Desgraciadamente la temporada 2017 no ha arrancado como cualquier aficionado hubiera deseado. La primera prueba del Mundial de Rallies 2017, el tradicional Monte-Carlo, quedó marcada por el fallecimiento de un aficionado asturiano al ser atropellado en el primer tramo. Mal situado en el exterior de una curva, no pudo evitar el vehículo de Hayden Paddon, que perdió el control metros antes. Pese a ser trasladado en helicóptero hasta el hospital más cercano, nada se pudo hacer por su vida.
En lo estrictamente deportivo, este Monte-Carlo 2017 sirvió para que asistiéramos al primer triunfo de Sébastien Ogier y Julien Ingrassia a lomos del Ford Fiesta WRC. Pero no fue tan sencillo como pudiera parecer a cualquiera que vea los resultados finales. El gran dominador de la prueba fue Thierry Neuville al volante del Hyundai i20 WRC. Pero un toque el sábado por la tarde, cuando lideraba con un minuto de ventaja, acabó con todas sus esperanzas. Al menos el belga pudo hacerse con los cinco puntos en juego en la Power Stage, celebrada bajo la nieve en el Col du Turini.
Hasta ese error de Neuville no parecía que Sébastien Ogier fuera a ser capaz de hacerse con el triunfo en su debut junto a M-Sport. Muy al contrario, vimos en él dos raros errores: al principio de la prueba perdió cuarenta segundos al caer en una zanja y luego, tratando de recortar tiempo a Neuville, protagonizó una excursión sin consecuencias. Pero la fortuna sonrió al campeón, que se hizo con su quinta victoria camino del Principado, a sólo dos del récord que ostenta Sébastien Loeb.
La fiesta no pudo ser completa para M-Sport por los numerosos problemas que sufrió su compañero Ott Tänak. Tras sufrir con su embrague y la caja de cambios durante un par de días, al final lo que falló en la última etapa fue el motor y sólo una espléndida bajada en el Col du Turini salvó para él el tercer puesto, situado entre un Jari-Matti Latvala que aprovechó a las mil maravillas las alternativas que ofrece siempre el Monte-Carlo para brindar un podio a Toyota en su regreso al WRC, y Dani Sordo, bastante desdibujado en esta prueba.
El cántabro mostró en reiteradas ocasiones su descontento con el comportamiento de su Hyundai i20 WRC, lo cual no le impidió ser el mejor representante de la marca coreana en meta. Pero su discreto fin de semana queda evidenciado cuando se ve que apenas aventajó en doce segundos a Craig Breen, que pilotaba aquí un viejo Citroën DS3. Eso sí, el irlandés terminó siendo a su vez el mejor Citroën en meta: tanto Kris Meeke como Stéphane Lefebvre se salieron de carretera, si bien lo que dejó definitivamente KO al británico fue un accidente en tráfico abierto.
De este Monte-Carlo 2017 es necesario resaltar también la estelar actuación de Andreas Mikkelsen. Sin un WRC por la retirada de Volkswagen, el noruego salió a esta prueba con un Skoda Fabia R5 y arrasó en categoría WRC2, haciéndose ya de paso con el séptimo puesto absoluto. Nuestro representante en esta categoría, Pepe López, debió abandonar por problemas de motor. El otro español en liza en esta prueba, Surhayen Pernía, fue cuarto en WRC3 y tercero entre los Clio R3T.
La próxima cita del Mundial tendrá lugar en Suecia dentro de tres semanas.