Saúl Craviotto: “Cupra forma parte de mi equipo en el día a día”

El deportista español con más medallas en unos Juegos Olímpicos y embajador de Cupra nos cuenta sus próximos proyectos tras el bronce de París.

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Saúl Craviotto es de esas personas con las que te gustaría estar hablando horas y horas. Por su cercanía, nobleza, humildad, por el trato… El deportista español con más medallas en unos Juegos Olímpicos, seis en concreto, charla con EL ESPAÑOL para contarnos su día a día tras el regreso de París, sus próximos objetivos y como no podía ser de otra manera sobre el vínculo tan especial que le une a Cupra.

Así que la primera pregunta que le hacemos no podía ser otra que cómo se siente tras colgarse al cuello la sexta medalla, en esta ocasión de bronce, en unos Juegos Olímpicos. “Estoy contento por lograr la sexta medalla en París. Además, no solo valoro las medallas; sino que también pongo en valor el hecho de haber estado en cinco Juegos Olímpicos diferentes, manteniendo un nivel alto y siempre luchando por la medalla. Esto es lo más importante de mi carrera deportiva”, nos dice.

Lo cierto es que Saúl está casi recién aterrizado de los juegos de París y de unas pequeñas vacaciones: “Estuve unos días en Tenerife descansando con la familia y también hice un viaje a Lleida para ver a mis padres. Es un viaje que intento hacer todos los años porque al final es cuando puedo visitarlos después de la vorágine de entrenamiento… Además, allí, con mis padres, dejo a mis hijas con sus abuelos y me hago ‘escapaditas’ con mi mujer por la Costa Brava”, comenta.

Está claro que, tras el esfuerzo, Saúl ahora mismo está disfrutando sobre todo de un momento de mayor tranquilidad y de la familia. Y aun así lo deja bien claro: “Nunca he dejado de entrenar, así que cuando me tenga que poner de nuevo no me va a costar”, señala. “Pero también reconozco que cuando termino unos Juegos Olímpicos, la temporada siguiente me la tomo con más calma”, aclara.

Es entonces, cuando Saúl se emociona hablando de su familia y de las renuncias que ha tenido que realizar a lo largo de toda su carrera deportiva: “El año pasado no pude llevar a mis hijas al cole ni un solo día, por la exigencia de los entrenamientos”.

“Por ello, si pongo todo en una balanza lo que me apetece es pasar más tiempo en casa, estar más tiempo con mis hijas, con mi familia. Y el deporte ahora, está en segundo plano. Seguiré entrenando, con las mismas dinámicas… pero vamos a dejar que fluya la situación para ver cómo afronto nuevos objetivos”, confiesa.

Saúl, por tanto, quiere disfrutar algo más el ahora ya que las jornadas de entrenamientos son muy duras. Ahora, por tanto, los entrenamientos son más suaves, aunque él sigue dejando bien claro que no para nunca: “Si no entreno me subo por las paredes; así que incluso en vacaciones me voy a correr o me voy al gimnasio. No puedo vivir sin el deporte y no quiero perder la forma”, señala.

Más de diez horas al día de entrenamientos

Es entonces, cuando Saúl nos cuenta su día a día para estar en forma en momentos de competición: “Salgo de casa las 8,30 de la mañana y llego a las siete de la tarde… de lunes a sábado. En todo este tiempo el entrenamiento físico ocupa unas seis horas diarias. Es una hora y media en el agua. Otra hora y media en corriendo o en bicicleta y, por último, otra hora y media de pesas en el gimnasio. El resto es visualizar vídeos, corregir técnicas, realizar calentamientos, estiramientos…”

Los entrenamientos que tiene que realizar son tan fuertes que incluso en algunos momentos puede perder el conocimiento. Es para conocer cuál es su pico máximo de fuerza: “Son entrenamientos de tolerancia láctica. Se hacen series de muchísima intensidad y con descansos muy cortos. Así tu cuerpo genera el ácido láctico que provoca sensación de mareo, malestar, vómitos... Son unos entrenamientos agónicos pero necesarios para llegar a la competición. Porque en los últimos 50 metros hay que dar el máximo y esto requiere entrenamiento previo”, afirma.

