Los limpiaparabrisas son un elemento de gran importancia en cualquier vehículo, aunque en muchas ocasiones no se les presta la atención que merecen. Se trata de componentes fundamentales para poder mantener una visibilidad clara de la carretera cuando llueve o nieva, por lo que conviene que se mantengan en buen estado.
Sin embargo, hay ocasiones en las que nos encontramos como, de repente, los limpiaparabrisas comienzan a hacer ruido, un problema que habitualmente se ignora, pero que puede llegar a resultar muy irritante, sobre todo cuando se trata de un sonido que se percibe mucho en el interior.
La causa de este molesto ruido no suele ser algo muy complejo ni requiere de grandes reparaciones, ya que es habitual que tenga que ver con una pequeña deformación del brazo del limpiaparabrisas que impide que la escobilla esté bien ajustada sobre el parabrisas y genere un silbido. Revisándolo será posible solucionar el problema con gran rapidez y facilidad.
Para realizar este ajuste solo tendrás que extraer la escobilla limpiaparabrisas, para lo cual tendrás que pulsar sobre el pequeño interruptor que incluye y deslizar hacia fuera. En ese momento podrás ver el mecanismo que, si está desajustado, es muy probable que se trate de la causa del ruido. Cuando se coloca el brazo del limpiaparabrisas sobre el cristal, es posible que te permita encontrar ese problema de alineación con la superficie del parabrisas.
Usando un destornillador es posible ajustar con suavidad el brazo del limpiaparabrisas para que este vuelva a su posición perfecta, de manera que vuelve a tener un contacto suave y libre de ruidos. Una vez hecha esta corrección en el brazo será el momento de colocar la escobilla y probar el mecanismo. Si todo ha sido hecho correctamente, debería haber desaparecido el ruido.
Así, con este método sencillo y práctico podrás solucionar el problema sin tener que acudir al taller ni tener que sustituir las escobillas o el brazo de estos, que en muchos casos además de ser caro, es totalmente innecesario. Por lo tanto, antes de nada, trata de hacer esta comprobación que podría ayudarte a solucionar este problema con una gran rapidez.
¿Cuándo cambiarlos?
Con frecuencia las escobillas limpiaparabrisas de nuestros coches permanecen en el vehículo durante largos periodos de tiempo, que en algunos casos son de varios años. Es por ello por lo que la Dirección General de Tráfico (DGT), a través de sus publicaciones, insiste a los conductores en la necesidad de sustituirlos con cierta frecuencia, recomendando cambiarlos todos los años e incluso cada 6 meses, dado que tanto el calor como la suciedad provocan daños en la goma y así el barrido pierde eficacia.
Aunque lo más probable es que nos percatemos de que es hora de cambiar las escobillas cuando estas comienzan a no limpiar correctamente, hay algunas señales claras que nos pueden indicar que llega el momento de cambiar las escobillas. Un ejemplo puede ser el exceso de ruido, que puede venir dado porque las escobillas hacen demasiada presión sobre el cristal o por la suciedad acumulada, además de por la ya mencionada posible deformación del brazo limpiaparabrisas.
Lo mismo sucede en el caso de que te encuentres con que las escobillas dejen marcas en su recorrido, y si pasas la mano por la goma y compruebas que hay algún tipo de rugosidad o fisura, llegará el momento de tomar la decisión de comprarla, puesto que ya no funcionan de la forma que deberían.
Consejos para usarlos
Por otro lado, la Dirección General de Tráfico ha dado algunas recomendaciones con respecto al uso de estos elementos, recalcando que para que estos sean eficaces, es necesario que el depósito de agua esté siempre lleno. Además, recomienda que se mezcle el agua que se echa al parabrisas con productos que estén especialmente indicados para la mejora de la limpieza del cristal y que, en zonas muy frías, donde las heladas son frecuentes, se mezcle el agua con líquido anticongelante.
Si no quieres comprar ningún producto específico en el mercado como líquido limpiaparabrisas, siempre puedes elaborar el tuyo casero, debiendo tener en cuenta que no se debe usar agua del frigo o embotellada para evitar posibles obstrucciones de cal futuras. Por lo tanto, para conseguir un buen líquido limpiaparabrisas se pueden mezclar dos tercios de agua con un tercio de líquido limpiacristales o una buena cantidad de líquido lavaplatos, cuyo nivel de concentración suele ser más elevado. Con una gota de "Fairy" podrás potenciar su efecto desengrasante.
También recuerda la importancia de mantener limpio y en buen estado el parabrisas tanto en su interior como en el exterior, revisando que no haya impactos que puedan fracturarlo, sobre todo teniendo en cuenta que las temperaturas extremas que se dan tanto en verano como en invierno pueden llegar a generar una gran tensión en los cristales, lo que favorecerá este tipo de problemas.
En este sentido, conviene recordar que, en los meses de invierno, con el parabrisas helado, no se debe utilizar agua caliente ni calefacción muy alta, ya que esto podría producir la rotura del cristal, más aún si tiene algún daño, y tampoco se debe accionar el limpiaparabrisas, porque podría ser peor. En su lugar, sus recomendaciones pasan por utilizar una rasqueta de plástico o alcohol para deshacerse del hielo y, como medida de prevención, colocar cartones sobre él la noche anterior.
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