El éxito de las marcas chinas en Europa es innegable. Precios competitivos, diseños atractivos y prestaciones que no están nada mal. Ahora bien, ¿son seguros? ¿qué ocurre en caso de accidente? Estas preguntas son muy comunes entre los usuarios, ya que con una vida tan corta en nuestro mercado, todavía es un campo bastante desconocido.
Para ello, lo mejor es consultar las pruebas de Euro NCAP (European New Car Assessment Programme), el programa europeo que evalúa el nivel de seguridad de los coches nuevos del mercado. El resultado se mide con una escala de estrellas, siendo cinco la mejor puntuación.
En línea con esto, desde 2022 muchos coches de origen chino han pasado por estas pruebas, examinando diferentes parámetros como su seguridad pasiva y los sistemas de asistencia a la conducción. Modelos como el Omoda 5, MG4 Electric o BYD Atto 3 obtuvieron las cinco estrellas.
En 2023 también las consiguieron el BYD Seal-U, BYD Tang, Xpeng G9, BYD Dolphin, BYD Seal o el Xpeng P7, mientras que este año han alcanzado la máxima puntuación el Omoda 5 EV, MG HS o el Xpeng G6. Con esto, podemos decir que, incluso, superan a algunos coches europeos que logran tres o cuatro estrellas.
Inversión en I+D
Por otro lado, cabe destacar que las firmas chinas realizan grandes inversiones en I+D. El Grupo Chery, propietario de Omoda y Jaecoo, dispone de ocho grandes centros de investigación y desarrollo, así como más de 300 laboratorios distribuidos por todo el mundo.
Su equipo internacional y multidisciplinario de élite científica, compuesto por más de 25.000 expertos, tiene como principales objetivos alcanzar los máximos niveles de seguridad. De hecho, el gigante automovilístico ha generado más de 26.000 patentes.
En el caso de SAIC Motor, matriz de MG, inauguró en 2022 un centro de I+D con 10.000 especialistas, en el que se desarrollan tecnologías avanzadas en software, inteligencia artificial (IA), big data, computación en la nube, seguridad cibernética y sistemas del automóvil, con el objetivo de acelerar tanto la I+D como la industrialización de vehículos.
Entre 2021 y 2025, la empresa invertirá 45.000 millones de euros en el desarrollo de vehículos conectados e inteligentes, donde la asistencia a la conducción juega un papel clave. SAIC Motor también ha registrado más de 26.000 patentes.
BYD tiene a más de 100.000 ingenieros dentro de su plantilla de 900.000 empleados, quienes trabajan en más de 30 parques industriales y 11 centros de investigación, generando un promedio de 15 patentes propias cada día.
En 2023, su inversión en I+D alcanzó casi 5.200 millones de euros, lo que representa un aumento notable del 97% en comparación con el año anterior, elevando la inversión total en más de 18.000 millones de euros. Hasta la fecha, BYD ha solicitado más de 48.000 patentes a nivel mundial, de las cuales más de 30.000 han sido aprobadas.
La tecnológica Xiaomi ha destinado más de 1.300 millones de euros a la fase inicial de investigación y desarrollo de su primer coche eléctrico. El equipo de I+D de la compañía está compuesto por más de 3.400 ingenieros y más de mil expertos técnicos, tanto en China como en el extranjero.
El fabricante Xpeng planea invertir 450 millones de euros y contratar a 4.000 personas este año para desarrollar sus sistemas de inteligencia artificial aplicados al sector de la automoción, los cuales son fundamentales para mejorar los sistemas de asistencia a la conducción y avanzar hacia la conducción autónoma.
Estructuras resistentes
El Jaecoo 7, recientemente lanzado en España, presenta una carrocería compuesta en un 80% por aceros de alta resistencia, un porcentaje que lidera la industria automotriz. Su estructura combina diferentes tipos de este material que aseguran una gran resistencia y capacidad de absorción.
De esta manera, el techo de este vehículo puede soportar hasta 8 toneladas de peso antes de deformarse o colapsar. La seguridad pasiva de este modelo ha sido desarrollada en el Crash Test Center de 32.000 m² del Grupo Chery, ubicado en Wuhu, Anhui (China).
Los modelos Xpeng G6 y Xiaomi SU7 utilizan estructuras "gigacast", que consisten en grandes piezas fundidas en un solo bloque. Este proceso reduce el peso del coche y minimiza la necesidad de soldaduras. Para fabricarlas, se utilizan prensas gigantes de hasta 9.100 toneladas de presión, con planes de desarrollar prensas de hasta 12.000 toneladas. Dichas estructuras no solo ahorran peso, sino que mejoran el comportamiento del vehículo en caso de choque.
Estas carrocerías se montan sobre plataformas multienergía o específicas para vehículos eléctricos, diseñadas pensando en la seguridad y en la integración de las baterías. En cuanto a estas últimas, los modelos de Xpeng incorporan una estructura anticolisión de tres capas, ocho compartimentos anticolisión y una resistencia a la presión de hasta 500 kN (50 toneladas), lo que proporciona una protección máxima a la fuente de energía del vehículo.
Las baterías Blade de BYD, por su parte, son capaces de soportar condiciones extremas de prueba, como aplastamiento, doblado, calentamiento a 300 °C en un horno y sobrecarga del 260%. Ninguna de estas pruebas causó incendio o explosión. Incluso en los exámenes de penetración de clavos, las baterías no emiten ni humo ni fuego y mantienen una temperatura baja.
Asistencia a la conducción
Gracias a una amplia cantidad de sensores, procesadores de alto rendimiento y software con algoritmos basados en IA, los coches disponen de completos paquetes de sistemas ADAS. Esto aumenta la seguridad tanto de los pasajeros del vehículo como de los usuarios de la vía.
Por ejemplo, los modelos de Xpeng están equipados con 12 sensores ultrasónicos, cinco radares de alta precisión y 14 cámaras, que alimentan el sistema Xpilot, el cual integra hasta 25 asistentes de conducción. A su vez, los vehículos de Omoda y Jaecoo cuentan con 18 sistemas de asistencia a la conducción.