Uno de los mayores problemas que están teniendo las principales zonas afectadas por la DANA y las riadas de Valencia es la acumulación de coches que están bloqueando las calles y las carreteras y dificultan el paso de los servicios de emergencia y la movilidad de los ciudadanos.
Sin embargo, la solución no será fácil ni rápida. En primer lugar, por el grandísimo volumen de vehículos afectados. Según Sonia Luque, coordinadora de Red de Empresas de Auxilio en Carretera (REAC), "en una primera estimación podríamos estar hablando de unos 100.000 vehículos dañados".
Por este motivo y teniendo en cuenta que la retirada de un solo vehículo "es de aproximadamente 30 minutos", este operativo "llevará entre uno y dos meses", según ha señalado esta experta en conversación con EL ESPAÑOL.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el número de grúas que están trabajando en la zona es limitado. "Hay un par de empresas de grúas de la zona que lo han perdido todo", afirma Luque. Por tanto, las que no se han visto afectadas son las que están operando en la zona. Sin embargo, el número es insuficiente, ya que podrían estar operando unas 100 grúas de la provincia, según señala esta experta.
Por su parte, el Ejército y la UME y los diferentes cuerpos de seguridad además de Protección Civil, que ya están actuando en las zonas, tienen como principal prioridad el buscar los desaparecidos, además de abrir las vías de circulación. Por tanto, estos cuerpos de seguridad primero comprobarán si hay fallecidos en el interior de los vehículos para después retirar algunos vehículos si obstaculizan una carretera, una calle o una vivienda.
Sin embargo, no los llevarán a una campa, sino que los desplazarán unos metros para despejar la zona. De ahí que no será hasta que lleguen los gruistas cuando los vehículos se retiren definitivamente.
Grúas de toda España
Por este motivo desde REAC están en coordinación con la UME y con Protección Civil para informar de cuántas grúas podrían venir de otras provincias y comunidades para actuar en Valencia.
"Hemos realizado un llamamiento a todas las grúas nacionales para ver qué disponibilidad tienen y con qué equipos cuentan", señala Luque. "Hay que tener en cuenta que se necesitan remolcadores, grúas de una o varias plataformas, furgones taller e, incluso, plumas que levanten los vehículos y los sitúen en las plataformas", señala Luque.
"Y también hay que comprender que tenemos la obligación de seguir prestando el servicio en el resto del territorio nacional", comenta. "Y el sector de las grúas está muy atomizado, con muchas empresas pequeñas y autónomos y con pocas empresas con decenas de vehículos grúa", afirma.
Esperando autorización
"Así que una vez que nos autoricen a entrar, desde REAC estamos preparados para desplazarnos y empezar a operar", dice la coordinadora de esta red que aglutina a varios miles de grúas en toda España.
Sin embargo, esta orden de actuación todavía no la han recibido. De ahí que por el momento sólo estén operando las grúas de la zona. "No sólo nos tienen que permitir la entrada de las otras grúas, sino que nos tienen que informar de los protocolos a seguir, en qué zonas actuar y en qué campas hay que depositar los coches", nos dice.
Una vez que los coches dañados se lleven a las campas determinadas, ahí será el turno de ponerse en contacto con los propietarios. Es una tarea en la que a partir de la matrícula del vehículo o del número de bastidor (si la matrícula está dañada) se puede localizar y llamar al dueño del vehículo para que indique cuál es su compañía aseguradora y qué póliza de seguro tiene.
El dueño del vehículo entonces tendrá que llamar a la compañía para que un perito acuda a la campa donde esté el vehículo y evalúe los daños. "Normalmente este tipo de sucesos suele acabar en un siniestro total del coche, lo que implicaría después llevar el coche al desguace", afirma Luque.
De ahí que, si ahora el ‘embudo’ está en las grúas, un poco más adelante podría haber una gran demanda de peritos para evaluar los coches. Unos vehículos que tendrán como destino final los desguaces o los talleres si finalmente el vehículo puede ser reparado.
Por último, el dueño del vehículo tendrá que ponerse en contacto con la aseguradora o con el Consorcio de Seguros, para recibir la indemnización estipulada según el valor venal del coche. Una cantidad que, a ojos de los dueños de los vehículos, siempre suele considerarse como insuficiente.