Un mes después de que los participantes llegaran al final del Dakar 2017, los organizadores, ASO, y las Federaciones Internacionales de Automovilismo y Motociclismo ya empiezan a diseñar las bases de la que será la próxima edición del rally-raid más duro del planeta. Tras dos semanas marcadas por las inclemencias meteorológicas, el dominio de Peugeot y las etapas de altitud, sin prácticamente desierto al uso, Marc Coma y Thierry Sabine están preparados para dar un vuelco al Dakar sudamericano de los próximos años.
La semana siguiente al final en Buenos Aires, ASO decidió reunirse con representantes del gobierno chileno (concretamente con el Ministro de Deportes, Pablo Squella) para preparar el regreso de la prueba al desierto de Atacama, entre otras localizaciones del país. Precisamente Chile era una de las localizaciones que más arena y dunas aportaba a la carrera hasta la decisión del gobierno, con Michelle Bachelet a la cabeza, de no continuar formando parte del recorrido de la carrera ‘francesa’. Los desastres naturales de los que ha sido víctima Chile durante los últimos años y los altos cánones impuestos por la organización, hacían completamente inviable su participación.
Situación similar a la que ocurría con Perú. Tras ser arrasada por el paso de El Niño, nadie podía culpar a los responsables gubernamentales de centrar todos los recursos económicos en la reconstrucción del país en vez de destinarlos en formar parte del Dakar, a pesar de que el rally-raid sea uno de los mayores eventos deportivos que acogía anualmente. Ahora, con la situación bajo control. Eduardo Ferreyros, ministro peruano de Comercio Exterior y Turismo, redactaba una carta en la que mostraba la predisposición de Perú de acoger la salida y las primeras etapas de la edición 2018.
El Dakar 2018 comenzará en Perú. Ya estamos trabajando para asegurarnos de obtener el mejor Dakar que Sudamérica ha tenido. Finalmente, esperamos ganar unos 300 millones de dólares por el rally. Esto esperamos conseguirlo a través del alojamiento, transporte, comida y bebida necesarios para la caravana del Dakar y el impacto mediático de los medios internacionales en el turismo de Perú.
Con el deseo de Paraguay, Bolivia y Argentina de continuar, se presenta una situación completamente distinta, con la posibilidad de que el desierto vuelva a ser la característica principal de los próximos años. Los incendios que han castigado Chile podía retrasar una vez más su vuelta, sin embargo, Perú también cuenta con un gran desierto costero que permitiría más o menos a Marc Coma diseñar la carrera a su gusto.
También con cambios en el reglamento técnico:
Tal y como informaba la edición italiana de Motorsport, la pasada semana, FIA se reunió con los principales equipos de la categoría T1: X-Raid, Overdrive y Peugeot Sport para definir las que serán las líneas generales de las próximas normativas técnicas para 2018 y 2019. Después de aumentar el tamaño de brida de los motores atmosféricos y reducir en 1mm el de los buggies equipados con motores biturbo diésel, la Federación quiere recomponer el orden natural de la categoría, devolviendo a los 4x4 a la parte más alta de la pirámide.
Con el diésel desapareciendo de los catálogos de los grandes fabricantes de automóviles, la participación entre los T1, la categoría reina de los raids, estará limitada a motores de gasolina, en su mayoría atmosféricos. Mientras tanto, se estudia limitar la categoría de buggies, obligando a todos los competidores a utilizar el mismo motor, algo que presumiblemente evitará que equipos oficiales quieran seguir el mismo camino que Peugeot sacando todo el provecho de un reglamento que se hizo de forma expresa para los equipos privados. Todas estas medidas dirigidas a debutar en el Dakar 2019, fueron acordadas de forma unánime, pero aún tendrán que pasar un último filtro, el visto bueno por parte del Consejo Mundial del Motor.