carga ha sido buena y la aplicación de Waylet ha funcionado con Ionity a la perfección. En este sentido, es cierto que si hubiéramos realizado la recarga con la aplicación de Ionity el precio de la tarifa base habría sido el mismo que el que hemos pagado con Repsol. Incluso algo menos, si tenemos una suscripción a este operador.
Pero donde sí radica la diferencia es que con Waylet de Repsol podemos canjear el saldo acumulado previamente en estas nuevas recargas de interoperabilidad. Es decir, podemos utilizar saldo que tengamos acumulado en pagar parte o la totalidad de estas recargas con otro operador… En definitiva, una ventaja más que facilita el salto hacia la movilidad eléctrica.