Casi dos meses tuvieron que esperar Peugeot Sport y Stéphane Peterhansel para ser reconocidos oficialmente como ganadores del Dakar 2016. Los franceses fueron acusados por X-Raid, preparador que mantiene y evoluciona los MINI All4 Racing oficiales, de un presunto repostaje ilegal durante la octava etapa del rally-raid sudamericano. Semanas después, los distintos tribunales le dieron la razón a Monsieur Dakar, el cual se hacía con su 12º tuareg, el sexto en motor, agrandando aún más su leyenda en una de las carreras más duras del planeta.
Un año después, esa posición dominadora de la firma del león puede estar cerca de cambiar y tal vez esta transición de poder se produzca en el mismo lugar en el que consiguió el pasado mes de marzo saberse de nuevo ganadora del Dakar después de 26 años sin saborear la victoria, en los despachos. Tras la superioridad demostrada por el buggy de Peugeot Sport en el pasado Dakar, el organizador de la prueba, ASO, y la Federación Internacional decidieron tratar de igualar la balanza de rendimiento entre los 4x2 y los tracción total.
Las quejas de los directores tanto de X-Raid como de Overdrive ante la desigualdad provocadas por los beneplácitos dados a los buggies y la publicación del recorrido de la edición 2017 propiciaron un cambio en el reglamento técnico: se reducía la brida de admisión en 1 milímetro para los nuevos Peugeot 3008 DKR y se aumentaba el diámetro de la de los V8 de los Toyota Hilux en 2mm.
¿Por qué dos milímetros? El reglamento técnico para los T1 es una regla de tres, por cada mil metros de altitud a la que se disputa una prueba se abre un milímetro la admisión en los motores atmosférico para que no partan con más desventaja frente a los propulsores con turbocompresor. En el caso del Dakar 2017 que comenzará en Paraguay, la altitud media será de 2.000 metros, por lo tanto dos milímetros de cortesía reglamentaria que ayudará a hacer todavía más competitivas a las Toyota Hilux.
Mientras que MINI apenas se ha pronunciado a través del mandamás de X-Raid, Sven Quandt, Peugeot sí se ha mostrado preocupada ante la posible ganancia de rendimiento que tendrán las pick-up niponas a partir del próximo mes de enero. La Hilux ya se ha mostrado muy fiable durante los últimos años, y esta temporada, en manos de Nasser Al-Attiyah, fichaje estrella del equipo, les ha permitido lucir una inapelable victoria en la Copa del Mundo FIA de Rallyes Cross-Country con seis victorias de seis posibles.
Precisamente en el debut del 3008 DKR en el Rally de Marruecos con Carlos Sainz al volante, Nasser fue capaz de vencer en el cara a cara haciendo aún más visibles las dudas de la formación gala y llevando al Toyota GAZOO Racing South Africa a tomar una decisión que se venía estudiando desde hace semanas: retrasar la introducción del nuevo modelo buggy de la Hilux que Giniel de Villiers está desarrollando y competir en el Dakar 2017 con la versión 4x4 vitaminada por las decisiones de la FIA.
¿Tiene Peugeot motivos para estar preocupada? Obviamente con Al-Attiyah dentro del equipo es un plus para Toyota, algo que durante las últimas temporadas no ha conseguido con Leeroy Poulter o el ganador del Dakar 2009, Giniel de Villiers. El conjunto es muy fiable y con esta decisión de darle más aire al motor V8 atmosférico de origen Lexus se conseguirá que no se sufra tanto en las etapas en suelo boliviano y las que se disputan en las regiones montañosas de Argentina. En cuanto al fuera pista, el Dream Team de los franceses sigue teniendo la ventaja de contar con un coche cuyo terreno favorito son las zonas cuanto más desérticas mejor. Ahora queda por ver si la brecha en las etapas tipo rally puede ser aún mayor en favor de los 4x4, dando la razón a Peugeot de que el próximo Dakar puede estar ya decidido en los despachos. La carrera es muy larga.