La Real Federación Española de Automovilismo ha estado presidida durante los últimos 32 años por el mismo hombre, Carlos Gracia. Pero este pasado domingo 18 de diciembre la historia del ente que regula la actividad deportiva sobre cuatro ruedas en nuestro país cambió para siempre: Gracia perdió las elecciones, batido por el valenciano Manuel Aviñó.
Para quien siguiera de cerca el farragoso proceso electoral de la RFEdeA este resultado final no es una sorpresa, pero nadie las tenía todas consigo hasta que el escrutinio fue oficial. Tras la constitución de la Asamblea General, los diferentes interesados en optar a la presidencia tuvieron que someterse a una votación preliminar en la que sólo Aviñó y Gracia obtuvieron los apoyos suficientes. Y ya ahí se pudo intuir que el cambio era posible.
Finalmente éste llegó en forma de una clara victoria para Manuel Aviñó, que acumuló 45 votos frente a los 21 del hasta ahora presidente más longevo de una federación deportiva en España: Carlos Gracia ostentaba el cargo desde 1984, cuando sucedió a Sandro Rocci. El aragonés es además uno de los vicepresidentes de la Federación Internacional de Automovilismo.
Después de una primera derrota en 2012, dos son los hombres fuertes que han apoyado a Manuel Aviñó, actual presidente de la federación valenciana, en su candidatura a la presidencia de la RFEdeA: el pentacampeón nacional de rallies Miguel Fuster y el comisario Joaquín Verdegay, quien tras ser durante muchos años mano derecha de Carlos Gracia, terminó abandonando la estructura federativa y decidió colaborar con Aviñó en esta apuesta por renovar la federación.
Pese a que uno de los grandes argumentos de la candidatura de Aviñó se basaba en los excesivos mandatos consecutivos de Carlos Gracia y la promesa de limitarlos en el futuro, el nuevo presidente también apuesta por buscar formas de reducir los costes del automovilismo a escala nacional y promover el uso deportivo del automóvil a nivel de base y ocio. Además deberá afrontar temas siempre tan candentes como los reglamentos que rigen el Campeonato de España de Rallies de Asfalto o las fricciones entre federación estatal y algunas regionales.