Retrasada hasta mediados de enero y en un escenario tan particular como el estadio de béisbol de los Miami Marlins, la Carrera de Campeones celebró una nueva edición este pasado fin de semana. Y hubo dos estrellas por encima de todas las demás: Juan Pablo Montoya, que se impuso en la Carrera de Campeones propiamente dicha, y Sebastian Vettel, que dio un séptimo triunfo a Alemania en la Copa de Naciones pese a representar a su país en solitario.
La competición individual tuvo lugar en la jornada del sábado y quedó marcada por un fuerte accidente de Pascal Wehrlein. El nuevo piloto de Sauber en Fórmula 1 se batía en duelo con Felipe Massa cuando sus triciclos Polaris impactaron y el del alemán terminó volcando. Y aunque Wehrlein salió por su propio pie del vehículo, se optó por prescindir de él para el resto del fin de semana: así fue como Sebastian Vettel se quedó sin compañero para el evento por equipos.
Por cierto, Vettel no destacó particularmente el sábado, donde prácticamente se asistió a un festival de viejas glorias: dos retirados, un piloto con programa reducido y otro que apenas salió de su retiro hace unos días protagonizaron las semifinales de la Carrera de Campeones. Juan Pablo Montoya, que este año tan sólo disputará pruebas puntuales de IndyCar Series de la mano de Penske, batió a Felipe Massa en una de ellas, mientras que en la otra Tom Kristensen eliminó a David Coulthard.
Se trataba de la quinta ocasión en la que Tom Kristensen llegaba a la final de la Carrera de Campeones y una vez más Mr. Le Mans terminó perdiendo (aunque sí tiene dos triunfos en la Copa de Naciones): esta vez el debutante Juan Pablo Montoya demostró por qué es uno de los pilotos más polivalentes del mundo. No hay que olvidar que en su palmarés encontramos el GP de Mónaco, las 500 Millas de Indianápolis, las 24 Horas de Daytona o victorias en NASCAR.
El domingo se disputó la tradicional Copa de Naciones, con la presencia de hasta tres equipos estadounidenses (NASCAR, IndyCar y Rally X), así como combinados canadiense y latinoamericano en los que se podía encontrar a un aficionado y un piloto amateur invitados por la organización. Pero el protagonista fue Sebastian Vettel, quien en solitario alcanzó la final y acabó batiendo en ella a los populares hermanos Busch, campeones de NASCAR.
El evento se cerró con una particular competición entre los pilotos de Estados Unidos y los del resto del mundo en la que Petter Solberg terminó dando el punto definitivo a los visitantes. Queda ver qué futuro le aguarda a una Carrera de Campeones que al solaparse con el inicio del Mundial de Rallies sin duda se ha alejado aún más de sus orígenes con esta edición en Miami.