El próximo año 2025 está marcado en rojo en el calendario de muchos de los fabricantes de coches que comercializan sus modelos en Europa. La cuestión es que para que no sean multados por la Unión Europea, los coches que vendan en Europa tienen que tener unas emisiones bastante bajas. De lo contrario, si no cumplen... las multas pueden ser millonarias.
Hasta aquí, la teoría es fácil. Sin embargo, en la práctica podemos señalar que muy pocos están cumpliendo con estos objetivos. De ahí que, para el próximo año, algunos de estos fabricantes se vean obligados a utilizar diferentes recursos para bajar emisiones.
Una de las acciones a llevar, la más lógica y coherente, por otra parte, sería la de vender más coches eléctricos. Sin embargo, no todos los fabricantes cuentan con muchos de estos vehículos en sus catálogos, ni todos los fabricantes tienen un nivel muy alto de ventas. De ahí que la comercialización de eléctricos no sea, probablemente, el único camino que les permita reducir emisiones.
Y aquí es donde llega otra opción que ya han empezado a trabajar algunos constructores. Hablamos del 'mercadeo' o de la compraventa de emisiones de CO2, un aspecto que los fabricantes guardan en la recámara para las situaciones en las que no llegan. Se trata directamente de que un fabricante que matricula muchos eléctricos, pueda 'vender' a un fabricante que no 'cumple' sus emisiones sobrantes.
Pues bien, este mercadeo ya ha comenzado. Y el primer caso que se ha hecho público es de Suzuki con Volvo. En este caso, Volvo es un fabricante que va bien en emisiones de CO2 y, sin embargo, Suzuki no tiene unas emisiones reducidas. De ahí que, este último haya decidido aliarse con la marca sueca para que no le lleguen sanciones por emisiones.
Además, este asunto tiene todavía más trascendencia, ya que hasta ahora Suzuki se había aliado con otra japonesa -Toyota- en esta estrategia conjunta de compartir emisiones. Sin embargo, con este acuerdo, Suzuki pone fin a la alianza de varios años atrás con Toyota para echarse en manos de Volvo.
Por si fuera poco, además, la petición de que las emisiones de Suzuki formen parte de las Volvo supone todavía un agravio mayor, puesto que Suzuki es un fabricante japonés que anteriormente tenía un acuerdo con otro fabricante japonés, como era el caso de Toyota. Y, sin embargo, ahora con este acuerdo, Suzuki pasa de tener un acuerdo con otro fabricante japonés, a un acuerdo con un fabricante chino. De hecho, es el japonés el que necesita del chino, lo que demuestra una vez más cómo está cambiando el orden internacional en el automóvil.
"Hemos decidido unirnos a Volvo porque venden más vehículos eléctricos en Europa que Toyota, así que tenemos más margen para cumplir", ha asegurado el director de departamento de coches eléctricos de batería de Suzuki, Takahiko Hashimoto.
El caso de Suzuki, además, es probable que no sea el primero ni el último en la Unión Europea. Sobre todo si tenemos en cuenta que hay fabricantes que tienen unos niveles muy altos de CO2 de media en Europa. Y, a su vez, también hay otros fabricantes que todavía tienen margen para asociarse con otras marcas y seguir sin pagar las multas.
Qué fabricantes de coches tienen más emisiones
En el siguiente gráfico se puede ver cómo en rojo están los fabricantes que más emisiones tienen y, por lo tanto, los que podrían llegar a algún tipo de acuerdo con algún otro grupo constructor para cumplir con las emisiones, según datos de la Agencia Europea del Medioambiente.
En este sentido, por ejemplo, Tesla al solo vender coches eléctricos no tiene emisiones. Y Tesla se agrupa con otros fabricantes como Honda, Jaguar y Land Rover. Pero aun así tendría más margen para otros fabricantes, según datos de la Agencia Europea del Medioambiente de 2022. En concreto, estos tres fabricantes tienen una media de emisiones en 2022 fue de 49,9 gramos.
La segunda posición es para Kia, con 99,8 gramos, seguido de Hyundai con 101,3 gramos y Stellantis con 103,1 gramos.