“Hay una línea muy delgada roja del límite de una persona. Pues bien, nosotros la sobrepasamos para acostumbrarnos y que el listón suba. Y eso se consigue agonizando una y otra vez. Al final tu cuerpo se va acostumbrando a esa agonía. Sufres muchísimo, pero si se prepara previamente se puede conseguir”, nos dice.

Con este tipo de entrenamientos lo que busca Saúl es depurar la técnica. “Nos pasamos cuatro años automatizando un movimiento técnico para ser lo más eficaces posibles en la competición”, comenta.

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La importancia de tener a Cupra en el equipo

Y aquí es donde una vez más, Saúl agradece el apoyo que le ofrece Cupra, ya que “es parte también de mi equipo”, señala emocionado. “En mi día a día, tengo un equipo directo que es el equipo técnico, el entrenador, el fisio, el nutricionista; pero luego también están los patrocinadores. Y estos son básicos y esenciales. Por ejemplo, en mi caso, tener detrás una a una marca como Cupra me motiva mucho”, comenta.

Con Cupra comparto muchos valores, puesto que la deportividad está en el ADN de Cupra. Pero también destaco el avance, el no estancarse e ir siempre hacia un propósito mejor. Al final así es el ADN de un deportista y así son nuestros valores…”, nos dice.

“Hace unos días tuve la oportunidad de ir a la fábrica de Martorell y conocer el trabajo en equipo que se hace en la planta… Y ahí fue cuando entendí cómo funciona un fabricante de coches; todo lo que hay detrás de un coche; lo que desconocemos cuando nos ponemos al volante del vehículo, cómo son los procesos de fabricación, la gente que hay detrás… El trabajo en equipo de Cupra es uno de los valores esenciales para mí… es parte de mi éxito”, señala.

“Fue un día bonito, una gran experiencia. Me quedé embobado viendo cómo se fabrican los coches y conocer a los empleados”, recuerda.

“Al final un fabricante de coches se parece mucho a un deportista. Estoy preparándome durante cuatro años para una prueba de un minuto, de solo unos segundos en la tele… Detrás hay, en cambio, muchas horas de sufrimiento. Es el trabajo que no se ve. Y también los fabricantes tienen en sus fábricas ese trabajo que no se ve, en el que hay detrás un gran equipo humano”, afirma.

Cupra, un compañero de viaje

Lo cierto es que la relación entre Saúl Craviotto y Cupra viene desde el nacimiento de la marca, hace ya algo más de seis años. Saúl quiso acompañar a Cupra en su primera presentación y, desde entonces, ha estado siempre al lado de la firma deportiva.

“De Cupra destaco todo. Para empezar los coches, que son increíbles. Pero también me quedo con las personas, puesto que hay un equipo humano detrás que es espectacular”, señala.

En cuanto a los coches que conoce, podríamos decir que son prácticamente todos. “Empecé con un Cupra Ateca; después pasé al Cupra Formentor de gasolina para seguir con el Cupra Formentor híbrido enchufable”, señala. “Además también conduzco el Born, un coche 100% eléctrico," afirma. “El Born lo utilizo para el día a día, ya que es muy dinámico, cómodo y espacioso. Es mi aliado perfecto para ir a entrenar, y como tengo punto de recarga en casa lo enchufo sin problema”, señala.

“Además, también he podido conducir el nuevo Tavascan por Andalucía y es todo un cochazo”, señala. “Y también me dejaron probar como acompañante el Terramar con Jordi Gené y fue una experiencia única”, afirma.

De las piraguas a la silla infantil

Al final para Saúl el coche es parte indispensable de su día a día. Utiliza los modelos de Cupra para ir a entrenar, con las piraguas a la baca del coche. Y cuando deja los remos de lado, es el momento para viajar a cualquier destino con la familia, recorriendo España de punta a punta. “Imagina cómo va el coche de cargado cuando hacemos un viaje con las tres niñas, la silla infantil…”, nos comenta entra risas.

