Aunque puede sonar un poco desorbitado, el Mercedes Clase G ya tiene su variante eléctrica pura. Este icono de la historia del automóvil ha llegado con una nueva generación, donde todos sus motores se han electrificado. Esto quiere decir que ya cuenta siempre con la etiqueta eco (gracias a motores microhíbridos) o cero de la DGT.
Además, esto ha coincido con su 45 aniversario, ya que el codiciado todoterreno se lanzó al mercado en 1979. El Mercedes Clase G puede presumir de ser uno de esos (pocos) coches que nunca ha pasado desapercibido, fiel a su estética y valores, y con una personalidad única.
El modelo alemán se produce en Graz (Austria), una planta de la que han salido 40.000 unidades. Como curiosidad, esta fábrica carece de robots (salvo el que pone la luna delantera), ya que todo el trabajo es manual y con especial atención al detalle. Respecto a las ventas mundiales, en 2023 aumentaron las matriculaciones un 11% respecto a 2022, mientras que este 2024 la firma prevé buenos resultados con el nuevo Mercedes G eléctrico.
Misma esencia
Una de las claves del éxito del Mercedes Clase G es su estética de formas cuadradas, por lo que es un apartado que apenas se tocado con el paso de los años. Sin embargo, esta nueva generación trae algunos cambios. Si nos centramos en la versión eléctrica, nos cuesta distinguirlo respecto a sus hermanos de combustión.
Algunas de las diferencias las encontramos en el capó, que está ligeramente elevado, así como en las cortinas del paso de rueda trasero. La zaga del Mercedes Clase G eléctrico se delata por una caja de cables (bicolor), aunque también se puede incluir la característica rueda de repuesto. La tonalidad azul eléctrico es exclusiva para esta variante, pero también se puede configurar en gris, negro o en dos tipos de blanco.
En cuanto a las variantes térmicas, se ha actualizado el frontal con una rejilla del radiador con cuatro lamas, el parachoques delantero presenta un nuevo diseño y encima del parabrisas se inserta un spoiler. De la parte trasera solo podemos mencionar el nuevo parachoques. Como se puede apreciar, el resto de elementos siguen intactos: manetas tradicionales, bisagras visibles, faros redondos…
Más tecnológico
En su interior, el Mercedes Clase G cuenta (por primera vez) con el sistema de infoentretenimiendo MBUX, ligado a dos pantallas digitales de 12,3 pulgadas cada una. La multimedia se puede manejar a través del control táctil de la consola central y dispone de Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, así como de control por voz.
También destaca el nuevo volante multifunción, el centro de control offroad rediseñado, el sistema de carga inalámbrica para dispositivos móviles o el portavasos con control de temperatura. En el caso de la versión cero emisiones, sobresale por detalles y costuras de color azul. No obstante, gracias al programa Manufaktur, los clientes pueden personalizar su Clase G eligiendo la tapicería de los asientos, costuras decorativas o el cuadro de instrumentos, entre otros.
Con 587 CV
Realmente, el nuevo Mercedes Clase G eléctrico ha sido bautizado como Mercedes G 580 con tecnología EQ, pero seguiremos simplificando su nombre. Uno de los aspectos más llamativos es que es más potente que la versión AMG G63, ya que tiene 587 CV (repartidos en cuatro motores) y 1.164 Nm de par, es decir cuenta con 2 CV más. De esta manera, es capaz de realizar el 0 a 100 km/h es tan solo 4,7 segundos, aunque en este apartado le supera el AMG con una marca de 4,3 segundos.
En cuanto a su batería, este todoterreno equipa la más grande de la firma, cuya capacidad es de 116 kWh. Con esto, tiene una autonomía homologada de 462 kilómetros en ciclo mixto y de hasta 646 kilómetros en ciudad. Y para las recargas, admite una potencia máxima de 200 kW en carga continua (CC) y de 11 kW en corriente alterna (CA). ¿Cuál es su precio? Esta variante arranca en 162.825 euros.
Impresiones en marcha
Conducir un coche como el Mercedes Clase G eléctrico hace especial ilusión. Se sale de lo convencional, y eso hoy en día no es fácil. Para empezar, entrar en el interior requiere de un esfuerzo extra, ya que es un coche con una altura de casi dos metros, pero una vez dentro resulta muy cómo. Brinda prácticamente todos los detalles que encuentras en un SUV de la marca alemana, con ajustes eléctricos de los asientos, calidades excepcionales de los acabados y mucha tecnología.
Una vez empezamos a rodar, este todoterreno ofrece una pisada de calidad. Sobresale por ser suave, con una buena insonorización del habitáculo (incluso a velocidades altas) y un manejo del conjunto razonablemente fácil. Eso sí, hay que tener cuidado en las curvas, ya que el Mercedes Clase G eléctrico pesa unos 3.100 kg.
Como es lógico, eso afecta a los consumos. Tras conducir durante 74 kilómetros, el cuadro de mandos indica un gasto de 45,9 kWh/100 km. Además, después de haber salido con la batería al 100%, hemos llegado a nuestro destino con el 70% de su capacidad. Lo que está claro es que nadie puede esperar unos resultados eficientes de este coche, puesto que sus cualidades son otras.
Una de ellas es la aceleración, porque corre, y mucho. Cabe recordar que es un vehículo eléctrico con 587 CV de potencia, por lo que, además, el par es instantáneo. En función de la situación, dispone de varios modos de conducción: Individual, Sport, Comfort, Trail y Rock.
Estos dos últimos son para caminos fuera del asfalto, para terrenos con grava (Trail) o de superficies duras y rocosas (Rock). El Mercedes Clase G eléctrico tiene una especie de reductora llamada Low Range, que se puede activar solo con el modo Rock a través de uno de los botones del salpicadero. De esta manera, el coche evalúa el suelo y puede avanzar solo, sin necesidad de tocar el acelerador.
No obstante, lo más llamativo es la función G-Turn con la que el coche puede girar sobre sí mismo. Sí, lo que has leído. El Clase G es capaz de hacer esto hasta 25 km/h gracias a los cuatro motores que se ubican en cada rueda. Y, por si fuera poco, también cuenta con el G-Steering que permite un radio de giro menor en caso de maniobras complicadas.