Los trabajadores del servicio de grúas llevan tiempo explicando los problemas que se están encontrando en su día a día mientras desempeñan su labor profesional, los cuales en muchos casos están provocados por el gran cambio que han vivido los automóviles en los últimos años. Esto supone un cambio en sus condiciones de trabajo.

La electrificación del automóvil ha supuesto un gran problema para los trabajadores de la grúa municipal, ya que en muchas ocasiones no tienen la formación necesaria para manipular coches híbridos y eléctricos, que trabajan con circuitos y baterías de alta tensión y pueden llegar a ocasionar graves incidentes.

A esto hay que sumar que el auge de los SUV ha provocado que los coches sean más pesados y grandes, siendo un inconveniente adicional para ellos, puesto que sus grúas, en muchos casos, no son capaces para cargar con los vehículos que se encuentran mal aparcados en las calles.

De hecho, uno de los principales problemas de los coches eléctricos es su peso, que puede llegar aproximarse e incluso superar los 3.000 kilogramos, como sucede en modelos como el Audi Q7, Audi Q8 e-Tron y el Mercedes EQV, lo que supone un gran problema si tenemos en cuenta los pesos máximos con los que pueden cargar las grúas, que es de 1.800 kilos la percha, 2.500 kilogramos la plataforma y 1.800 kilos el tenedor u horquilla.

Este hecho es muy preocupante, ya que ya se han dado casos en España en los que hay personas que han avisado a la Policía Municipal para la retirada de coches mal aparcados, pero no ha sido posible porque la grúa municipal no puede llevarse esos coches aunque quiera.

No obstante, hay que tener en cuenta que, aunque el peso y tamaño de los SUV hace que no todas las grúas puedan llevárselos, en todo caso, reciben la correspondiente sanción por la infracción que hayan cometido.

En este tipo de situaciones, los servicios municipales tienen que recurrir en muchos casos a un servicio externalizado que, en determinados horarios, no es posible, y que dificulta la labor de los profesionales para poder retirar los vehículos mal aparcados en sus calles.

El desafío de los coches eléctricos

Los coches eléctricos son el futuro e incluso el presente, ya que cada vez son más las personas que deciden optar por uno de estos vehículos dotados de una tecnología mucho más limpia. Sin embargo, el problema lo encontramos en este tipo de casos, donde las grúas no pueden llevarse muchos de estos vehículos.

Como sucede con cualquier otro, los automóviles eléctricos no están exentos de cometer infracciones, si bien es importante destacar que las consecuencias en algunas ocasiones no son las mismas que en el caso de los vehículos de combustión, aun cuando los eléctricos pueden aparcar gratuitamente en muchas ciudades.

Los obstáculos recurrentes que han limitado la presencia en las carreteras de los coches eléctricos han ralentizado la adaptación de los vehículos al ritmo del tráfico diario. Aunque por el momento los vehículos eléctricos representan un bajo porcentaje del parque móvil español, este sigue creciendo y estos automóviles son protagonistas de muchos mitos.

Entre estos últimos se encuentra el de que estos coches arden con facilidad, una creencia errónea, puesto que la mayor parte de los incendios tienen lugar en vehículos de combustibles fósiles. Junto a ellos hay una verdad que es un tanto incómoda, y es que los coches eléctricos se pueden incendiar mientras están estacionados en un garaje, además de que son mucho más difíciles de apagar.

Sin embargo, uno de sus principales problemas, y un desafío para el futuro de estos vehículos, es el peso de los coches eléctricos, que es considerablemente superior al de los automóviles convencionales. En este sentido, se trata de coches que superan con facilidad los 2.000 kilogramos, un peso que puede ser un problema importante, no solo por la dificultad de las grúas comunes para transportarlos, sino también porque pueden llegar a provocar el colapso de estructuras, como sucedió hace unos meses en un estacionamiento de Nueva York.

El hecho de que las grúas municipales se estén encontrando con grandes problemas para poder retirar los vehículos eléctricos por su elevado peso, hace que sea necesario que los servicios municipales reciban una renovación de su parque móvil con el objetivo de que los profesionales encargados de la retirada de los coches mal estacionados, puedan desempeñar su labor.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, está claro que la movilidad eléctrica enfrenta desafíos prácticos, que van desde la facilidad y la rapidez para la recarga de estos vehículos y sus altos costos, como el propio peso de los vehículos.

Aunque es habitual que se preste más atención a lo primero, y haya quienes sean reticentes a la adquisición de un vehículo eléctrico por los elevados tiempos de carga que deben afrontarse en algunos casos, también es importante prestar atención al propio peso, un problema que habitualmente se ignora, pero que influye de forma directa en la capacidad de las grúas municipales para poder retirar de forma eficaz los coches eléctricos que no están aparcados correctamente.

No obstante, este no es un asunto del que deban ocuparse los propios ciudadanos, que apuestan por un tipo de vehículo que está llamado a ser el futuro, en gran parte por su contribución a la preservación del planeta, sino que serán los diferentes organismo y autoridades los que deban abordar esta problemática y encontrar una solución.