La temporada 2017 supondrá el inicio de una nueva era para el Mundial de Rallies, el primer año sin el dominador de los cuatro últimos años, Volkswagen Motorsport y la opción para el resto de fabricantes de heredar el trono de hierro que dejan libre los de Wolfsburgo. M-Sport está dispuesto a opositar a ello, el equipo de todo el plantel con más experiencia en el Campeonato, compitiendo ininterrumpidamente desde que en 1997 Ford confiara en ellos para desarrollar el sucesor del Escort Cosworth Grupo A.
El equipo de Cumbria sigue optando por el Ford Fiesta como base para su nuevo prototipo de competición. Utilizando la base del modelo tres puertas que debutará en los concesionarios en 2017 y volcando toda su experiencia acumulada durante los últimos años, más la conseguida en el desarrollo del Ford Focus RS RX Supercar del Mundial de RallyCross, M-Sport ha acuñado este nuevo Fiesta RS WRC más potente, ligero y aerodinámico que su antecesor, el coche que han estado utilizando entre 2011 y 2016.
La nueva versión de 2017, diseñada a través de CFD (dinámica de fluidos computacional), apenas comparte un 5% con el anterior modelo y el motor 1.6 Turbo EcoBoost contará con un extra de casi 80 CV de potencia gracias a que el diámetro de la brida se ha ampliado hasta los 36 mm. 380 CV y 450 Nm para construir el que sin duda será el Ford de rallies más rápido que ha pasado por el Campeonato del Mundo. El Fiesta RS WRC de 2017 tendrá está aligerado en 25 kilógramos, mientras que la nueva aerodinámica, más permisiva, les ayudará incluso a ser más rápidos en curva.
Esto no se traduce únicamente en mayor carga aerodinámica, sino que la estética también es mucho más agresiva, más propia de un coche del DTM que de lo que han presentado los World Rally Cars durante la última década. Destacan los numerosos aletines delanteros, pasos de ruedas más anchos, el rediseñado y ostentoso spoiler posterior, además de la entrada en juego de un difusor que sobresale en la trasera, rediseñada para asemejarse a la nueva línea de los modelos de producción de Ford. Se ha mejorado el flujo de aire para facilitar la refrigeración del propulsor y de los frenos, una de las áreas en las que más han trabajado los equipos.
La última gran novedad es la introducción de un diferencial central activo, el cual incidirá a la hora de que los pilotos reglen sus coches a su gusto. La FIA lo tenía claro cuando en 2014, junto al promotor del WRC, encuestó entre los aficionados las medidas que querían para el futuro del campeonato intercontinental. Tres años después, Jean Todt, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, tiene sus coches de ‘póster de habitación’ para las nuevas generaciones, a imagen y semejanza de lo que significaron para muchos aficionados los Grupo B hace ahora tres décadas. Con coches más rápidos y ligeros, el órgano rector del automovilismo no ha querido dejar ningún margen en cuestión de seguridad y aparte de los habituales estándares, los nuevos coches deberán proteger mejor a pilotos y copilotos de los impactos laterales, con más volumen de espuma protectora en las puertas que prácticamente construirá una burbuja que protegerá a la tripulación.
Por el camino, más de 6.000 kilómetros de pruebas a pesar de que los de Malcolm Wilson fueron los últimos en comenzar los test, ya con el verano agotando sus días. Desde entonces, los pilotos que esta pasada sesión han conducido el Fiesta RS WRC se pusieron a los mandos de esta nueva versión mejorada, e incluso el vigente campeón, Sébastien Ogier hizo lo propio después de la invitación del propio Malcolm y con el permiso del que ya es su ex equipo, Volkswagen. El francés, cuatro veces ganador del título de pilotos puede ser el nuevo líder de una escuadra que hace tiempo que busca una punta de lanza. La llegada del astro de Gap puede arrastrar a la marca de Detroit ahora que ya ha superado la crisis de ventas que la ha azotado durante el último lustro.