Después se encuentran otros fabricantes como Renault-Nissan-Mitsubishi, lograrían los 104,7 gramos, para llegar a BMW con 104,9 gramos.
Hasta aquí, se encontrarían los principales fabricantes que tendrían más fácil llegar a los 93,6 gramos, ya que como máximo tendrían que bajar entre 6 y algo más de 10 gramos.
Sin embargo, existe otro grupo de constructores que no lo tiene tan fácil. Hablamos de Mercedes-Benz, con 111,9 gramos de media; Ford, con 113,2 gramos; Mazda, Subaru, Suzuki y Toyota, con 114,2 gramos y Volkswagen con 118,5 gramos de CO2. Estos últimos, por tanto, son los que tendrían que vender más coches eléctricos, reducir las ventas de los coches con más emisiones para cumplir con la normativa o bien comprar las emisiones.
División entre los fabricantes
Precisamente esta competición por las emisiones está desembocando en una guerra interna en el automóvil. En este sentido, existe un bando mayoritario, formado por alrededor del 80% de los fabricantes, y que se enmarca dentro de lo que se aglutina como ACEA, la asociación europea de fabricantes de automóviles, representada por Luca de Meo, CEO del Grupo Renault.
En este sentido, desde ACEA están pidiendo a los representantes políticos que retrasen la obligatoriedad de reducir las emisiones para los próximos años.
Y en el otro bando está el Grupo Stellantis, fabricante de marcas como Peugeot, Citroën, Fiat y Jeep. Mientras que ACEA ha pedido un retraso en el cumplimiento de la reducción de emisiones, Stellantis ha señalado que no quiere esta disminución de los objetivos.
¿Y cuál es la reducción de emisiones que tienen que tener los fabricantes? Pues bien, para entenderlo, conviene tener en cuenta que hasta este año 2024 los fabricantes tienen que cumplir con una media de emisiones de 115,1 gramos de CO2 según la normativa WLTP.
Es decir, la media de todos sus coches (turismos) que se hayan vendido en Europa tiene que tener como máximo 115,1 gramos de CO2 por kilómetro recorrido. Sin embargo, a partir del año que viene (2025) esta normativa se endurecerá todavía más. En concreto, los fabricantes tendrán que bajar hasta los 93,6 gramos de CO2. De lo contrario, tendrán multas.
Esta cifra de emisiones, además, se mantendrán entre los años 2025 y 2029. Y a partir de 2030, cuando será muy difícil vender coches de combustión, ya que los fabricantes tendrán que bajar hasta los 49,5 gramos de CO2. Y estas cifras sólo se pueden conseguir con una venta mayoritaria de vehículos con enchufe. Ni siquiera los híbridos admiten ya niveles tan bajos de CO2. Por no hablar que ya en 2035 las emisiones tienen que ser de cero gramos.
Dos millones de coches menos
En este sentido, los fabricantes han señalado a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en una petición conjunta que si les obligan a cumplir con la normativa de los 93,6 gramos desde 2025 tendrán que detener la producción de unos dos millones de vehículos.
Esto significa que los fabricantes dejarán de producir un 15% del total de sus coches, pasando de unas ventas actuales de casi 13 millones a cerca de 11 millones.
De lo contrario, de seguir vendiendo estos coches que aumentan los niveles de contaminación, los fabricantes se exponen a multas que podrían alcanzar los 13.000 millones de euros. Y esto es algo a lo que no quieren llegar, especialmente en estos últimos meses, donde los resultados de las compañías no son tan buenos.
Por todo ello, los fabricantes, a través de ACEA, han pedido que se retrase de 2025 a 2027 la normativa que obliga a bajar a los 93,6 gramos de CO2. Una petición que se ha realizado por medio de Luca de Meo, presidente de ACEA y del Grupo Renault.
La razón de esta petición se debe a que, para cumplir con los 93,6 gramos, habría que vender entre el 20% y el 22% de vehículos 100% eléctricos en Europa. Y actualmente la cuota está en 2024 en alrededor del 12%. Por tanto, de seguir siendo igual de dura la norma, los fabricantes tendrán que aumentar un 8% la cuota de eléctricos en los próximos meses, algo difícil de lograr. Quién tiene más y menos emisiones.