Y una vez más, al hablar de la familia los ojos se le humedecen a Saúl. “Valoro mucho a mi mujer porque estar junto a un deportista de élite no tiene que ser fácil. Llego a casa cansado, con momentos de mucha presión, de muchos nervios y bueno, pues esta es la pareja de alguien como yo, pues me ha ayudado muchísimo y si no fuera por ella, por ella no hubiese conseguido todos mis propósitos”, afirma.

Y rápidamente cambia de registro para decir, una vez más entre risas, que nos tiene engañados como cocinero: “En realidad, la que cocina es mi mujer. Ella es la que le gusta cocinar y tiene un título en nutrición deportiva. Me ayuda muchísimo. Para mí es un pilar esencial tener a una persona que sabe de nutrición en tu casa”.

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Preguntado sobre las calorías que quema y las que ingiere, Saúl dice no mostrarse preocupado por eso: “Lo cierto es que no lo he calculado. No sé ni cuántas quemo, ni cuántas ingiero. Por ejemplo, cuando entrenamos vamos a una sidrería que tenemos cerca y ahí es donde comemos de maravilla”, nos dice de nuevo entre risas.

Después, retoma de nuevo el tono serio para decir que “siempre intenta comer de forma saludable. Un deportista tiene que comer bien porque es el combustible que necesita el cuerpo… aunque una fabada la quemamos sin problemas”, concluye.

“La alimentación tiene que ser variada porque hace falta de todo. Pero sí es importante saber qué necesita tu cuerpo. Por ejemplo, si haces trabajo de mucha fuerza, de mucha intensidad, ese día necesitas comer más proteínas. Si lo que haces es más trabajo aeróbico de larga distancia y demás, hay que llenar los depósitos de carbohidratos. Es entender cómo funciona la alimentación y el cuerpo y darle al músculo lo que necesitas”, señala.

El futuro de Saúl Craviotto

Le preguntamos a Saúl que se imagine un viaje al futuro para que nos diga dónde se vería dentro de 10 o 15 años: “Pues me veo haciendo algo que me apasione”, señala. “No busco el éxito, sino la felicidad y para conseguirla quiero estar a gusto conmigo mismo; que por las mañanas me despierte y tenga algo que me ilusiones: ya sea con el deporte, con conferencias, con algún negocio… Lo que sea”, afirma.

Y preguntado por las próximas olimpiadas de Los Ángeles, Saúl de nuevo nos comenta que lo ve muy lejos todavía: “Vamos a ir paso a paso”.

¿Y para el mundial?, volvemos a preguntar a Saúl. “Para el mundial, hay pruebas selectivas entre abril y mayo para seleccionar a los mejores piragüistas de España. Así que hasta entonces tengo tiempo para prepararme. Una vez allí, veremos si estoy entre los ocho mejores”, señala.

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El ‘maestro Craviotto’

Mientras tanto, en la conversación aprovechamos y le preguntamos por las charlas que da tanto a chavales como a empresas: “Al final todos tenemos nuestras inquietudes, nuestros retos personales… Y yo lo que intento transmitir es lo que me ha enseñado el deporte. Y también lo importante que es rodearte de un buen equipo que te ayude a lograr ese objetivo… Les hablo de gestionar la presión para quedarse con lo importante. Y también de no obsesionarse con solo un objetivo. Hay que tener alternativas por si algo no sale bien”, nos dice.

También recalca lo fundamental que es el deporte: “No hay una inversión mejor. Al final esta es la carcasa que vamos a tener hasta el último día de nuestra vida. Y si no la cuidamos nosotros, ¿quién más lo hará? Hacer deporte es bueno. Es invertir tanto en salud como en educación. Es una educación complementaria a la de la escuela o los padres. Los valores que te enseña el deporte es un complemento más a esa educación. Son valores que te van a acompañar toda la vida. Y lo mismo con la salud. El Estado se ahorraría mucho dinero si hiciéramos todos deporte”, termina.

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