Desde el mismo momento en que Porsche mostró las primeras imágenes de test con su 911 RSR GTE para 2017 sabíamos todos que había gato encerrado. La casa de Stuttgart lanzó una nota de prensa con un par de fotos del frontal de este coche destinado al Mundial de Resistencia y el United SportsCar Championship norteamericano y por lo tanto algo tenía que tener su trasera. Pues bien, ya lo sabemos: es un 911 con motor central.
Cierto es que no es el primero de su especie. El 911 GT1 ya renunció al motor trasero a finales de los noventa, dentro de esa loca categoría en el que pese a que era obligatorio que los coches tuvieran un origen de serie se llegó a aceptar el maletero como tanque de combustible. Casi veinte años después la categoría de Le Mans reservada a los derivados de serie sigue por lo tanto un camino muy similar. Y es que no hay que olvidar que este año Ford ganó con un GT que aún no se ha puesto a la venta ni fabricado en serie.
Pero volviendo a Porsche, no podemos negar que desde fuera el 911 RSR GTE se sigue pareciendo a cualquier 911 de última generación que podamos ver en nuestras ciudades. Simplemente tiene ese defecto, un motor adelantado unos cuantos centímetros. Y no se trata de una excepción reglamentaria: durante la presentación celebrada en el Salón de Los Ángeles los representantes de Porsche insistieron en señalar que el reglamento les daba suficiente margen como para no tener que renegociar los términos del contrato...
La otra característica diferencial del Porsche 911 RSR GTE es el propio motor. No tanto por ser una novedad como por no serlo. Y es que en una época donde son cada vez las marcas que apuestan por el turbo y tras ver a Ford y Ferrari dominar en Le Mans, en Porsche han querido mantenerse fieles al motor atmosférico de cuatro litros, convenientemente puesto al día. La potencia supera ligeramente los 500 caballos, pero desde la marca esperan que sus principales bazas sean el consumo y la fiabilidad.
Aunque la estética sigue las líneas del 911 de calle, obviamente también se ha trabajado mucho su aerodinámica, llamando la atención el elevado alerón trasero y el apéndice situado unos centímetros por debajo. De todos modos sigue estando lejos de la marciana presencia del Ford GT. Pero si salen perdiendo en el túnel de viento ya se encargará la Balance of Performance de equilibrar prestaciones entre los aspirantes al triunfo en esta categoría.
Aún no conocemos todos los detalles del programa de Porsche en GTE para 2017, pero sabemos que estarán tanto en el WEC, donde volverán a compaginar el proyecto LMP1 con el GTE, como en Estados Unidos. Además no es descartable que algunos de sus pilotos en prototipos pasen a competir con el 911 para dejar hueco a ciertas figuras de Audi. Pero para eso tendremos que esperar.