Con la salida de Audi, el futuro del Mundial de Resistencia plantea muchas incógnitas. No tanto por una improbable desaparición, pues sus parrillas siguen teniendo un aspecto muy saludable gracias a sus cuatro categorías (LMP1, LMP2, GTE-Pro y GTE-Am) y Porsche y Toyota seguirán brindando un duelo clásico en 2017, pero sí por la falta de coches en su categoría reina. Por eso muchos se preguntan qué se puede hacer para que haya más LMP1 en pista.
La respuesta más lógica parece atraer más marcas. Pero es también la más compleja. Convencer a una marca de montar un programa para ganar Le Mans (el premio gordo con el que todos sueñan) implica una inversión ahora mismo inalcanzable para la mayoría de fabricantes. Peugeot ya ha dejado claro que necesita que los presupuestos bajen y otras marcas, mayoritariamente asiáticas, han transmitido comentarios similares a la FIA y el ACO.
Las medidas vienen de camino. Poco después del anuncio de la retirada de Audi Sport se acordó con Porsche y Toyota congelar el actual reglamento de la categoría LMP1 hasta 2020: adiós a la rumoreada creación de una categoría de 10 MJ (hasta ahora la capacidad máxima de energía regenerada es 8 MJ), a la implementación de un tercer sistema de recuperación de energía en los coches o incluso a la posible llegada del hidrógeno a Le Mans antes de esa fecha.
Para muchos, la solución pasa por abrir la puerta a los DPi que debutarán en Estados Unidos en 2017. Con tres fabricantes implicados en este reglamento (Mazda, Cadillac y Nissan) y un buen puñado valorando su aterrizaje, en principio no parece mala idea. Pero no hay que olvidar que se trata de LMP2 retocados: su rendimiento se quedaría lejos de los LMP1 híbridos y no sería tan superior a los LMP2 genéricos como para atraer marcas.
En todo caso sí sería una puerta abierta para el regreso de algunos equipos privados, que de todos modos exploran otras vías. Después de que se les denegase una licencia para la categoría LMP2 (donde sólo hay cuatro fabricantes autorizados a partir de 2017), el fabricante ruso BR Engineering llegó a un acuerdo con Dallara y ART para poner en pista un LMP1 a partir de 2018 y Ginetta valora también un proyecto privado para esa misma fecha. ¿Tendrá por lo tanto compañía próximamente el equipo de Colin Kolles?